Tener un perro, otra complicación
En Cuba no sólo se violan los derechos ciudadanos, sino que tampoco
interesa la protección de los animales.
miércoles, julio 29, 2015 | León Padrón Azcuy
LA HABANA, Cuba – A través de los tiempos los perros han servido de
compañía al hombre, y aparecen como parte del proceso cultural de la
civilización humana. La fidelidad hacia sus dueños está probada en estos
animales. Hoy, existen cientos de razas de perro reconocidas en el mundo.
Pero criar alguno en la Isla es una cosa muy seria. No sólo se trata de
las dificultades para darles una alimentación adecuada –un tema tan
peliagudo para los cubanos–, sino de lo complicado que se vuelve el
mantener la salud de estas mascotas, víctimas también del
desabastecimiento de medicamentos esenciales que sufre el país. En caso
que se enfermen los perros, la mayoría de sus dueños deberá compartir
sus escasos medicamentos con ellos, si no tienen dinero para comprarlos
en el mercado negro o en las tiendas dolarizadas.
Muy costosos resultan los tratamientos médicos efectivos, por ejemplo,
para las enfermedades parasitarias gastrointestinales. Y sobre todo el
poder combatir el ataque de los aradores de la sarna, de las pulgas y
las garrapatas, cuando llega el intenso calor del verano.
Mayito, residente en el Vedado y dueño de dos perritas que se llenan
constantemente de garrapatas, se dispuso a llevarlas a la Clínica
Veterinaria de Carlos III. "Allí me indicaron el Fipronil [a 20 pesos el
cc para untarlo en el lomo del animal] y el Amitraz [un líquido para
fumigar la casa, por idéntico precio]", cuenta. "Ambos productos me
servirían supuestamente para eliminar las garrapatas y las pulgas.
Después de varias semanas bajo tratamiento, los bichos permanecían aún
en el cuerpo de mis mascotas y creo que hasta engordaron. Ahora subían
con más fuerza por las paredes hacia los techos altos de la casa".
No fue hasta encontrar un fumigador, de esos que se auto promocionan en
Revolico.com –el sitio de clasificados más famoso de Cuba, ilegal según
el gobierno del país– y al que tuvo acceso gracias al paquete semanal
–también demonizado por las autoridades–, que pudo resolver su problema.
Con productos de calidad y una garantía por seis meses, al precio de
entre cinco y diez CUC de acuerdo al tamaño del trabajo. "Eso que venden
en Carlos III es una estafa", concluye.
Sobre este tema hay más tela por donde cortar. La habanera Jennifer
Fonseca es una de tantos cubanos que no pudieron llevar consigo su
mascota al país adonde emigró, por lo engorroso y caro que se torna su
traslado. Hace unos días Alfredo, su hermano residente en Cuba, recibió
un correo electrónico desde Tampa, donde ella le imploraba que no se
deshiciera de la perrita Kelly, la cual le había dejado bajo su custodia
al marcharse. "No sabes cuánto la extraño", le escribía Jennifer, que
espera tener pronto el dinero para mandar a buscar a su perrita.
Por su parte, Alfredo jamás había lidiado con perros ni gatos. Al
preguntarle por qué decidió quedarse con la perra de su hermana, explicó
que desconocía que "hasta tener una mascota en Cuba es una complicación"
y que "los tratamientos médicos primarios para los perros son muy caros,
los gastos son enormes". Una inyección de dudosa calidad, para
desparasitarlos, cuesta entre 5 y 8 CUC. Y la vacuna pentavalente,
imprescindible para inmunizarlos, vale más de 10 CUC. "Pero lo peor es
que después de gastarme el dinero en sustancias que venden en la Clínica
de Carlos III contra las pulgas y garrapatas, Kelly sigue con la misma
colonia de bichos a cuestas", se queja.
En un artículo aparecido en Granma el 10 de julio del 2015, titulado Yo
puedo ser tu amigo, la periodista Lilibeth Alfonso Martínez subrayó:
"Podemos criticar a los encargados del saneamiento, pero en la práctica
es vital el trabajo de Salud Pública para eliminar de las calles
animales que, sin cuidado, son una fuente potencial de enfermedades".
¿Pero qué buen trabajo podrá emprender dicho organismo del Estado si
hasta las propias mascotas con dueños carecen de los medicamentos
capaces de curarlas cuando se enferman?
Fuentes médicas aclaran que la mayoría de las picaduras de garrapatas
son inofensivas, pero se ha descubierto recientemente que pueden
trasmitir la enfermedad de Lyme, cuyos síntomas son similares a los de
una gripe común (fiebre, dolor muscular, malestar general, cefalea y
fatiga), también causante de artritis, trastornos cardiacos, así como
encefalitis o meningitis. En tanto, las pulgas son trasmisoras de la
peste, una enfermedad que llegó a eliminar hasta un tercio de la
población europea en el medioevo.
En Cuba no sólo se violan los derechos ciudadanos, sino que tampoco
interesa la protección de los animales. Nada se ha legislado para su
salvaguarda.
Source: Tener un perro, otra complicación | Cubanet -
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