7 de mayo de 2010

QUIÉN ESTÁ INTERESADO EN CERRAR RADIO Y TV MARTÍ?

¿QUIÉN ESTÁ INTERESADO EN CERRAR RADIO Y TV MARTÍ?
07-05-2010.
Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- La campaña para cerrar Radio y TV Martí,
como objetivo final y por etapas, parece más un pacto secreto firmado
entre algún individuo o sector del Congreso de los Estados Unidos para
con la dictadura Castro-comunista, que una idea verdaderamente lógica,
sensata y analítica. Algo muy similar al pacto firmado entre José Stalin
y Adolf Hitler.

Parece ser que en ese país existen innegables simpatizantes de la
dictadura Castrista, que prefieren a toda costa su triunfo y beneficio.
Porque no se sabe de donde pueden haber obtenido esos datos sobre la
falta de audiencia y el desinterés de la población cubana por esas emisoras.

De hecho, en algunos lugares de Cuba las trasmisoras son la única
alternativa posible para conocer las noticias que son silenciadas por el
gobierno despótico de la Habana. Realmente esos informes totalmente
falsos e infundados, tienen el sello de suministrado por la propia
tiranía o por sus analistas políticos infiltrados en los Estados Unidos.

Mire si el pueblo cubano siente desinterés por esas transmisiones, que
la dictadura gasta millones de dólares para interferirlas y silenciarlas
durante todo el día y la noche (incluso deja de comprar alimentos para
la población y los gasta en equipos para la interferencia).

Si le suspende el ruido y la obstrucción durante un solo minuto, toda la
población se sitúa a escuchar y a verlas. Cuando truena y llueve con
fuerza sobre la Ciudad, ellos tratan de preservar sus antenas y las
desconectan. Durante ese tiempo aprovechamos para sortear el escollo y
oírlas sin mucho ruido. Eso sucede igualmente en época de ciclones, en
la que desmontan sus antenas.

Otra política que siguen los gobernantes cubanos es la de no importar
receptores de onda corta, desde hace años, ni de permitir las antenas
parabólicas (ni siquiera las caseras, fabricadas de un modo artesanal,
bajo pena de grandes multas y el decomiso de los aparatos) y en la onda
media, transmiten por las frecuencias de radio Martí, con potentes
emisoras como Radio Rebelde, que la tapan casi por completo.

Y si no, que le pregunten a José Cepeda, el Director de la programación
en español de la Radio Nederland, que al tratar de entregar quinientos
radios receptores de onda corta a los radioyentes cubanos participantes
en un concurso, recibió tremebundos insultos, proferidos por el gobierno
cubano, que hasta le tildo de hacerle el juego a la CIA y al gobierno de
George Bush.

La gente se la pasa tratando de recuperar los antiguos radios rusos para
la recepción de la onda corta. En tiempos pasados, en los que existían
muchos equipos de este tipo, se estableció la directiva de que los
mecánicos debían alterar, subrepticiamente, los dispositivos para
dificultar la recepción de esa onda.

Lo que sí deben hacer esos que se oponen a la radio y la televisión
Martí, es gastar esa energía que despilfarran en denigrarlas, tratando
de mejorar humana y tecnológicamente su efectividad para que puedan
burlar la interferencia que impone la dictadura, así como utilizar las
transmisiones digitales que son más difícil de entorpecer y que se nos
pudieran facilitar equipos para su recepción, ahora que se han levantado
muchas de las restricciones para la exportación de dispositivos
electrónicos.

Los que vivimos en la Ciudad de la Habana tenemos muchas más
facilidades, porque abundan las antenas satelitales encubiertas y toda
una extensa red de cables clandestinos en todos los barrios. Que a los
gobernantes les resulta imposible de exterminar a pesar de las
constantes redadas que realizan para desaparecerlas. Pero los que viven
en el interior de la isla no cuentan ni con esas precarias facilidades,
allí se necesitan más imperativamente esos equipos, porque existen pocas
alternativas y mucho mayor control por parte de la satrapía reinante y
abundan con más frecuencia los chivatos y delatores.

