6 de julio de 2010

La alimentación en El Guayabo

La alimentación en El Guayabo
Fabio Prieto Llorente, prisionero de conciencia

PRISIÓN EL GUAYABO, Isla de la Juventud, Cuba, (www.cubanet.org) - Con
una alimentación pésima, los presos desnutridos, o "bajos de peso", como
les llaman los militares, no faltan en la prisión El Guayabo. Los más
afectados son los que dependen exclusivamente del sancocho que sirven
tres veces al día.

La alimentación consiste, principalmente, en productos mal cocinados, en
ocasiones podridos. El desayuno casi siempre es una infusión de hierbas
recogidas en los alrededores de la prisión, y azúcar. El pan, del día
anterior, no alcanza los 50 gramos, y nunca trae nada adentro.

Almuerzo y comida apenas se diferencian. Los caldos vienen con chicharos
una vez al día, sancochados con ajo porro y cebo de vaca; se les agrega
arroz, y en ocasiones fideos o espaguetis. A veces los sirven con mal
olor. El plato fuerte, indistintamente, donde el huevo hervido siempre
está presente, es picadillo, pasta, o bolitas de sub productos de cerdo
o res que la perversión imperante en la cárcel llama jamonada o medallón
de carne. Los viernes en la tarde toca pollo, y a veces un perro caliente.

Si todos no estamos desnutridos lo debemos a nuestros familiares que
aportan leche, galletas y otros productos. No faltan los que van a la
visita familiar y regresan sin jaba o con pocos alimentos, porque sus
familiares no han encontrado nada que llevar.

Muchos reos, con menos 30 años, han perdido la los dientes, padecen de
presión arterial y otras enfermedades. En el comedor los presos comen en
bandejas de aluminio fregadas sólo con agua. En la nave en que me
encuentro sólo tres presos estamos autorizados a ingerir los alimentos
en vasijas propias. En el comedor no hay agua para beber. El aceite o
cualquier otro producto para mejorar y aumentar los alimentos hay que
llevarlo.

Viandas y vegetales no se ven. Las frutas tampoco. La prisión, alejada 8
Km. del poblado más cercano, está rodeada de tierras fértiles, cubiertas
de marabú. En más de 30 años los militares no han sembrado un árbol
frutal. Existe un pequeño organopónico que garantiza productos del agro
para la policía.

De los 400 presos que cumplen condenas en El Guayabo, unos pocos
trabajan en servicios relacionados con el penal: una carpintería y una
fábrica de bloques que ocupa a unos 30 reclusos.

Reos de mínima severidad pueden permanecer encerrados en sus naves
porque las autoridades dicen que no hay trabajo para ellos. Aunque los
salarios de 225 pesos mensuales representan solo 11 dólares, prefieren
trabajar sólo para salir y aumentar en algo los alimentos.
Así nos alimentamos en las prisiones de Cuba, donde se critica a diario
el trato en las prisiones de Estados Unidos, porque algunos espías
cubanos encarcelados en aquel país, comieron 3 días seguidos chuletas de
cerdo, algo que no hemos visto durante años, ni en sueños.

http://www.cubanet.org/CNews/y2010/julio2010/06_C_2.html

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