3 de julio de 2009

El último en enterarse

El último en enterarse
Fernando Ravsberg
2/07/2009, 01:25 PM

Una nueva versión de la caída de Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y
Fernando Remírez ha salido a la prensa internacional con muchos más
detalles, incluyendo fotos inéditas de los implicados y varios de sus
comentarios más "discrepantes".

El "notición", que ocupa las primeras planas, sale de un video que está
siendo visto solo por los militantes del Partido Comunista (PCC).
Aparecen declaraciones de todos, hasta una confesión del cubano que
entregaba la información a España.

Me entero de que los espías del Centro Nacional de Información español
mantenían los encuentros con su principal agente en el restaurante El
Templete, el mismo lugar donde yo y otros periodistas comimos con ellos
más de una vez.

Sorprenden las declaraciones de Conrado Hernández, cuando afirma que los
agentes del CNI "se te van metiendo" hasta que terminas trabajando para
ellos. Suena muy bien para una novela de espionaje pero en La Habana esa
candidez es poco creíble.

Es que los agentes españoles de la embajada son personajes públicos, que
no ocultan a nadie su calidad de espías. Incluso su status está
reconocido por el propio gobierno cubano, que es quien autoriza su
estancia en el país.

Y no cabe duda que la función de un espía es recoger información que
pueda ser de utilidad para su gobierno. Esto lo debían saber las
autoridades cubanas y por eso grababan las comidas de los agentes
españoles en el Templete.

La segunda parte de la nueva "filtración" sobre el caso de los
dirigentes "tronados" abunda en detalles sobre los comentarios de Carlos
Lage y Felipe Pérez Roque respecto a la designación de Machado Ventura
como vicepresidente.

La reacción de estos dirigentes no fue muy diferente a la de gran parte
de la población cubana, que esperaba un cambio generacional en la
dirigencia del gobierno. Por esos días abundaron las críticas e incluso
las bromas amargas.

Pero, a diferencia de mis vecinos, Lage y Felipe tenían posibilidad de
protestar la decisión, eran miembros del Buró Político del Partido,
máxima instancia de poder en Cuba y lugar donde se elige a los
candidatos que ocuparán cargos de gobierno.

Me pregunto por qué no lo hicieron, por qué se callaron para rumiar su
malestar en fiestas y asados. No tengo respuesta, pero creo que algo va
mal si dirigentes del PCC no son capaces de expresar sus puntos de vista
políticos con sinceridad.

Lo que parece demostrar el caso es que la simulación se extiende mucho
más allá de la población llana y llega incluso a algunos de los máximos
dirigentes del país, que tampoco se atreven a confrontar sus opiniones.

La "unidad" como premisa política básica para el triunfo de la
Revolución Cubana pudo ser vital en los primeros años pero, con el paso
del tiempo, la sociedad desarrolló criterios diferentes que buscan
espacios de expresión.

Las elecciones ganadas con el 99% de los votos, las decisiones
parlamentarias apoyadas por unanimidad o las encuestas sociales que
siempre respaldan masivamente al gobierno, muestran una uniformidad de
criterio que no se corresponde con la realidad.

La mejor prueba fue el debate nacional del año 2007. Cuando se abrieron
los diques la población expresó más de un millón de críticas. Sirvió no
solo para identificar los problemas, también permitió a la gente
exteriorizar sus verdaderos criterios.

Y la verdad es esa, que no todos los cubanos piensan igual, que muchos
ciudadanos tienen grandes cuestionamientos que hacer, que algunos
miembros del PCC no comparten los criterios de la dirección y otros ya
comenzaron a elaborar propuestas propias.

Los sectores que aspiran a participar de las decisiones del poder crecen
lentamente dentro de la isla. Intelectuales de todo el abanico político
discuten soluciones a los problemas y lo hacen a cara descubierta a
través de Internet.

Sin embargo, internamente sigue sin haber un espacio a la opinión
diferente, los medios de prensa nacionales levantan la bandera de la
"unidad" como si nada pasara en el país, como si desconocieran que dos
miembros del Buró Político del PCC se escondían en una finca para
expresar sus verdaderos pensamientos.

Claro que los medios cubanos no tienen nada que explicar, ya lo que
había que decir se "filtró" hacia EE.UU. primero y ahora hacia España.
Muy pronto también todos los militantes del PCC habrán visto el video
incriminatorio.

El resto de la población, alrededor de 11 millones de ciudadanos, hasta
ahora solo tiene derecho a recibir rumores deformados en la trasmisión
oral. Todo parece indicar que, en el mejor de los casos, el pueblo
cubano va a ser el último en enterarse.

BBC Mundo | Los blogs de BBC Mundo | El último en enterarse (2 July 2009)
http://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/2009/07/el_ultimo_en_enterarse.html#more

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