29 de julio de 2015

Después de Toronto

Después de Toronto
YUSIMÍ RODRÍGUEZ LÓPEZ | La Habana | 29 Jul 2015 - 9:39 am.

La fuga de atletas cubanos en competiciones internacionales tiene que
ver con la dignidad.

Los Juegos Panamericanos Toronto-2015 quedaron clausurados en la noche
del domingo 26 de julio, coincidiendo con el 62 aniversario del "Día de
la Rebeldía Nacional".

Hasta la jornada anterior, la delegación cubana conservaba posibilidades
de títulos y de desplazar a Brasil del tercer lugar del medallero —tras
haber quedado claro que cumplir el pronóstico de mantener el segundo
lugar por países resultaba una quimera—. Las esperanzas nacionales
descansaban fundamentalmente en el boxeo (y en que Brasil no ganara las
finales que discutía).

Esta vez, el buque insignia de nuestro deporte tuvo una actuación
obstaculizada por decisiones arbitrales —en los casos de Yasnier Toledo
y Ronniel Iglesias—, pero más que meritoria al colocar a los diez
púgiles en la final... e insuficiente para catapultar a la delegación
desde el cuarto lugar que finalmente ocupó en el medallero.

Como era de suponerse, el análisis por parte de la prensa oficial no se
hizo esperar. En la misma noche del domingo, apenas finalizada la
clausura, nuestros comentaristas deportivos ya analizaban los resultados
de la delegación y, entre otras soluciones, llamaron a acelerar la
contratación de nuestros deportistas en ligas extranjeras, algo
impensable y que quizás nadie habría osado sugerir hace menos de diez
años atrás.

El lunes 27, el diario Granma publicó un artículo titulado "Detrás de
Toronto y sus medallas", con un análisis bastante amplio y profundo, al
menos tanto como podemos esperar de nuestra prensa oficial.

Además de los necesarios, y justos, argumentos de la desventaja de Cuba
en cuanto a recursos y financiamientos necesarios para adquirir
implementos y garantizar la participación de atletas en eventos
internacionales, el periodista cuestionó la lógica de los pronósticos y
la falta de profundidad en el estudio de los contrarios.

En la Mesa Redonda de esa misma noche, por supuesto dedicada a los
Juegos, el mismo autor afirmó que existe una diferencia entre propósito
y pronóstico. Tanto en el artículo como en la Mesa Redonda salió a
relucir la masividad que se ha perdido en el deporte y la necesidad de
recuperar los juegos escolares, de los que salió el 85% de los
medallistas olímpicos en una época en la que Cuba también contaba con
menos recursos que los países que enfrentaba en eventos deportivos.

Aunque el artículo no hizo referencia a las fugas de la delegación, en
la Mesa Redonda su autor dijo que al inicio había 143 disciplinas en las
que la delegación no tenía representante, aunque finalmente fueron 147.

Otro periodista fue más directo al admitir que la fuga de deportistas es
uno de los males que más ha influido en el retroceso del deporte
nacional. Según cifras puestas sobre la Mesa, la tendencia en el numero
de medallas de los últimos 20 años es decreciente. Mientras, los
deportistas que abandonan el país continúan teniendo buenas actuaciones
que dan de qué hablar en el extranjero.

¿Qué lugar ocupamos en el mundo realmente?

Quizás es hora de analizar qué inconformidades y motivos de queja tienen
los deportistas cubanos, por qué continúan las fugas a pesar de las
nuevas políticas de estimulación económica.

Se afirmaba en la Mesa que los demás países no tienen que lidiar con el
hecho de armar equipos una y otra vez por esta causa. ¿Cuántos
profesionales en el mundo —digo profesionales porque los deportistas
cubanos lo son— tienen que escapar de países que no están en guerra para
realizar sus aspiraciones? No se trata de analizar este fenómeno para
contener el salidero de deportistas en aras de mejorar el desempeño de
Cuba en la arena internacional. Se trata de pensar en la dignidad de
personas que tienen que rebajarse a la condición de presos con algunas
horas contadas fuera de la cárcel, y escapar durante el primer viajecito
que se presenta.

Y aunque los deportistas cubanos son profesionales, no son los únicos ni
los más importantes profesionales que escapan. Siguen escapándose los
médicos, a pesar del aumento salarial anunciado el año pasado.

El artículo de Granma cierra con una cita de la reflexión de Fidel
Castro: "Para el honor medalla de oro", de 2008. De la cita, llama la
atención un fragmento: "No vivimos hoy las mismas circunstancias de la
época en que llegamos a ocupar el primer lugar del mundo en medallas de
oro por habitante...".

¿Y cómo mejora la vida del pueblo el tener más o menos medallas de oro
por habitante; en qué habrían mejorado nuestras vidas si la delegación
cubana de Toronto-2015 hubiese alcanzado el segundo o incluso el primer
lugar por países? ¿Qué lugar ocupamos en el mundo en cuanto a número de
habitaciones por habitante?

En Cuba urge más un análisis profundo sobre la situación habitacional,
la Salud Pública y la Educación (sin triunfalismos), sobre la relación
salario-costo de vida, sobre todos y cada uno de los problemas que
aquejan a la población, y no solo a la parte de la población que apoya
al Gobierno.

Source: Después de Toronto | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/deportes/1438103746_15991.html

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