21 de marzo de 2011

Las primaveras llegan solas

Publicado el domingo, 03.20.11

Las primaveras llegan solas
By RAUL RIVERO

Madrid -- El gesto arrogante, severo y desproporcionado que llevó --hace
ocho años-- a 75 periodistas independientes, bibliotecarios y activistas
de derechos humanos a las cárceles de Cuba no consiguió acabar con la
oposición pacífica. No se pudo borrar con ese trallazo los brotes de la
verdadera sociedad civil criolla.

La ola represiva de marzo de 2003 creó, eso sí, una sensación momentánea
de parálisis, le dio un cambio a la velocidad del trabajo de la
disidencia y le permitió el acceso a una presencia internacional que el
gobierno no calculó a la hora de firmar las órdenes de arresto.

Desde esta otra estación, vestida (por el momento) nada más que por sus
colores naturales, no es necesario hacer un balance definitivo de esa
etapa. Hay que tener un acercamiento sereno porque de aquel grupo
original han muerto dos prisioneros: Orlando Zapata Tamayo y Miguel
Valdés Tamayo. Y otros dos, José Daniel Ferrer y Félix Navarro, siguen
ahora mismo encerrados en una galera.

Tampoco hay máquinas o dispositivos de tecnología de punta para medir el
sufrimiento humano. La sabiduría de los científicos no ha encontrado aún
la fórmula para evaluar las sesiones de agonía de algunos presos, como
Ariel Sigler Amaya, Normando Hernández o Julio Valdés Guevara, que
sufrieron graves enfermedades durante años detrás de las rejas.

Desde los primeros momentos de la razia, enseguida que los prisioneros
fueron dispersados por celdas de castigos de toda la geografía de la
isla, comenzó a levantarse un sentimiento de solidaridad y de apoyo.
Dentro del país, ese movimiento desembocó en la Asociación Damas de
Blanco, una agrupación de familiares que, de repente, sacó a las calles
la protesta y el mensaje de lucha de toda la oposición.

Ellas abrieron espacios en una sociedad cerrada a la verdad. Con su
resistencia y tenacidad, bajo amenazas, golpizas e insultos le pusieron
voz a sus padres, hijos, esposos o hermanos condenados. Con sus
caminatas y sus oraciones dominicales y sus tertulias literarias le
enseñaron al mundo el escenario ruinoso y cautivo de un país que estaba
oculto por la propaganda y por los estrictos controles estatales.

Por otra parte, continuaron su trabajo los grupos de opositores, los
periodistas independientes y, en un proceso gradual y discreto,
comenzaron a crecer.

En ese periodo, algunos activistas destacados y veteranos líderes de la
disidencia le dieron su timbre personal a una oposición que, en el
laberinto de una represión creciente, variada y constante, no ha dejado
de expresar su rebeldía.

En este punto, hay que darle un espacio al surgimiento del movimiento de
blogueros y periodistas jóvenes, así como a una nueva generación de
artistas (músicos, escritores y pintores) que han encontrado en los
nuevas vías para proponer cambios profundos en la nación.

Han pasado ocho años. Y mañana empieza otra primavera.

http://www.elnuevoherald.com/2011/03/20/906417/raul-rivero-las-primaveras-llegan.html

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