28 de octubre de 2010

Los campesinos cuestionan el ritmo de las reformas

Agricultura

Los campesinos cuestionan el ritmo de las reformas
Agencias
La Habana 27-10-2010 - 11:28 pm.

Esperaban vender libremente una mayor proporción de sus cosechas, lo que
estimularía la producción, pero apenas ganaron un poco de flexibilidad.

Pese a dar algunos pasos para liberalizar la agricultura, el régimen
mantendría en 2011 el monopolio en la contratación de alimentos,
mostrando los límites de las reformas del general Raúl Castro y
reduciendo la perspectiva de un gran aumento en la producción, dijeron
agricultores, según Reuters.

Aunque Castro tomó medidas como entregar tierras ociosas en usufructo,
aumentar los precios que paga por la comida y permitir que los
agricultores vendan los excedentes de sus producciones directamente a
los consumidores, el Estado sigue monopolizando alrededor del 70 por
ciento de la producción, agregaron.

Desde que casi todas las tierras fueron nacionalizadas en la década de
1960, las autoridades comunistas han decidido qué cultivos plantar y qué
ganado criar, además de ser el único proveedor de insumos a los
agricultores privados.

El Estado compra y distribuye la mayoría de los alimentos de la nación
mediante contratos que obligan a los campesinos a vender al Gobierno.

Las reformas de Castro dieron más poder de decisión a los campesinos
sobre qué productos cultivar y más libertad a la hora de vender algunas
frutas y vegetales, pero, según explicó un agricultor, "aún no se
sueltan las amarras que tienen".

"Pienso que hay cierto temor a que se vaya a crear un caos en la
producción y en la distribución si se deja al libre albedrío de cada
cual", explicó el productor que, como otros, pidió no ser identificado.

Los campesinos esperaban que las reformas les permitieran vender
libremente una mayor proporción de sus cosechas, lo que estimularía la
producción. Pero según cuentan, apenas ganaron un poco de flexibilidad.

"El Estado limita sus contrataciones a 21 productos agrícolas", dijo
otro campesino en una entrevista telefónica desde el interior de Cuba,
explicando que la cifra era un poco menor que el año anterior, cuando el
Estado contrató todo a excepción de vegetales de hoja.

Los productos contratados incluyen la mayoría de los alimentos básicos
de la dieta local, desde arroz a frijoles, maíz, tubérculos, cebollas,
ajo y algunos tipos de bananas, cítricos, carne vacuna, cerdo y
productos lácteos.

El Gobierno está obligado a comprar un por ciento de los productos
contratados. Los agricultores pueden decidir si venden el resto al
Estado o a los consumidores en su municipio, explicó el campesino.

Persiste el monopolio

Desde que reemplazó en el poder a su hermano Fidel en 2008, Raúl Castro
ha transformado en una prioridad el rescate de la agricultura tras
décadas de crisis. Sin embargo, todavía no ha relajado
significativamente el monopolio estatal a favor de las fuerzas de mercado.

La producción de alimentos cayó un 7,5 por ciento en la primera mitad
del año, a pesar de las reformas y de un recorte de las importaciones de
alimentos.

"Que los compromisos de ventas con los organismos de acopio estatal sean
los indispensables, para que la parte mayoritaria de la producción se
venda en el mercado de libre oferta y demanda", escribió el experto
Armando Nova en la revista Temas.

Nova dijo que la producción local proveía un 40 por ciento del total de
calorías y un 37 por ciento de las proteínas que consumen los cubanos.
El resto es importado a un alto costo para la nación con problemas de
liquidez.

La falta de mejoras en la producción de alimentos provocó críticas de
expertos impacientes por cambios.

"No se puede seguir viviendo presos de cabezas acomodadas que no
alcanzan nunca a ver la solución que está al alcance de sus narices",
dijo el economista Juan Triana al analizar la situación de la producción
de alimentos en la emisora estatal Radio Taíno.

Las granjas familiares y cooperativas privadas representan un 70 por
ciento de la producción de alimentos en Cuba, pese a tener apenas un 40
por ciento de las tierras arables.

Esperando elevar el rendimiento de la agricultura, Castro ha reducido la
burocracia y reorganizado el enorme sistema de granjas y cooperativas
que ocupan el resto de las tierras pero producen apenas el 30 por ciento
de la comida.

El ministro de Economía, Marino Murillo, dijo en mayo a los agricultores
que el sistema de contratación sería reformado para que los campesinos
puedan comprar directamente los insumos que necesitan para producir.

Pero aclaró que no había planes de eliminar el casi monopolio del Estado
en la compra de alimentos.

http://www.diariodecuba.com/cuba/1453-los-campesinos-cuestionan-el-ritmo-de-las-reformas

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