El canciller cubano descarta una normalización de las relaciones sin la
eliminación de la "posición común"
EL PAÍS | AGENCIAS - Madrid |Naciones Unidas - 27/10/2010
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, ha afirmado que la Unión Europea
"sueña" si considera que puede normalizar las relaciones con la isla
caribeña sin eliminar la llamada posición común, que desde 1996 supedita
la interacción con el régimen castrista a la democratización de la isla.
Rodríguez ha respondido así a la decisión adoptada el lunes por la UE de
establecer contactos políticos con Cuba a instancias del Gobierno
español y comenzar a explorar vías para un nuevo acercamiento a La
Habana, lo que supera, aunque por ahora no revoca la medida.
"Se dice que la llamada posición común quedó superada. Ya veremos, pero
la Unión Europea sueña si cree que podrá normalizar las relaciones con
Cuba existiendo la posición", ha dicho Rodríguez en una intervención en
la Asamblea General de la ONU, que renovó su condena al embargo
estadounidense contra la isla.
Rodríguez criticó también la reciente decisión de la Eurocámara de
conceder el premio Sajarov a la libertad de conciencia al disidente
cubano Guillermo Fariñas. "Con toda desvergüenza, y de manera infame, se
dedica a premiar a agentes pagados por el gobierno de Estados Unidos en
Cuba", ha afirmado.
En una réplica a críticas a la situación de los derechos humanos en la
isla formuladas en el debate por un representante europeo, Rodríguez
instó a la UE a ocuparse de sus políticas de emigración, la deportación
de minorías, así como de la respuesta policial a las manifestaciones
contra la crisis, entre otras cosas. Los ministros de Exteriores de los
Veintisiete encargaron a la Alta Representante, Catherine Ashton, que
establezca contactos políticos con Cuba a fin de explorar posibles
formas de avanzar en una relación bilateral.
El acuerdo fue apoyado por un grupo de países que, encabezados por
España, lo consideran un reconocimiento a los cambios de los últimos
meses en Cuba -como la liberación de 42 presos políticos y el anuncio de
algunas reformas económicas-, frente a los socios más escépticos, que
creen que esas medidas de La Habana no son aún suficientes.
La Posición Común
La Posición Común solo puede ser modificada por unanimidad. Los
Gobiernos de Alemania, Francia, República Checa y Suecia se significaron
en junio pasado en defensa de mantener un año más la Posición Común
adoptada a instancias de un José María Aznar que acababa de ganar las
elecciones españolas de 1996. Las relaciones de la Unión con Cuba fueron
durante largos años lo que en la jerga comunitaria se considera un
"asunto hispano-español", un asunto de interés para un país, en este
caso España, que deja indiferentes a los demás, que se dejan guiar por
el país en cuestión. Aznar reclamó un cambio de política con respecto a
la seguida por Felipe González y lo obtuvo. Exigió en 2003 sanciones en
respuesta a los fusilamientos y encarcelamientos de la Primavera Negra
en Cuba y las consiguió. Pidió José Luis Rodríguez Zapatero en 2005 el
fin de las sanciones y las sanciones se acabaron.
La UE hacía con Cuba lo que España decía. La ampliación de 2004
introdujo un inesperado factor en las relaciones de la UE con el
comunismo cubano. Ocho de los 10 nuevos socios conocían de primera mano
la experiencia comunista y entre ellos se significó de inmediato la
República Checa contra el castrismo. Madrid encontró en Praga la horma
de su zapato y de ahí las dificultades con la Posición Común que
Zapatero querría ver convertida en historia.
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