24 de abril de 2011

Raúl debilitado

Publicado el domingo, 04.24.11

Raúl debilitado
Carlos Alberto Montaner

Se suponía que el VI Congreso fortaleciera la figura de Raúl Castro,
pero sucede lo contrario. La ceremonia lo ha debilitado. Seleccionar
siempre genera enemigos. Todos los deliberadamente excluidos se
convierten automáticamente en críticos y adversarios del líder
entronizado. Hasta ahora la provisionalidad le generaba a Raúl una calma
tensa y silenciosa, como de película de suspense. Ya vimos el final, así
que llegó el momento de los juicios amargos.

Lo que ahora se dice en los pasillos del poder es que se trata de un
tipo mediocre, rodeado de militares mediocres, que no sabe a dónde va.
Lo que sigue forma parte de los comentarios que circulan sotto voce
entre los cubanos.

Fidel, oficialmente, se ha retirado del poder para siempre. Se presumía,
pero ahora ha quedado totalmente despejada cualquier duda. Eso siempre
tiene peso en una dictadura caudillista. Son muchas las personas que
eran leales a Fidel, no a la Revolución ni a su hermano. La despedida de
Fidel tiene un costo político.

Raúl, en los cinco años que lleva de sustituto, desde el verano de 2006,
no ha sido capaz de crear un mecanismo para transmitir la autoridad a
las nuevas generaciones. La edad promedio de los miembros del Buró
Político surgido del último Congreso del Partido Comunista Cubano es de
69 años. El propio general-presidente está a punto de cumplir 80, pero,
en caso de muerte, su sustituto, el señor Machado Ventura, tiene 82. El
gran peligro que acecha a la cúpula dirigente no es el imperialismo
yanqui sino el volumen de la próstata.

Intentarán aliviar los desastres del colectivismo, sin renunciar a ese
disparate, con unas cuantas medidas tomadas del capitalismo. Sin
embargo, proponen algo insólito: una dictadura comunista sin subsidios,
mitigada por un capitalismo sin mercado. Esa es la cuadratura del
círculo. No tiene destino.

El estamento predominante en el nuevo Comité Central son los generales
afines a Raúl. Aunque el régimen se disfrace de gobierno comunista, se
trata de una dictadura militar con elementos dinásticos subrayados por
cierto nepotismo: en el nuevo Comité Central comparecen dos yernos de
Raúl. No está, sin embargo, su hijo Alejandro Castro Espín, coronel del
Ministerio del Interior y persona extraordinariamente poderosa que
mantiene en jaque a la cúpula dirigente con sus constantes auditorías,
ayudado por Gladys Bejerano, Contralor General de la nación.

Raúl ha purgado permanentemente a la cúpula dirigente de viejos cuadros,
algunos de ellos notoriamente fidelistas: Carlos Lage, Felipe Pérez
Roque, Yadira García, Marta Lomas, Juan Contino, Fidel Figueroa, General
Rogelio Acevedo, General Pascual Rodríguez Braza, Pedro Sáez, Jorge Luis
Sierra. (En esas vendettas cayó el chileno Max Marambio en medio del
fuego cruzado).

La exclusión de Abel Prieto (Ministro de Cultura) del Buró Político y
del Comité Central es otra prueba de por dónde van los tiros
estalinistas. Prieto, junto a Eusebio Leal, era el rostro más humano del
régimen. Lo sacrifica porque no va a permitir la menor independencia de
criterio en el mundillo de los intelectuales. Quien me hace el
comentario agrega un colofón malvado, propio de escritores: "lo malo es
que Abel amenaza ahora con regresar a la literatura".

Raúl no tiene la menor intención de abrir el juego político ni respetar
los derechos humanos. Por el contrario, en su discurso ratificó la vieja
estrategia represiva de los actos de repudio contra los demócratas de la
oposición. No los va encarcelar por largos periodos. Los va a moler a
palos hasta que desistan o se escondan.

No es cierto que Raúl sale fortalecido del VI Congreso. La coreografía,
bien orquestada, no deja ver la verdad. La jerarquía a cargo del aparato
productivo lo odia. Le molesta que haya optado por vigilar a los
gerentes en lugar de estimular la creación de bienes y servicios. Dice
que Raúl está más interesado en vigilar y controlar que en producir. Los
viejos fidelistas desplazados no lo quieren. Los comunistas jóvenes
reformistas que deseaban participar en un debate real sobre los
problemas del país se sienten burlados. En lugar de discutir con ellos
los cambios ha ratificado a la viejísima guardia para ir reemplazando a
los cuadros dirigentes de manera inconsulta y sin más argumentos que su
voluntad testicular. En suma: Raúl termina el VI Congreso con muchos más
enemigos y con muchas menos ilusiones. Mandar suele ser un oficio ingrato.

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http://www.elnuevoherald.com/2011/04/24/927435/carlos-alberto-montaner-raul-debilitado.html

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