JOSÉ ALFONSO Dagoberto Rodríguez (en primer plano) y Marco Castillo,
junto a «16 m», original instalación que abre la muestra
NATIVIDAD PULIDO | MADRID
Viven y trabajan en La Habana. Marco Castillo (1971) y Dagoberto 
Rodríguez (1969) forman el dúo Los Carpinteros. Este curioso nombre 
remite a sus orígenes, a comienzos de los 90. «No teníamos nada 
-recuerdan-. Nos metíamos en casas de gente con mucho dinero que 
abandonó Cuba y cogíamos maderas para trabajar». Su carrera ha sido 
muchas cosas menos fácil. Han tenido que lidiar con tantas situaciones 
límite que hasta han dado clases de ello en San Francisco. Son la viva 
imagen de que el drama agudiza el ingenio y potencia la creatividad. 
Dice Dago que el arte es una reacción alérgica a la realidad. Pese a 
parecer masoquistas, creen que «cualquier limitación genera adrenalina. 
La falta de muchas cosas no necesariamente lastra la creatividad. Todo 
lo contrario, puede ser estimulante».
Y a ellos les ha faltado de casi todo. ¿Cuáles son esas limitaciones 
para un artista en Cuba? «Sobre todo cuestiones legales, líos 
burocráticos de aduanas, materiales que no aparecen... No es legal 
comprar madera. Lo que hicimos fue crear una estrategia: viajar y buscar 
fabricantes en Brasil, Francia, California... Por e-mail logramos hacer 
las obras. Algunas no las hemos visto nunca. Las fábricas son del 
Gobierno y no hay manera de que una fábrica del Gobierno produzca algo 
para un artista. Hemos estado tanto tiempo haciendo arte en ese contexto 
tan hostil que trabajar con esa ansiedad nos resulta hasta interesante». 
A partir del 5 de mayo, Los Carpinteros inauguran exposición en 
Ivorypress Art+Books (Comandante Zorita, 48).
¿Tienen algún tipo de ayudas los artistas en Cuba? Aunque Marco duda, 
Dago corta en seco: «Que no tío, que no hay. Si no hay dinero para que 
viva la gente, ¿cómo va a haber ayudas para los artistas? La ayuda está 
concentrada en cuestiones muy vinculadas al discurso oficial, están más 
relacionadas con la agitación política que con el arte». ¿Sin Fidel en 
primera línea han notado aires de cambio en la isla? «El futuro de Cuba 
está en manos de Alá o de Dios, no de los seres humanos. Los cubanos se 
desentienden de la política. En ese sentido no es un país muy 
civilizado. La gente no participa en política de forma masiva». Y eso 
que creen que «es absolutamente difícil hacer algo en Cuba sin que sea 
político».
Crear, «una odisea»
Sus obras están plagadas de juegos, metáforas, humor ácido... ¿Es una 
especie de escudo de defensa? «Es nuestro instrumental médico», bromean. 
¿Cómo es crear hoy en Cuba? «Si hay una palabra que lo defina es odisea. 
La propia situación de Cuba ha hecho que la cultura se sienta un poco 
constreñida. Está como en medio de un ring de boxeo: la cultura se 
siente acosada por ambos lados».
¿No sufren en propia carne el fantasma de la censura? «Muchos artistas 
tienen un miedo a la censura pero es sólo psicológico, es autocensura. 
Nosotros hemos hecho obras bastante explícitas políticamente y 
controvertidas, muy críticas, y no han sido censuradas en Cuba, lo cual 
ha sido una sorpresa. No son los artistas los que están pasando un mal 
momento en Cuba». Pero sí los presos políticos... «Es muy triste lo que 
está pasando. A todos nos ha chocado, me imagino que hasta a los que son 
más fieles al régimen. Hemos sufrido algo que no pasaba hacía mucho 
tiempo en Cuba. No recuerdo algo tan dramático». «La gente trata de 
vincular a esas personas con crímenes vulgares», apunta Dago. ¿Se 
refiere a las declaraciones de Willy Toledo? «Le digo una cosa... 
Prefiero no hablar de eso», dice con rabia. Más adelante sí habla: 
«Aunque Zapata haya sido un preso común, un criminal, como dicen 
algunos, su muerte me parece lamentable, no debió suceder».
http://www.abc.es/20100430/cultura-cultura/absolutamente-dificil-hacer-algo-20100430.html
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