A 51 años de la muerte de Camilo Cienfuegos
By JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
El comandante Huber Matos estaba preso en el Castillo del Morro de La 
Habana cuando escuchó la chocante noticia: Camilo Cienfuegos, uno de los 
comandantes más carismáticos de la revolución de Fidel Castro, había 
de-saparecido.
``Yo inmediatamente pensé que Fidel lo mató. Lo mataron por mi caso'', 
dijo Matos, quien pasó 20 años en la cárcel por alegar que los 
comunistas estaban infiltrándose en el gobierno de Castro.
La desaparición de Cienfuegos el 28 de octubre de 1959 es uno de los 
misterios más persistentes de la historia de Cuba, así como una 
oportunidad para que Castro exalte a un ``mártir'' de la revolución y 
para que sus críticos lo acusen de asesinato.
Nunca ha habido una certidumbre absoluta sobre cómo murió -- 
oficialmente perdido en el mar al caerse una avioneta --, aunque durante 
décadas ha habido muchos reportes no confirmados de supuestos testigos y 
supuestas conspiraciones.
Cada 28 de octubre, los niños de las escuelas cubanas arrojan flores al 
mar o a los ríos en memoria de Cienfuegos. El año pasado, en el 50mo. 
aniversario de su desaparición, una silueta de su rostro hecha en acero 
fue colocada en la fachada de un edificio en la Plaza de la Revolución, 
cerca de la de Ernesto ``Che'' Guevara, el revolucionario argentino 
muerto en Bolivia en 1967.
El billete de 20 pesos de Cuba tiene impresa su imagen, una universidad 
de la provincia de Matanzas lleva su nombre y hay un museo dedicado a él 
en Yaguajay, el escenario de su más famosa batalla durante la revolución.
Pero, cada octubre, Matos recuerda la muerte de Cienfuegos de un modo 
radicalmente distinto: como la víctima de Castro, quien estaba celoso de 
su popularidad y lo consideraba un mujeriego irresponsable.
Hijo de anarquistas españoles que habían llegado a Cuba huyendo de la 
Guerra Civil, Cienfuegos se unió al movimiento de Castro en México, 
desembarcó en la isla junto con los expedicionarios del yate Granma en 
1956 y alcanzó el grado de comandante, el mayor rango entre los 
guerrilleros que pelearon contra el dictador Fulgencio Batista.
A la cabeza de una columna de 700 hombres, su toma del cuartel del 
ejército en Yaguajay el 30 de diciembre de 1958 abrió a los rebeldes el 
paso a La Habana y obligó a Batista a huir del país la víspera de Año Nuevo.
Cienfuegos fue nombrado jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y 
con su apostura juvenil, su característico sombrero de cowboy, su 
simpatía y su sonrisa fácil llegó a ser uno de los héroes más queridos 
de la revolución.
Fue visto una vez en la playa de Siboney, en las afueras de Santiago de 
Cuba, en Oriente, dormido a la sombra de una palma, con la camisa de 
uniforme abierta al sol y sin guardias, aunque con su subametralladora 
Thompson en las piernas.
Pero hubo fricción entre Cienfuegos y Castro desde muy temprano, 
rememoró Matos, quien ahora vive en Miami y dirige el movimiento Cuba 
Independendiente y Democrática. Cienfuegos se quejó a menudo a Matos de 
la creciente infiltración comunista en las filas de la revolución, dijo 
Matos a El Nuevo Herald, y lo urgió varias veces a hablar en privado con 
Castro sobre el asunto.
Matos añadió que Castro mientras tanto ya había empezado a criticar a 
Cienfuegos a mediados de enero de 1959, llamándolo ``descuidado, 
borracho, bohemio. Las mujeres lo vuelven loco.'' Matos contó que Castro 
le dijo: ``El pueblo lo ama, pero es un desastre''.
Matos dijo que le había parecido que Castro estaba muy celoso de la 
popularidad de Cienfuegos. ``Fidel es muy celoso. Cualquier aplauso a 
otro, a Fidel le duele'', dijo.
Cuando Matos envió a Castro una carta renunciando a la jefatura de la 
provincia de Camagüey debido a la creciente influencia comunista en la 
revolución, Castro envió a Cienfuegos a arrestarlo.
Cienfuegos arrestó a Matos en Camagüey el 21 de octubre, y dijo en aquel 
entonces a periodistas que Matos estaba conspirando en contra de Castro. 
También negó que los comunistas estuvieran ejerciendo demasiada 
influencia sobre la revolución.
El 30 de octubre, el gobierno anunció que había desaparecido desde el 
28, cuando su avioneta bimotor Cessna 310 despegó de Camagüey rumbo a La 
Habana. Nunca se encontró su cadáver ni resto alguno de la nave.
Matos estaba para entonces en una celda del Morro, la fortificación 
colonial que guarda la entrada de la bahía de La Habana, en espera del 
juicio que lo sentenciaría a dos décadas de cárcel.
Pocos días después de su arresto, dijo Matos, Castro celebró una 
manifestación para denunciarlo como traidor. Cienfuegos fue el penúltimo 
en hablar, antes de Castro, pero no mencionó a Matos en ningún momento.
El 26 de octubre, añadió Matos, recibió dos notas secretas de Cienfuegos 
diciendo que estaba preparado para ayudarlo a escapar. Matos dijo que 
rehusó la oferta porque quería un juicio durante el cual explicar en 
público sus críticas a Castro.
``De lo que estoy seguro es que Fidel tenía sobradas razones para matar 
a Camilo'', aseveró Matos en una entrevista el martes con El Nuevo Herald.
``Para mí eso siempre ha estado claro''.
``Yo también estoy convencido de que aprovecharon el primer momento para 
desaparecer a Camilo'', agregó. ``No sé como, pero sí estoyconvencido de 
que lomataron''.
Pero Matos agregó que discrepa con algunas de las muchas versiones sobre 
la muerte de Cienfuegos, y reconoció que nunca ha habido informaciones 
totalmente confirmadas sobre la manera exacta en que murió.
Existe una persona en Cuba, agregó Matos, que posiblemente tenga 
información de primera mano sobre la muerte. Y si el gobierno comunista 
se termina algún día, dijo, él buscará a esa persona, que se negó a 
identificar, para preguntarle: ``¿Que pasó realmente con Cienfuegos?''
http://www.elnuevoherald.com/2010/10/28/v-fullstory/827415/a-51-anos-de-la-muerte-de-camilo.html
 
 
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