2 de julio de 2010

ENTREVISTA: Con el académico Carmelo Mesa Lago

ENTREVISTA: Con el académico Carmelo Mesa Lago
Miércoles, 30 de Junio de 2010 11:28

El tema de la reconciliación y el diálogo entre los cubanos de la Isla y
los del exilio, junto con el económico y las posibles reformas a llevar
a cabo, fue debatido en la X Semana Social Católica, celebrada del 16 al
20 de junio en La Habana. En el evento, en que participaron unos 150
invitados, hubo ponencias de religiosos y académicos cubanos de dentro y
fuera. Uno de los participantes que reside fuera de Cuba, pero cuya obra
se conoce no sólo en su patria de origen y su país de residencia
(Estados Unidos), sino en Europa y Latinoamérica, fue el distinguido
académico Carmelo Mesa Lago. A continuación, algunas de sus impresiones
sobre el evento, la realidad cubana y su futuro.

A usted se le considera la principal referencia en temas de la economía
cubana, tanto internacionalmente como entre numerosos académicos de la
Isla, algunos de los cuales ―Pedro Monreal, Julio Carranza, y Omar
Everleny, para citar algunos nombres― han sostenido con Ud. una relación
fluida y encuentros frecuentes en foros internacionales. ¿Cómo ha sido
posible ese buen entendimiento, cuando en otros temas se han producido
relaciones de descalificación o confrontación?

Carmelo Mesa-Lago (CML): En los últimos dos decenios, los economistas
cubanos se han entrenado en diversas universidades extranjeras y han
elevado de manera muy notable el nivel académico y la objetividad de sus
publicaciones, las cuales he citado en mis trabajos. En mi primer visita
en 1978 conocí a Pedro Monreal y Julio Carranza (sociólogo), que estaban
en el Centro de Estudio de América (CEA); ellos con Luis Gutiérrez
publicaron un libro en 1995 proponiendo reformas profundas dentro del
sistema socialista, el cual generó críticas y que ellos salieran de
dicha entidad. Monreal (y creo que también Carranza) se pasaron al
Centro de Estudios de la Economía Mundial, donde estaba José Luis
Rodríguez. Con éste sostuve en los 80 un fuerte debate en torno a la
Cubanología, que se publicó en Cuba y en los EEUU en Cuban Studies. En
los 90s Rodríguez fue nombrado Ministro de Economía y Planificación, y
fue en gran medida responsable de las reformas económicas en esa época,
que lograron una recuperación parcial. Con Carranza, Monreal, Rodríguez
y otros economistas me reuní en un seminario efectuado en La Habana, en
1990, como parte de un intercambio con la Universidad de Pittsburgh.
Después no pude regresar a Cuba por 20 años. En 1989 se creó el Centro
de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), adscrito a la Universidad de
La Habana; sus profesores e investigadores son los que mejor conocen
allá la economía de la Isla y han publicado mucho dentro y fuera de
ella, entre ellos Omar Everlely, Juan Triana, Armando Nova, Hiram
Marquetti, Sergio Sánchez Egozcue y Anicia García (su actual directora).
Con ellos me reuní en seminarios sobre Cuba celebrados en Bellagio
(donde estaba Mayra Espina, experta en política social), Madrid, Miami,
Monreal, Nueva York y Ottawa (aquí estaba María Luisa Iñiguez, geógrafa
social); más tarde entablé una relación académica por correo electrónico
con Pavel Vidal al que conocí personalmente (al igual que a Ricardo
López) en el CEEC el pasado junio. He escrito reseñas en Cuban Studies
de libros publicados por varios de ellos y hemos intercambiado nuestros
trabajos respectivos. De esas reuniones surgió el respeto mutuo y
también un consenso en puntos importantes de las reformas económicas,
aunque con enfoques diversos. Pienso que el hecho de que somos
académicos, con un entrenamiento similar en una ciencia, que no es
exacta pero se basa en fuerte cuantificación, han sido elementos que han
facilitado ese entendimiento que es más difícil en áreas donde predomina
más la ideología, pero también se está observando algo similar en otras
disciplinas de las ciencias sociales.

¿En qué medida cree Ud. que el discurso de estos economistas que viven
en Cuba está digamos que "adaptado" a no quebrantar las pautas
imperantes? Y, ¿en qué medida plantean libremente lo que piensan?

CML: Considero que los economistas que conozco, basados en cifras
publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, el Banco
Central y otras entidades cubanas, a más de organismos regionales como
la CEPAL, han planteado con profesionalidad y objetividad los serios
problemas que confronta la economía cubana, y propuesto medidas atinadas
para resolverlos, con muchas de las cuales concuerdo, y así lo he dicho
en mis trabajos.

Carlos Solchaga dijo en 1993, a su regreso de su primer viaje y
encuentro con economistas del sistema y de los centros de estudios
especializados, que los cubanos del área económica sabían perfectamente
lo que había que hacer y prácticamente no necesitaban asesoría;
necesitaban que los dejaran actuar y tomar decisiones e iniciativas.
¿Está Ud. de acuerdo? ¿Qué comentario añadiría?

