Publicado el 10-02-2010
Cubanos a la espera de licencias para trabajo privado
LA HABANA (EFE).
Los cubanos siguen hoy a la espera de que el Gobierno de Raúl Castro
abra el proceso para solicitar las nuevas licencias para el trabajo
privado en 178 actividades, anunciado para este mes de octubre.
En los últimos días la prensa oficial ha adelantado detalles sobre los
oficios y regulaciones en los impuestos para quienes opten por el
trabajo por cuenta propia, dentro del proceso de ajustes laborales
emprendido en la isla, donde reina cierta confusión y dudas sobre el tema.
Hace dos semanas el diario Granma, portavoz del gobernante Partido
Comunista, informó de que las licencias se podrían pedir a partir de
octubre, pero en las Oficinas Municipales de Trabajo encargadas del
trámite en La Habana, hoy no existía todavía una normativa precisa sobre
la fecha en se que abrirán los plazos para la petición de licencias.
Empleados de cinco de estas oficinas consultados por Efe indicaron que
no han recibido aún normativa sobre el proceso y solo en una de ellas
precisaron que podría comenzar el próximo día 4.
Mientras tanto, la ampliación del trabajo privado sigue dando que hablar
en la calle. Natalia, una jubilada de 68 años, dijo hoy a Efe que ha
decidido abrir una cafetería de comida ligera porque su pensión no
alcanza y "ahora hay licencias y dan facilidades", aunque no tiene idea
de a dónde dirigirse ni qué hacer al respecto.
"Yo no robo, y aquí el que no roba no vive", añadió Natalia y admitió
que una de las dificultades que encuentra para sus planes es conseguir
los "materiales" básicos para su posible negocio.
El negocio de las cafeterías fue uno de los más populares cuando el
Gobierno cubano abrió por primera vez la opción de licencias para
trabajadores por cuenta propia a inicios de la década de los noventa,
ante la crisis económica que enfrentó la isla con la caída del bloque
socialista.
Norma Matos, de 52 años, una de las pioneras en abrir un puesto privado
de comida ligera en aquello años, afirmó hoy a Efe que ahora le gustaría
ampliar su negocio porque su familia ha crecido, pero sólo se atrevería
si el Gobierno garantiza la venta de suministros.
"Mis ventas las tengo que hacer en pesos cubanos, pero la materia prima
sólo la puedo conseguir en las tiendas en divisas y son esos
comprobantes los que me exigen los inspectores", explicó Matos, para
quien la nueva apertura tendrá el talón de Aquiles de la doble moneda
que circula en Cuba y el peligro de que se extienda la corrupción.
La flexibilización del trabajo por cuenta propia forma parte de los
ajustes laborales impulsados por el Gobierno tras el anuncio de que se
eliminarán medio millón de empleos públicos en los próximos seis meses,
hasta lograr plantillas donde al menos el 80 por ciento de los
trabajadores esté vinculado directamente a la producción.
Para ello, se ha abierto el espectro de opciones en el sector no estatal
con alternativas que también incluyen la entrega de tierras agrícolas en
usufructo y el cooperativismo.
En opinión de Jesús Díaz, quien hace 20 años sacó una licencia como
"ponchero" (dedicado a reparar e inflar neumáticos) en un barrio de La
Habana, la gente aún no tiene "una idea clara" de lo que vendrá y "no
confía".
"En la primera apertura en los años noventa mucha gente sacó licencias y
después el mismo Estado se las fue quitando por una razón u otra, a mi
mismo me han puesto 20 obstáculos", indicó Díaz, de 42 años.
Según Rafael, empleado de un taller particular de reparación de
bicicletas, el mayor "miedo" de mucha gente está en el monto de los
impuestos a pagar y en cómo lanzarse a un negocio propio "de la nada",
sin "capital ni garantías".
"Hay oficios que no van a dar para cumplir con impuestos altos como de
los que se habla, y uno no puede trabajar para pagar impuestos", añadió.
EFE
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