29 de abril de 2011

Moratinos se tragó "sin rechistar" la expulsión de los agentes españoles en Cuba, según experto

Espionaje

Moratinos se tragó "sin rechistar" la expulsión de los agentes españoles
en Cuba, según experto

Fernando Rueda explica que el CNI "se sintió traicionado" por el
entonces ministro de Asuntos Exteriores

EFE, Madrid | 29/04/2011

El experto en espionaje Fernando Rueda, autor del libro Las
alcantarillas del poder, de reciente aparición, destacó en una
entrevista la cooperación del español Centro Nacional de Inteligencia
(CNI) y la CIA en torno a Cuba.

Según Rueda, en la Isla, la presencia de la inteligencia estadounidense
no se corresponde con el interés real de Washington, de ahí la necesidad
de aliados sobre el terreno.

La actividad de los servicios de inteligencia españoles en Cuba, refiere
Rueda, ha estado plagada de luces y sombras, "con continuos conflictos
entre los agentes secretos y sus compatriotas diplomáticos".

Así, en 2009 fue expulsada en bloque de Cuba toda la red de agentes
"oficiales" del CNI, en un escándalo que también derribaría, "por
traición a la Revolución", al entonces vicepresidente cubano Carlos Lage
y al ministro de Asuntos Exteriores Felipe Pérez Roque.

Esta crisis de los espías evidenció la fractura entre la inteligencia y
la diplomacia españolas, pues el CNI nunca perdonaría que el entonces
ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, tragara
"sin rechistar", como cuenta Rueda, la expulsión de los agentes.

Entonces, el CNI "se sintió traicionado por Moratinos", explica el autor.

"La historia ha demostrado que los agentes del CNI actúan a su gusto y
si tienen la suerte de no meterse en líos sólo entonces no hay problemas
con los diplomáticos", añade.

Historia y actualidad de los servicios de inteligencia españoles

De acuerdo con Rueda, la auténtica historia de los servicios de
inteligencia españoles empieza cuando, en los años ochenta, "se libera
de la tutela de la CIA", que había convertido a este país en su coto
particular de caza.

"Cuando Franco consigue la ayuda americana gracias a la apertura de
bases de las fuerzas armadas estadounidenses, de alguna manera el
dictador vende España a la CIA y esta hizo lo que le dio la gana",
explica el escritor español.

A la muerte del dictador (en 1975), "la CIA estaba pagando a miembros
del servicio de contrainteligencia un sobresueldo y todo el mundo lo
sabía", añade este periodista.

Rueda refiere en su libro episodios de la historia del CESID, antecesor
del actual CNI, narra la evolución de los actuales servicios y relata
muchos de los secretos que han marcado el devenir de España desde 1975.

Entre los sucesos más luctuosos en los que estuvieron implicados esos
servicios secretos aparece el espionaje a las más altas figuras del
Parlamento y el Estado, del que ni el rey Juan Carlos se libró, o la
aparente participación de agentes de inteligencia en el intento de golpe
de Estado del 23 de febrero de 1981.

Rueda explica que tampoco tuvieron suerte en 2004 los espías españoles
cuando "supuestamente" asesoraron a golpistas contra el dictador
guineano, Teodoro Obiang, o en su presunta colaboración en 2002 con
quienes intentaron derrocar al presidente venezolano, Hugo Chávez.

En el libro, se detalla asimismo la intervención de los "James Bond"
españoles en la lucha contra ETA y esa pugna para quitarse de encima a
la CIA, tras la llegada al poder del Partido Socialista en 1982.

Los servicios de inteligencia españoles adquieren su propia identidad en
1986, cuando el intento estadounidense de espiar a Alfonso Guerra,
entonces vicepresidente del Gobierno de Felipe González y segundo hombre
fuerte del país, acabó con la expulsión de toda la estación de la CIA en
España.

Ya los norteamericanos habían intentado instalar micrófonos al
presidente González, en la creencia de que "España podría seguir siendo
su república bananera", afirma el autor de La Casa.

Esas espinosas relaciones, relata el periodista, han cambiado hoy día y
es notable la cooperación de ambos servicios de inteligencia en
despliegues internacionales, como el de Afganistán, o en ámbitos como el
de la lucha antiterrorista.

Esta colaboración no se reflejó, sin embargo, en la prevención de los
atentados del 11 de marzo de 2004 contra trenes de pasajeros en Madrid
(191 muertos), aunque este terrible evento y los errores cometidos por
el CNI pusieron al combate del terrorismo islamista en la primera página
de su agenda.

Rueda tiene palabras de elogio para los actuales servicios de
inteligencia, renovados con agentes civiles y una incorporación cada vez
mayor de mujeres.

Ahora, señala, su labor no está sólo en cazar terroristas de ETA o
espías rusos, marroquíes y cubanos, sino en defender los intereses de
empresas españolas en el exterior, así como la seguridad de las fuerzas
de este país desplegadas en conflictos internacionales.

Uno de estos, el de Irak, llevó a uno de los mayores desastres sufridos
por los servicios secretos españoles en su historia, con la muerte en
2003 de siete agentes acribillados en una emboscada.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/moratinos-se-trago-sin-rechistar-la-expulsion-de-los-agentes-espanoles-en-cuba-segun-experto-261782

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