CML: Durante el gobierno de Felipe González, Carlos Solchaga escribió un
documento muy importante sobre los cambios que eran necesarios en Cuba y
que continúa teniendo plena vigencia. Lo conocí en una mesa redonda
efectuada en el Instituto Universitario Ortega y Gasset en Madrid, en
2003, y estuvimos de acuerdo en los temas claves de la economía cubana.
Por lo que digo antes, es obvio que considero acertada la visión de
Solchaga. Después del discurso del presidente Raúl Castro, el 26 de
julio de 2007, en que planteó la necesidad de reformas estructurales,
muchos economistas cubanos (también politólogos, sociólogos, juristas,
filósofos) se enfrascaron en el debate más amplio y profundo bajo la
revolución; sus propuestas lograron bastante consenso y buena parte de
ellas fueron divulgadas en la prensa. Han pasado casi tres años y,
aunque se han tomado medidas positivas, son a cuenta gotas, con
limitaciones, van muy despacio y ninguno de los problemas clave
identificados ha sido enfrentado hasta ahora.

Aurelio Alonso, un veterano de la academia cubana, desde la revista
Pensamiento Crítico, el Departamento de Filosofía y los altos Centros de
Estudios puso de relieve la necesidad de "afrontar el diálogo con la
emigración". ¿Cree Ud. que el Gobierno está preparado para entablar un
diálogo sin exclusiones con los cubanos que residen fuera del país?
¿Cree Ud. que los exiliados/emigrados están preparados para esto? Y,
¿Por cuáles asuntos se podría empezar?

CML: En la X Semana Social Católica hubo ponencias de religiosos y
académicos cubanos y tres del exterior; participaron unas 150 personas y
hubo virtual unanimidad en la necesidad del diálogo interno y externo.
Aurelio Alonso presentó una excelente ponencia en la que dijo: "Creo que
es urgente resolver el reto del diálogo dentro de la nación y, es más,
creo que de nuestra capacidad para dar respuesta al diálogo dentro de la
nación depende que estemos en condiciones también de afrontar el diálogo
con la emigración". Animo la esperanza de que ese evento sea un primer
paso en el diálogo nacional, pero no sé si ocurrirá. En mi artículo
publicado en El País y varias entrevistas que me hizo la prensa
extranjera en La Habana dije y repito que hay fuerzas extremistas dentro
de Cuba y en el exilio/emigración que se oponen al diálogo y a las
reformas económicas, para defender sus intereses en contra del bien de
la nación. Dentro de Cuba, la descentralización económica, los cambios
en la propiedad, la reforma agraria, la introducción de fuertes
incentivos individuales son bloqueados por un sector que teme a la
pérdida de su poder económico y a la competencia no estatal que
derrotaría su ineficiencia. En la otra orilla, las encuestas hechas por
la Universidad Internacional de La Florida demuestran que el porcentaje
de los cubanos partidarios del diálogo creció de 40% en 1991 a 65% en
2007, aumentando a 79% entre los que emigraron después de 1995. Pero la
minoría que se opone cuenta con fuertes medios de comunicación, muy
influyentes, que obstaculizan el diálogo.

Rafael Hernández, director de la revista Temas, consideró imposible "la
reconciliación entre ideologías diversas", pero pensamos que en este
caso la palabra "reconciliación" no describe lo que pretendemos los
cubanos, que es la aceptación y el respeto entre ideologías incluso
contrapuestas, que se expongan y debatan sin descalificaciones previas,
sin considerar al otro un enemigo, sino un adversario político. ¿Cree
Ud. que Hernández se refiere a esto cuanto afirma que "la reconciliación
política es premisa imprescindible para el equilibrio social en Cuba"?

CML: En mi artículo de El País, no cité correctamente una frase de la
ponencia de Rafael Hernández presentada en power point en la X Semana
Social Católica. En realidad él se refirió a una frase de un intelectual
de la Iglesia: "la reconciliación política es premisa imprescindible
para conseguir la estabilidad y el equilibrio social en Cuba," dijo que
no estaba de acuerdo, y aceptó "la reconciliación de las personas y las
familias" en oposición a "la reconciliación entre ideologías y posturas
políticas". Él no comparte la idea de que la reconciliación entre esas
posturas es esperable o imprescindible. En cambio, sí le parece
indispensable el "debate en la esfera pública cubana, como premisa
necesaria para el desarrollo y la profundización de una cultura cívica
superior" Yo no creo factible tampoco la reconciliación entre
ideologías, particularmente políticas, por ejemplo, entre un sistema
basado en el partido único comunista y otro asentado en la pluralidad de
partidos, pero hay ejemplos históricos de cierta mezcla de ideologías
económicas, como el socialismo de mercado en China y Vietnam. Por otra
parte, acepto sin reservas lo que dices: "el respeto entre ideologías
contrapuestas, que se expongan y debatan sin descalificaciones previas,
sin considerar al otro un enemigo, sino un adversario político" y pienso
que ese criterio prevaleció en el evento citado y es esencial para el
diálogo futuro.

Por último, ¿No cree Ud. que esta experiencia de debates respetuosos
entre cubanos, celebrados dentro de Cuba, se debería extender a otras
áreas, como el urbanismo, la medicina, las artes plásticas, la
literatura? Los chinos comenzaron jugando Ping-Pong con Nixon y mire
donde han terminado. Hablar entre cubanos puede ser iniciar un pequeño
sendero que conduzca a un entendimiento cada vez mayor. ¿O no?

CML: Sí, esa es mi esperanza y por ella he luchado por más de cuatro
decenios; ojala que en lo que me resta de vida pueda ver la culminación
de ese sueño.

Tomado de Encuentro en la Red
Última actualización el Miércoles, 30 de Junio de 2010 11:35

http://cubalibredigital.us4.net2.com.br/index.php?option=com_content&view=article&id=2877:entrevista-con-el-academico-carmelo-mesa-lago&catid=4:quaternaria&Itemid=21

No hay comentarios:

Publicar un comentario