LA HABANA, Cuba, 22 de septiembre, (Lucas Garve, www.cubanet.org) -La
insatisfacción por el mal servicio de transporte público es el desayuno
de todos los habaneros. En horas tempranas del día, es común que el
número de personas concentradas en las paradas de ómnibus llegue a más
de un centenar.
A diferencia de principios de año, cuando el servicio de transporte por
ómnibus tenía más frecuencia de viajes y la población sentía cierto
alivio, en estos momentos el servicio cae en picada. Los pasajeros se
quejan porque las guaguas atestadas no se detienen en las paradas, por
la demora en las rutas y por el mal carácter de muchos choferes poco
profesionales.
Los choferes, por su parte, se quejan de sus malas condiciones de
trabajo, de la agresividad de los pasajeros, de la mala pavimentación de
las calles que recorren y las continuas roturas que los baches producen
en los vehículos; también de que los pasajeros que no pagan el pasaje y
suben por las puertas traseras.
Según trabajadores del sector consultados, hay graves problemas con las
piezas de repuesto, los mecánicos en los talleres priorizan el arreglo
de los omnibus de choferes que les pagan extra para que los reparen
primero, los ómnibus circulan con más pasajeros que lo permitido por la
capacidad de carga. Los choferes tienen que repletar al tope las guaguas
para cumplir con la recaudación.
Además, en horas nocturnas muchos choferes sufren agresiones de
delincuentes y algunos han resultado gravemente heridos; como
consecuencia, muchos choferes se niegan a cubrir turnos nocturnos.
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