26 de noviembre de 2012

La pistola mal sacada de la Unión Europea

Posición Común, Unión Europea, Represión

La pistola mal sacada de la Unión Europea

En Cuba los cambios son tan lentos, erráticos y marginales que no
merecen aplausos

Haroldo Dilla Alfonso, Santo Domingo | 26/11/2012 7:23 am

La reciente declaración de un alto funcionario de la Unión Europea de
que se iba a dar "un paso adelante" en la revisión de las relaciones con
Cuba (es decir, revisar de alguna manera la Posición Común) tras los
cambios positivos que han sucedido en la Isla de la mano de Raúl Castro,
me parece un ejemplo de inconsistencia política. O si se quiere, de lo
peligroso que resulta sacar una pistola en medio de una trifulca si uno
no está decidido a usarla.

En lo personal estoy en contra de la Posición Común. No porque haya sido
particularmente gravosa. Es más bien como un pas de deux diplomático con
que los europeos —aterrados con las pateras de africanos y con sus
crisis financieras recurrentes— decidieron complacer las presiones del
Partido Popular y regañar a Cuba. Tampoco estoy en contra porque padezca
de esa enfermedad decimonónica que se llama nacionalismo: hace tiempo
adopté la decisión de que mi patria iba a ser aquel lugar donde tuviera
mi laptop. Pero estoy en contra de cualquier política de exclusión
contra el Estado cubano, más aún si se adopta con los consabidos raseros
desiguales de la política noratlántica.

En el primer sentido, lo que la vida nos enseña es que la élite política
cubana sabe como lanzar encima de la gente cualquier efecto negativo de
sanciones y exclusiones, y luego poner a todo el mundo a llorar sobre
los efectos de la perfidia imperialista. Y además, toda solución
política que se cocina encima de una presión extraterritorial termina
escondiendo frustraciones y resentimientos que —como todo lo reprimido—
erupciona respuestas políticas emocionales altamente destructivas. Justo
lo que no necesitamos en Cuba.

Pero además, aquí también hay una nota de pérfida inequidad, cuando se
penaliza al débil por el mismo pecado que se ignora en el fuerte. La
Unión Europea —como Estados Unidos— tiene aliados y medio amigos con los
cuales yo evitaría tomarme un café. Pero sea porque tienen petróleo —el
caso saudita—, porque son piezas geopolíticas claves —el caso israelí— o
simplemente porque son acreedores —el caso de China—, no hay para ellos
ni embargo, ni posición común, ni siquiera una muequita de desagrado.

Por todo esto estoy en contra de la Posición Común. Pero considero que
decir a estas alturas que se va a cambiar saludando los pasos positivos
del Gobierno cubano me parece un cuento apto para los hermanitos de Bambi.

Porque en Cuba los cambios son tan lentos, erráticos y marginales que no
creo merezcan aplausos. Y el país sigue postrado económicamente, su
sociedad sigue privada de sus derechos civiles y políticos más
elementales, y la política controlada por una élite de militares,
burócratas ateridos y tecnócratas aburguesados a quienes nadie ha
elegido y quienes nunca rinden cuenta. Y los cubanos migrantes siguen
privados de sus derechos ciudadanos y obligados a pedir permiso para
visitar la tierra en que nacieron y que en alguna medida sostienen con
sus remesas y pagos.

Repito, si hubieran pedido excusas por haber sacado una pistola que no
sabían usar, o si dijeran que todo esto es para cuidar el pellejo de
Carromero, el representante más oneroso que nos ha enviado la derecha
española, tendríamos que entenderlo. Y yo personalmente hubiera
aplaudido por el despliegue de sinceridad.

Pero decir que las cosas mejoran hacia adelante es, en el mejor de los
casos, el tipo de ignorancia que no releva de responsabilidades.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-pistola-mal-sacada-de-la-union-europea-281783

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