21 de marzo de 2011

Fidel Castro, Premio Gadafi de Derechos Humanos

política

Fidel Castro, Premio Gadafi de Derechos Humanos
Manuel Zayas
Barcelona 20-03-2011 - 10:06 pm.

El dictador cubano recibió del libio un premio con su nombre y 250.000
dólares.

En agosto de 1998, la Fundación Muamar al Gadafi de Derechos Humanos
concedió el (estrafalario) premio con el nombre del líder libio al
Comandante en Jefe Fidel Castro, según reportó la agencia oficial de
noticias Jana.

En el cable noticioso, fechado en Trípoli el 11 de agosto, se anunciaba
que el galardón iba dotado con la suma de 250.000 dólares y daba razón
de su otorgamiento al dictador cubano por "su resistencia al
imperialismo, su lucha en nombre de los principios y su audacia para
enfrentar la realidad, que auguran una nueva etapa en la lucha de los
pueblos frente a la hegemonía, el embargo y la agresión".

De acuerdo al reporte libio, Castro recogería el premio el 30 de agosto
de ese mismo año en una ceremonia oficial, de la que no se ofrecieron
más detalles.

Desde su anuncio mismo, la concesión era una realidad que la prensa
oficial cubana ocultó por decisión del propio Fidel Castro.

Apresurándose a la entrega oficial del galardón y aprovechando un viaje
suyo a República Dominicana, el Máximo Líder anunció el 23 de agosto una
donación suya, a título personal, de 250.000 dólares para la
construcción de un politécnico en localidad de Bani, sin hacer mención
siquiera a la procedencia de esos fondos.

A las claras, Fidel Castro no supo cómo reaccionar públicamente ante el
premio de su amigo Gadafi, considerado entonces por varias naciones
occidentales como patrocinador del terrorismo internacional. Asimismo,
temió encarar a la opinión pública y explicar por qué aceptaba una suma
monetaria de origen tan sospechoso y un premio con tan extravagante nombre.

Sin dar explicaciones, era preciso deshacerse anticipadamente de una
transferencia monetaria que podía servir de prueba de enriquecimiento
personal. La entrega oficial del premio, anunciada por el gobierno libio
para finales de mes, fue pospuesta.

Dos años después, en la madrugada del 9 de octubre del 2000, tres
periodistas oficiales de guardia informativa fuimos conminados a
reportar la entrega del galardón a Fidel Castro, que se haría en la sede
del Consejo de Estado, en el Palacio de la Revolución de La Habana.

En pasillos vigilados y adornados con cuadros al óleo de Tomás Sánchez
dedicados al "Ministro de las FAR General de Ejército Raúl Castro" y
lienzos de otros pintores cubanos que convertían la sede del poder en
museo, fuimos advertidos de ser pacientes porque a esa hora, dos de la
madrugada, tenían lugar conversaciones oficiales, a puertas cerradas,
entre Castro y una delegación libia.

Cuando los bostezos se hacían más persistentes, los periodistas de
Granma, del Noticiero de Televisión y de la Agencia de Información
Nacional (AIN, donde yo trabajaba entonces) fuimos llevados a una sala
de espacio reducido para la entrega oficial del premio, pospuesta por
dos años por astucia de su receptor.

La teatralización de la ceremonia fue total: el escenario estaba formado
por un pequeño podio con micrófono y, en el fondo, las banderas de los
dos países; los actores eran el emisario del gobierno libio Abuzed Omar
Dorda, embajador ante Naciones Unidas, acompañado por un funcionario de
la embajada de Trípoli en La Habana que fungía como traductor, y, por
supuesto, el Máximo Líder. Como público selecto, tres periodistas oficiales.

No hubo fanfarria, pero sonaron los himnos desde un altavoz.

"Al militante Fidel Castro, en reconocimiento de su papel heroico en
defensa de su pueblo, como también su resistencia al imperialismo, que
lo ha rodeado durante más de tres décadas", fue la dedicatoria del
emisario libio.

Por su parte, el Máximo Líder se vanaglorió de defender los derechos
humanos y dio la consabida perorata habitual: en Cuba "no hay
desaparecidos", y habló de la solidaridad de su país con el Tercer Mundo.

Castro aprovechó para agradecer a Gadafi por el premio y lo llamó "uno
de los grandes rebeldes de estos tiempos".

Cuando no había nada más que decir, Castro dirigió su mirada a una de
las puertas desde donde escrutaba uno de sus guardias personales, y le
dijo, imperativo: "¿Dónde está mi jugo?".

Sin que transcurriera un minuto desde aquella orden, apareció un edecán
con bandeja y tres vasos despampanantes con naranja exprimida para el
mandamás. Castro se abalanzó sobre la bandeja, impidiendo que llegara
primero a los libios y dando por concluida la farsa protocolar.

Como no había más espectáculo que observar, fuimos sacados de allí y se
nos advirtió que el monto en metálico del premio de Gadafi había sido
donado por Cuba "para la construcción de una escuela en República
Dominicana".

Salí caminando hasta la sede de la AIN a escribir, citando literalmente,
lo que allí se dijo, sin poder mencionar fuentes que no fueran las
oficiales. El despacho cablegráfico estuvo listo a las 6 de la mañana y
fue revisado por dos editores y enviado al Comité Central para su
aprobación.

El centro educativo donado a República Dominicana fue el Politécnico
Máximo Gómez, construido con dinero aportado exclusivamente por "Cuba" o
Fidel Castro, según se mire, en la ciudad de Bani.

Fuentes dominicanas han asegurado que el costo de la construcción del
centro de estudios ascendió a 50 millones de pesos dominicanos, lo que,
al cambio actual, equivaldría a alrededor de 1.300.000 dólares, cinco
veces el regalito de Muamar al Gadafi a Fidel Castro.

En 2003, Fidel Castro realizó su última visita oficial a Libia, y allí
estrechó la mano de Gadafi, "uno de los grandes rebeldes de estos
tiempos". Gadafi paseó a Castro por cuanto palacio posee.

Los reportes oficiales solo dieron detalles de la visita al palacio
bombardeado en Trípolí en 1986 por la aviación estadounidense por órden
del presidente Ronald Reagan, y en el que murió una hija adoptiva de Gadafi.

La admiración entre el sátrapa caribeño y libio es tal que, hasta la
fecha, Fidel Castro no ha condenado los crímenes de Gadafi contra la
población libia, ni ha opinado sobre la cuantiosa fortuna que el clan
Gadafi posee. Parece que tampoco lo hará.

http://www.diariodecuba.com/cuba/3698-fidel-castro-premio-gadafi-de-derechos-humanos

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