7 de mayo de 2010

Al acecho

Al acecho
Adolfo Pablo Borrazá

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Los tiempos que se viven en
Cuba indican que hay que extremar las precauciones. Los gobernantes
resultan peligrosos cuando se asustan.

Cuando en el año 2003 el Proyecto Varela lo puso en aprietos, el régimen
esperó el momento oportuno para encarcelar a 75 opositores pacíficos y
periodistas independientes. El inicio de la guerra de Irak fue la
oportunidad para encausar a aquellos hombres y fusilar a tres jóvenes
que intentaron desviar una embarcación a Miami. La atención mundial
estaba centrada en la guerra y la ola represiva en Cuba pasó a un
segundo plano.

Con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, la huelga de hambre de Guillermo
Fariñas y la persistencia de las Damas de Blanco, la dictadura una vez
más está en la picota de la opinión pública internacional. La situación
es similar a la de la primavera de 2003. Fidel y Raúl Castro deben estar
locos porque suceda algo más serio que varios terremotos para que se
desvíe de Cuba la atención mundial y poder hacer lo que ya tienen planeado.

Una prueba de sus intenciones es el llamado "Plan contra alteraciones
del orden y disturbios contrarrevolucionarios", que circula en
instituciones, ministerios y centros laborales. En una de sus páginas
dice: "Cualquier acción o expresión en contra de la revolución o cuadros
del Partido o del gobierno de cualquier nivel, las acciones a ejecutar
son responder con argumentos, solidez convincente y enérgicamente a
tales manifestaciones, y dejar bien claro que no se permiten tales
hechos". Para cumplimentar esta misión, las armas indicadas son palos,
cabillas y cables.

Los golpes en el rostro de Odelín Alfonso, las amenazas contra Luis Cino
y el mitin de repudio que sufrieron José Alberto Álvarez y su esposa,
todos ellos periodistas independientes, y el constante acoso contra los
opositores en el país, son muestras de que la dictadura está al acecho.

No dudo que los infiltrados y las provocaciones aumenten en este
período. Tampoco descarto la idea de que si se ven acorralados, declaren
el estado de sitio. A fin de cuentas, ¿no están dispuestos a
parapetarse y hundir la isla en el mar? Con tal de no perder el poder,
esta gente (como los llama el pueblo) es capaz de todo. Suceda lo que
suceda, la comunidad internacional no debe perder de vista la situación
en Cuba.
adolfo_pablo@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y2010/mayo2010/07_C_4.html

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