Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – El mes de marzo de 1962 trajo
las peores ráfagas de vientos para el viejo partido de los comunistas
cubanos.
Se vaticinaba en Cuba una crisis económica, cuando el día 12 se impuso
al pueblo la libreta de racionamiento, que incluía alimentos, ropa y
calzado. Ernesto Ché Guevara criticaba duramente a la dirección
revolucionaria por la falta de calidad en la producción y se quejaba, a
través de la revista Cuba Socialista, de que las materias primas
provenientes de la URSS y de Europa Oriental, tuvieran que ser pagadas
por el gobierno cubano en divisas fuertes y no con intercambios.
En el periódico Hoy, órgano del Partido Socialista Popular, sospechando
que debía poner sus bardas en remojo, Blas Roca, su director, publicó en
primera plana un artículo titulado La necesidad de los sacrificios,
donde dijo textualmente que la forma de obtener una vida digna, una vida
de abundancia, una vida de bienestar, una vida de felicidad para el
pueblo, era precisamente a través de los mayores sacrificios, aunque
ello significara la pérdida de libertad, de comodidades personales, de
relaciones familiares y hasta de la propia vida. Pero sin decir cuándo
llegarían los beneficios y el bienestar logrados a través de los
sacrificios que pedía.
O sea, que Blas, al que Eduardo Chibás, líder de los ortodoxos, había
dado una sonada trompada, ya presentía que la cosa se iba a poner mala
no sólo para los cubanos, sino también para los viejos marxistas-leninistas.
El día 27 de ese mes estalla la crisis entre el viejo PSP y Fidel
Castro. Aníbal Escalante es enviado a Moscú como castigo y a otros
militantes les ordenan ponerse el pijama y encerrarse en sus casas,
hasta más ver. Pero el asunto explotó tres años después, cuando se
recogen de las librerías y bibliotecas las obras de Mao, y Fidel Castro
ataca por primera y última vez la línea política de China.
Entonces ocurren ciertos hechos, que a la luz del tiempo llaman la
atención: ya no era Blas Roca quien escribía de sacrificio, sino
Guevara, y a pesar de anunciarse el 16 de agosto de 1965 que Blas estaba
gravemente enfermo, recibe un duro golpe el 4 de octubre del mismo año:
el gobierno clausura definitivamente su viejo y tan luchado periódico
Hoy, surgido en los años treinta y considerado uno de los medios de
comunicación más importantes de la época.
Después de casi medio siglo de haberse publicado aquél artículo de Roca,
está comprobado que, a pesar de haber hecho todos los sacrificios que se
le pedía, el pueblo cubano, continúa sumido en la pobreza; mientras que
a Fidel Castro, a juzgar por sus Reflexiones actuales, sólo le siguen
interesando los problemas del mundo y no los de casa.
Como una ironía, después de casi medio siglo, o mejor dicho, como una
bofetada al pueblo, o tal vez, quién sabe, como una bofetada al propio
régimen castrista, el 21 de junio, hace apenas unos días, se publicó en
Granma el viejo artículo de Blas, anunciando que sólo a través del
sacrificio del pueblo obtendremos una vida de abundancia y felicidad.
Pero, ¿cuándo nos llegará esa vida?
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