3 de abril de 2015

La sociedad civil estatal y sus aguerridas tropas

La sociedad civil estatal y sus aguerridas tropas
BORIS GONZÁLEZ ARENAS, Abril 03, 2015

Hace pocos días, vi la película Crematorio, en fin... el mal, de Juan
Carlos Cremata. El filme, de alrededor de 32 minutos y con guion del
mismo Cremata y Carlos Lechuga, pone en escena el velorio de un
miliciano viejo y intransigente que repudió en vida las elecciones
vitales de los miembros de su familia.

Coincidente con mi tardía asistencia a la película, que fue realizada en
2013, el pasado 17 de marzo, el Estado cubano organizó el Foro de la
Sociedad Civil Cubana en la Casa de las Américas y la Casa del ALBA
cultural. El evento fue muy publicitado en los medios oficiales, que
presentaron a la sociedad civil como un haz de asociaciones
"revolucionarias" o "nuestras", con el objetivo de conformar una nutrida
"tropa de choque" que asista a la Cumbre de las Américas, en la Ciudad
de Panamá el 10 y 11 de abril, donde estarán presentes organizaciones de
la sociedad civil no oficial de la Isla.

Al leer los nombres de algunas de las organizaciones devenidas de la
noche a la mañana miembros de la sociedad civil cubana, no pude dejar de
pensar en la película de Juan Carlos Cremata y la delirante cohorte que
acompaña el velorio del intransigente miliciano. Asisten a la ceremonia
mortuoria sus compañeros de la Asociación de Combatientes de la
Revolución Cubana (ACRC), reporteros de la Unión de Periodistas de Cuba
(UPEC), la de vigilancia del Comité de Defensa de la Revolución (CDR),
el albañil, la emigrada, la doctora, los travestis y el babalawo con sus
acompañantes. Todos están ansiosos por obtener algo de las miserables
sobras vitales del difunto.

De manera semejante estuvieron en la Casa de las Américas y la Casa del
ALBA cultural la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y la Unión Nacional de Juristas.

No dice la prensa que estuviera, entre los movimientos civiles
asistentes, la Cruz Roja Cubana, uno de cuyos vigorosos miembros supo
echar mano de su camilla cuando Benedicto XVI visitó nuestro país y
golpear con ella a un asistente que pedía libertad y derechos humanos.
No parece que estuviera tampoco el Contingente Blas Roca Calderío,
centenares de trabajadores de la construcción que fueron lanzados, en
agosto de 1994, contra los hambrientos cubanos que salieron a protestar
por la precariedad bárbara con la que el castrismo se asegura su
gobernabilidad. Tampoco decía nada el periódico de que estuvieran
presentes trabajadores del puerto de La Habana, de la catadura de los
que condujeron, el 13 de julio de 1994, los buques Polargo con los
cuales hundieron el remolcador 13 de marzo y asesinaron a cerca de
cuarenta personas, entre ellos diez niños.

Pero estaba la FEEM, la organización de los estudiantes de la enseñanza
media. Las instituciones represivas cubanas no tienen reparo alguno para
sacar de las escuelas a esos menores de edad y llevarlos a mítines de
repudio sin el permiso de sus padres. Lo hicieron el 10 de diciembre de
2013 frente a la casa de Antonio Rodiles al son de Arnaldo y su Talismán
–¿estaría Arnaldo entre los representantes de la sociedad civil
estatal?– que concluyó con una miserable paliza a su víctima, como
refleja el documental Gusano realizado por aquellos días.

En esa sociedad civil estatal se alternan miembros honorables de nuestro
país y, quizás, asociaciones y fundaciones de respetables resultados,
con sátrapas tradicionales que en su cobijo buscan parecer lo que no
son, verdaderos lobos con piel de oveja.

Source: La sociedad civil estatal y sus aguerridas tropas -
http://www.14ymedio.com/opinion/sociedad-civil-estatal-aguerridas-tropas_0_1754224566.html

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