10 de mayo de 2010

Llegaron los cambios a Cuba?

¿Llegaron los cambios a Cuba?
Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Estupefacción causaron los
enroques y defenestraciones en el gobierno cubano el 3 de mayo.

Raúl Castro había abierto la Caja de Pandora en 2007 al reconocer la
imperiosa necesidad de cambios para enfrentar la difícil situación
económica existente. Luego los pospuso indefinidamente, y el 1 de mayo,
el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) llamó
a apoyar la actualización del modelo económico. No informó a los
trabajadores si había preguntado al gobierno cómo afrontaría la crisis
económica, política y social, ni cómo pretendía hacer el recorte de más
de un millón de trabajadores, que el Presidente pocos días antes auguró.

Pero si aún quedaba alguna esperanza de que al menos se modificara algo
en la (anti) economía cubana, el nombramiento del octogenario General
Antonio Enrique Luzón como vicepresidente del Consejo de Ministros a
cargo de transporte apunta al estrechamiento del círculo de poder con
compañeros de la época guerrillera. Ya había sido ministro del ramo
durante 10 años por la década de 1970, sin que se puedan encontrar sus
logros. En esa posición sustituyó a Jorge Luís Sierra, de 40 años,
quien parecía una estrella en ascenso desde su posición en el Buró
Político y también ministro de transporte. En este último fue
reemplazado por el militar de 51 años Cesar Ignacio Arocha. Según la
escueta información oficial, Sierra cometió serios errores, pero a la
usanza cubana no se especifican.

Simultáneamente se informó la aceptación de la renuncia de Luis Manuel
Ávila como ministro del Azúcar, luego de reconocer las deficiencias que
le señalaron. Había sido nombrado en noviembre de 2008 y su
defenestración ocurrió días antes de concluir la actual zafra azucarera,
que casi seguramente será la peor en la historia del país otrora "mayor
azucarero del mundo". Entre la población se dice que éste no heredó
centrales ni caña, pues antes de entregarle el cargo, el actual ministro
de agricultura desactivó el 60% de los centrales y los demás están muy
depauperados, mientras los campos cañeros son ralos y de bajo
rendimiento. En su lugar nombraron a Orlando Celso García, viceministro
del mismo ministerio, quien tendrá que ser mago para revertir la situación.

Estos movimientos no pueden verse aisladamente, sino en el contexto de
la caída de personas que parecían poseer la confianza de la más alta
autoridad, como Lage, Rogelio Acevedo y Sierra. Con estos truenos, no
habrá en Cuba dirigente de partido, gobierno o militar que se sienta
cómodo en la ejecución de sus responsabilidades ni mucho menos ose
expresar iniciativas para revertir la crisis general. Si bien se habla
sobre extendida corrupción y otros males, es muy difícil discernir la
veracidad, pues ha sido tradicional lanzar comentarios a la calle sobre
los destituidos.

Es indudable que en la sociedad cubana hay creciente malestar por el
inmovilismo y el mantenimiento de las prohibiciones, cuando las medidas
de supuesto cambio adoptadas son cosméticas y no repercuten en la
solución de los graves problemas existentes. La efervescencia
ambiental aumenta al mismo ritmo que se acumula la miseria hogareña y
disminuye la oferta de productos básicos para la alimentación, incluso
en las tiendas estatales de venta en divisas. La lógica elemental de
que haya surtido, pues venden a precios exorbitantes que rinden
extraordinarias ganancias, no funciona en Cuba. Dejaron de pagar y
retuvieron el dinero de los empresarios extranjeros depositados en
bancos cubanos, con el resultado del desabastecimiento. A nivel de
macroeconomía, el gobierno no puede obtener créditos sencillamente
porque no paga desde hace muchos años, y los países salvavidas tienen
sus propios problemas e intereses, incluida Venezuela.

Hay un ambiente de incertidumbre y descrédito, que posiblemente
pretendan controlar con el incremento de la represión. En su ocaso,
los máximos dirigentes parecen recelosos de cualquiera que procure
modificar algo en su poder absoluto, cuando en realidad tendrían que
enfrentar su responsabilidad con la Patria, cuyo desastre actual han
ocasionado durante 51 años de voluntarismo e imposiciones. Ya no pueden
ganar tiempo, porque el tiempo vital se acaba, mientras muchísimos
cubanos capaces, dentro del pueblo, están amordazados y atados. Tampoco
existe tradición dinástica como para dejar herederos en el poder.

http://www.cubanet.org/CNews/y2010/mayo2010/10_C_1.html

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