ALBERTO MULLER: Misericordia y reconciliación
El Pontífice recalcó en la reconciliación y la vinculó a la "revolución 
de la ternura"
El Papa sirvió de facilitador del acercamiento diplomático entre Cuba y EEUU
ALBERTO MULLER
Dos temas muy abarcadores, tiernos, hondos y apostólicos resumen el 
inspirador viaje del papa Francisco a Cuba.
El tema de más calado histórico es definitivamente el de la 
reconciliación, que incluye la 'cultura del encuentro', de 'tender 
puentes', de 'romper muros' y para consolidarlo todo, pues añadió la 
importancia del 'diálogo' y de la 'amistad social'.
Este tema es trascendente, porque involucra al gobierno dictatorial 
cubano, a la oposición heroica (fragmentada) y al pueblo cubano dolido 
de miserias, porque no hay posibilidad de reconciliación si alguno de 
estos factores no se comprometen en cuerpo y alma.
Los ejemplos de Sudáfrica y de la Guerra Civil española vienen de la 
mano. Una discriminación racial imponente (Sudáfrica) y fusilamientos en 
masa por cada bando (España), fueron superados por el diálogo, el perdón 
y la reconciliación.
Hoy Sudáfrica y España son dos democracias sólidas y potentes en África 
y Europa. Sabemos que hay diferencias entre Cuba y estos dos países, 
pero son caminos válidos que se pueden ajustar en la isla con paciencia 
y generosidad.
Pero tal vez la mayor ternura del recorrido de Francisco por la isla 
cubana ante el pueblo cubano sufrido, la expresó el Santo Padre cuando 
pidió insistentemente que fuésemos pobres y dediquemos nuestras vidas a 
los que denominó 'los más pequeños', a los que él llama los 'descartes' 
de la humanidad, los que nadie quiere querer, con algunas excepciones 
humanitarias de ejemplaridad.
De ahí su insistencia en la familia, en el respeto a los abuelos, en que 
sirviéramos a los más pobres, a los enfermos, a los niños, a los presos: 
'porque tuve hambre y me diste de comer, estuve preso y me visitaste en 
prisión' (San Mateo 25).
Aquí precisamente le hizo una crítica a profundidad al régimen 
autoritario cubano, cuando dijo de forma directa y sin rodeos, que el 
servicio no se puede ideologizar. Eso es lo que ha hecho el llamado 
comunismo castrista durante más de medio siglo, servir políticamente y 
ocultar abusos y atropellos, aunque no ocultamos algún que otro 
beneficio en gratuidad.
Al despedirse de Cuba, en sus palabras en el Santuario de la Virgen de 
la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba, el Pontífice recalcó en la 
reconciliación y la vinculó a la "revolución de la ternura", que es la 
que proclama le Iglesia Católica para que cuidemos a los más pequeños, a 
los más pobres, a los que muchos no quieren tocar.
"Nuestra revolución", insistió el papa Francisco, "pasa por la ternura, 
por la alegría que se hace siempre projimidad, que se hace siempre 
compasión y nos lleva a involucrarnos, para servir, en la vida de los 
demás".
"Queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus 
templos, de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la 
esperanza y ser signo de unidad", agregó.
Por otra parte no podemos ocultar la faceta política del viaje del papa 
Francisco por tres razones. Primero, porque el Pontífice viaja como 
cabeza del estado Vaticano y eso lo obliga a cumplir con el marco del 
protocolo diplomático. Segundo, porque el Papa sirvió de facilitador del 
acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos para superar el 
aislamiento injusto por vía del diálogo. Tercero, porque el llamado a la 
reconciliación exige un reajuste urgente de la política oficial cubana 
imperante, algunos cambios de mentalidad en la oposición heroica para 
entender el nuevo camino, y la comprensión ante otras resistencias que 
no entienden la Nueva Realidad y la adversan.
Hace falta sembrar esperanzas. Nada será fácil ni rápido. El gran abrazo 
requiere que descrucemos los brazos. Y hay que entender que hay mucho 
dolor acumulado por superar.
Tengamos fe, porque este papa Francisco tiene mucho de Dios y de ese 
gran Salvador que conocemos por Jesús de Nazaret y porque el camino de 
la esperanza y del amor siempre son complejos.
Escritor y periodista cubano.
Source: ALBERTO MULLER: Misericordia y reconciliación | El Nuevo Herald 
- 
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article36631527.html
 
 
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