31 de julio de 2009

Cambiar la pistola por el azadón

Política
Cambiar la pistola por el azadón

El discurso de Raúl Castro: Críticos y simpatizantes coinciden en que el
país necesita un cambio.

Alberto Méndez Castelló, Las Tunas | 31/07/2009

"A que coprovinciano se le ocurrió ponernos el sol detrás, a mí no me
molesta, pero estoy seguro de que ninguno de ustedes me puede ver;
verán, si acaso una sombra: ese soy yo", dijo el general Raúl Castro el
pasado 26 de julio al comenzar su discurso, tercero que pronuncia en
esta fecha desde que asumió la presidencia. Es también el discurso en el
que más información entrelíneas y comentarios jocosos improvisados ofrece.

"Mis chistes llevan de vez en cuando algún mensaje", diría el menor de
los Castro el 11 de julio de 2008, en la primera sesión de la séptima
legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Antes, sin gracia
suprema, el 26 de julio de 2007, en Camagüey, había dicho que llevaban
50 años diciendo que la leche sólo era para los niños de hasta siete
años. Agregó que eso había que borrárselo de la mente, porque en Cuba
había tierras para producir tanta leche, como para todo el que quisiera
tomarse un vaso.

Sin misericordia, aquellas 44 palabras del entonces presidente interino
fueron suprimidas de la prensa oficial.

"Hay que tener mucho cuidado con todo lo que se afirma, para no hacerle
el juego a la ideología enemiga (…) Medítese bien lo que se dice, lo que
se afirma, para no hacer confesiones vergonzosas", escribió Fidel Castro
en su columna del 15 de abril de 2008. Fiel a su legado, Raúl habló poco
este 26 de julio, pero, así y todo, dijo mucho.

Más de lo mismo

"El hecho de que Raúl no tocara el tema de la política exterior de Cuba
en su discurso, no quiere decir que ésta se encuentre en un mal momento,
sino todo lo contrario; para nadie es un secreto las relaciones de
amor-odio y odio-amor que entre Cuba y Estados Unidos existen. Quizás
esas relaciones se cultiven como un campo de maíz, y bien usted sabe que
mientras la semilla está en el fondo del surco, no se ve", dijo a este
diario una personalidad versada en relaciones internacionales.

Pero en la Isla hay centenares de presos políticos y de familias
destrozadas. Incluso, en vísperas del 26 de julio, hubo operaciones
policiales en todo el país, y periodistas y disidentes reprimidos.

"Bueno, cuando germine la semilla, entonces será preciso cultivar la
planta. Esos son los imperativos del cultivo de un campo y de cualquier
relación amistosa. Lo opuesto son los terrenos baldíos y la diatriba,
pero en este discurso lo que Raúl habló puede cultivar campos y, si algo
impugnó, fue nuestra pereza", añadió la misma fuente.

"¿Usted escuchó el discurso de Raúl?", es la pregunta para un ingeniero
agrónomo que dirige una granja: "Pues sí, lo escuché, y no me explico
hasta cuándo vamos a estar reajustando los recursos de la agricultura.
Producimos poco, y, si continuamos por ese camino, pronto dejaremos de
producir. Ahora Raúl dijo de cultivar alrededor de las ciudades, pero,
¿y los cientos de miles de hectáreas que están campo adentro?".

El dirigente recordó: "Al año 1960 lo llamamos 'año de la reforma
agraria', a 1965 'año de la agricultura', a 1969 'año del esfuerzo
decisivo', a 1970 'año de los diez millones' y a 1971 'año de la
productividad'. Pero, sinceramente, creo que si durante tiempo no hemos
podido con nuestros campos, ya es hora de abrirlos a la inversión
extranjera".

Su chófer, que escuchaba, añadió: "O a la inversión de los cubanos, no
importa dónde estén, porque eso que dice Raúl, hacer conucos alrededor
de las ciudades, por muy modernos que sean, es volver a la agricultura
que hacían los indios cuando llegó Colón".

'Que siembre la Seguridad del Estado'

Según Raúl Castro, en Cuba no se educa a los niños en el amor a los árboles.

Entrevistada al respecto, una maestra jubilada dijo: "Él tiene razón,
pero no sólo se ha dejado de inculcar eso a los niños, sino también
otros valores que son esenciales para cualquier nación civilizada. Este
es el resultado del vandalismo con que hoy se comportan muchos de
nuestros niños y jóvenes. Ese es el resultado de que ellos, y otros que
ya no son tan jóvenes, talen en lugar de sembrar".

"Mire, si como dice Raúl la producción de alimentos es un asunto de
seguridad nacional, pues nada, a convertir en chatarra los tanques y los
cañones para comprar tractores. Si nosotros no nos metemos con los
americanos, los americanos no se van a meter con nosotros, pero si se
metieran, de qué nos van a servir esos cacharros", dijo sobre el
discurso del gobernante un ex combatiente de la guerra de Angola, que no
tiene con qué roturar las tierras que adquirió en usufructo.

"Si es asunto de seguridad nacional, pues que nos dejen a nosotros
tranquilos y que los de la Seguridad del Estado se metan a campesinos.
Estoy seguro de que ninguno de ellos estará dispuesto a sudar la camisa,
cambiando la pistola por el azadón; pero así Raúl podrá comprobar
quiénes sólo sirven para gritar 'abajo el imperialismo' y quiénes para
trabajar", afirmó un ex policía que hoy se gana la vida en el campo.

Para clarificar, en lo posible, las palabras y los silencios de este 26
de julio, y en alguna medida explorar el porvenir, CUBAENCUENTRO.com
recogió el sentir de estas personas. Como se puede apreciar, unos son
socialistas convencidos y otros no tanto.

Incluso así, entre ellos hay un consenso: Cuba está abocada al cambio y
la sociedad lo pide a gritos. Ya lo dijo Raúl Castro: "Estamos comiendo
los mangos que sembraron nuestros abuelos".

© cubaencuentro.com

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