Mi amigo Marquito se va a repatriar
Dice que su American Dream no resultó como lo soñó: que no puede con los 
taxes y lo mata la nostalgia
Lunes, octubre 31, 2016 |  Luis Cino Álvarez
LA HABANA, Cuba.- Mi amigo Marquito, que vive en Miami desde hace quince 
años, ha decidido, tan pronto se jubile, regresar a vivir en Cuba.
Cuando me contó sus planes, el penúltimo día de mi estancia en Miami, 
luego de varios whiskies y cervezas, sentados en el patio de la casa en 
Miami Springs de un amigo común, no pude creer lo que escuchaba. Pensé 
que era un chiste. O pura borrachera. Pero no. El hombre va en serio. Lo 
tiene todo pensado. Y hasta trata de convencer a algunos de sus amigos 
para que lo imiten.
Dice que su American Dream no resultó como lo soñó: que siempre está 
agobiado económicamente, que no puede con las cuentas y los taxes, que 
trabaja demasiado en empleos que no le gustan y que están por debajo de 
su capacidad profesional, que lo mata la nostalgia, que no quiere 
terminar en un asilo…
Me explica que en Cuba, con las nuevas circunstancias creadas tras el 
restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, le sacará 
muchísimo más provecho a los 700 y pico de dólares que cobrará de 
pensión a partir de que se jubile a los 65 años (acaba de cumplir los 
60). Calcula que en La Habana, en casa de su madre, en El Vedado, podrá 
vivir mucho mejor que como lo hace hoy en Miami, donde esa cantidad de 
dinero se le iría solamente en pagar la renta del efficiency, la 
habitación con baño y cocina donde habita en Hialeah desde que se divorció.
En vano trato de convencerlo de que es un disparate, que "aquello", que 
para mí sigue siendo "esto", no ha cambiado tanto como supone, que no 
concibo que luego de tantos años pueda readaptarse y resignarse a vivir 
sin libertad luego de haberla conocido…
Me dice: "No importa, con dinero, aquello te resbala, te es indiferente. 
Y cuando esté muy aburrido, cuando necesite oxigenarme, ahora que se 
puede ir y venir, saco el pasaje y me voy unos días de vacaciones a Miami…"
Asegura que conoce a varios cubanos que han regresado al terruño y no se 
han arrepentido. Cuando voy a decirle que me jode mucho darle a la 
dictadura argumentos para decir que la mayoría de los que se van de Cuba 
lo hacen por motivos económicos y no políticos, y que empiezo a entender 
a políticos cubano-americanos con los que suelo discrepar, como el 
senador Marco Rubio y el representante Carlos Curbelo, cuando se quejan 
de que algunos cubanos abusan descaradamente de las leyes de los Estados 
Unidos, y sobre todo, del bolsillo de los contribuyentes 
norteamericanos, Marquito me interrumpe, me dice que no me ponga pesado 
con "la puñetera política" y me pregunta si no me alegraría la 
posibilidad de que nos podamos volver a reunir a menudo "allá", como 
hacíamos antes, a hablar y a escuchar discos de los años 70. Ahora que 
ha reconstituido su colección de vinilos, cargará con ellos para Cuba, y 
los escucharemos con mucha más calidad que cuando los escuchábamos en 
aquellos desastrosos tocadiscos rusos.
Y ya me puedo imaginar la amarga e interminable letanía de lamentos y 
quejas sobre "esto" que repetiría Marquito en esas reuniones de 
náufragos. Las mismas de hace quince años, antes de irse. Cuando le 
parecía que se asfixiaba y que el mundo, tal como lo conocíamos, se le 
caía encima. ¿Ya no se acordará de aquella época?
Marquito bromeaba ante mi desconsuelo y cantaba, más próximo a Charlie 
García que a Carlos Gardel, aquello de "volver, con la frente marchita…" 
y "sentir que es un soplo la vida…". Y luego se puso filosófico, y me 
dijo: "Es como cerrar un círculo. Completar un ciclo. De eso se trata…".
Todavía sigo sin creer que hablara en serio. Prefiero pensar que fue una 
broma.
luicino2012@gmail.com
Source: Mi amigo Marquito se va a repatriar | Cubanet - 
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