Pienso que sería bueno que la radio y la TV Martí contaran por ejemplo,
con estaciones repetidoras en alguna zona del Caribe, como las ha tenido
la 'Voz de América' y las tiene Radio Nederland y estaría bien que se
mejorara la programación de las mismas. Siguiendo siempre un criterio
transparente, efectivo e inteligente. Pueden suplirse las necesidades
del pueblo de Cuba en materia de información, que es en definitiva la
razón de ser de las trasmisoras. Allí existen personas capaces, que
pueden encontrar una solución adecuada para el caso.

En cuanto a la supuesta mejoría de la programación televisiva cubana y
su pretendida competitividad, radica en que están pasando muchos
programas y seriales norteamericanos, pero con la diferencia de que
diversas emisiones televisivas de las que ahora vemos, fueron estrenadas
precisamente en la época en que John Kerry era pequeño o estaba por nacer.

En la Ciudad de la Habana, los canales de la televisión cubana no
compiten ni remotamente, con los canales que aquí son vistos
clandestinamente, el 23, el 51, el 41, etc, etc (quienes poseen la
antena, como le llaman, no se enteran ni de los programas que pasa la TV
cubana, ni siquiera de los noticieros) y mucho menos competirían con TV
Martí, un canal mucho más cubano. Lo demás es puro cuento en 15 paginas.

Sin lugar a dudas las emisoras que transmiten desde la Florida, son un
freno a la represión y los desmanes de la dictadura contra el pueblo
cubano. No conocen los que tratan de clausurarlas la influencia positiva
que tienen en toda la población. Incluso son temidas por los esbirros de
la Seguridad del Estado, sus chivatos y sirvientes, cuando son
denunciados con sus nombres propios o por sus apodos o alias, como
violadores a los derechos de los ciudadanos. Esa es una forma adecuada
de luchar contra la impunidad y desenmascarar a la dictadura y sus
transgresiones.

Las tremendas golpizas propinadas a las Damas de Blanco o la huelga de
hambre hasta la muerte seguida por Orlando Zapata Tamayo, fueron
conocidas en todo el país a través de esas emisoras y los ulteriores
acontecimientos fueron informados desde allí a toda nuestra nación. El
entierro del opositor martirizado, la toma de su natal Banes por las
hordas de la tiranía y los pronunciamientos de su madre, esclareciendo
las manipulaciones de las que fue objeto por parte de los gobernantes
cubanos, de sus grabaciones clandestinas y sus mentiras.

La fusión de Radio Martí con la Voz de América, restará efectividad a la
información que se enfoca especialmente para Cuba, diluyéndola en el
amplio espectro de la transmisión a toda la región latinoamericana. Pero
incluso, no logrará evitar ser entorpecida por los operadores cubanos
que en la actualidad, interfieren las transmisiones nocturnas emitidas
desde Washington, incluido el programa "A Fondo", de reciente creación,
sincronizado con Radio Martí.

Actualmente son varias las frecuencias que deben interferir los
creadores del "ruido dictatorial totalitario "y ensordecedor, que emiten
para dificultar la audición, pero siempre por alguna de ellas se puede
escuchar con cierta claridad la emisora. Si son numerosas las
transmisiones en paralelo, tendrán mayor efectividad. Recuerdo como en
años pasados, Radio Martí llegó a utilizar múltiples bandas y
frecuencias paralelas, además de las que manejaban otras emisoras
anticastristas que los obligaba incluso a dejar algunas frecuencias sin
interferir.

Ahora existe a la par Radio República y veo que más que un competidor,
es algo efectivo por la diversidad de los puntos de vista y la
información variada sobre Cuba. Esto aumenta además las franjas que
deben interferir. Recuerdo que antes existía Radio Camilo Cienfuegos la
Voz del Cid y la Voz de la Fundación, Cubano americana. Lo apreciable es
que las emisoras sean veraces, otras emisoras de onda media también son
escuchadas y algunas, además, saboteadas.

Para mi, que desde niño me aficione a la onda corta, me parece absurdo
eliminar alguna emisora aunque se que el costo de las transmisiones y de
operación de la misma, graba sobre el presupuestos del Estado. Pero eso
sí, los regímenes totalitarios no descuidan ni un minuto esa facilidad
de la propaganda radial y en eso se gasta millones. En ese sentido la
dictadura castrista utiliza infinidad de emisoras y de frecuencias y
bandas, transmitiendo propaganda en una verdadera ofensiva mediática y a
toda hora. Son capaces de lavarle el cerebro, incluso, a los
norteamericanos más célebres.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=27604

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