Fidel Castro
Predicar como Madre Teresa, vivir como Vito Corleone
La vida secreta de Fidel Castro, en un libro que acaba de aparecer en 
Francia y pronto lo hará en España
Eugenio Yáñez, Miami | 29/05/2014 2:35 pm
Fidel Castro, que exaltaba la austeridad y el sacrificio, tuvo vida de 
magnate petrolero o jeque árabe, o mejor aun, de capo de la mafia o el 
narcotráfico.
Lo que muchos sospechaban y otros se niegan a reconocer, aparece en 
detalle en el libro en francés de Juan Reynaldo Sánchez y el periodista 
Axel Gyldén, de L'Express, titulado La vie cachée de Fidel Castro (La 
vida secreta de Fidel Castro), basado en entrevistas con un cubano que 
sabe perfectamente lo que dice al referirse al "secreto mejor guardado 
de la Revolución". Gyldén asegura que verificó las informaciones antes 
de publicar el libro.
Durante 24 años Sánchez perteneció a la Dirección de Seguridad Personal 
del Ministerio del Interior, diecisiete de los cuales en la escolta de 
Fidel Castro. Como guardaespaldas del Comandante en Jefe recorrió Cuba 
de un extremo a otro, visitó innumerables países, incluyendo Estados 
Unidos, México, España, Nicaragua, Zimbawe y Corea del Norte, y alcanzó 
grados de Teniente Coronel. Un día quiso desmovilizarse por solicitud 
propia. Le ofrecieron dejar la escolta y continuar en "el aparato", sin 
retirarse, a lo que no accedió. Eso provocó la furia de Castro y trajo 
como resultado la detención y prisión de Sánchez por "insubordinación", 
delito estrictamente militar en el que, como en saco rato, cabe 
cualquier cosa. Finalmente, logró salir de Cuba y reunirse con su 
familia en Estados Unidos.
La vie cachée de Fidel Castro explica el disfrute del tirano de todo lo 
humano y lo divino en Cuba, como feudo privado, desde decenas de 
mansiones a exclusivos cotos de caza, un yate de ensueño con interior 
forrado con maderas preciosas de Angola, y hasta una isla privada, Cayo 
Piedra, al sur de Bahía de Cochinos, con delfines y tortugas para 
alegrar al dictador mientras disfrutaba, entre otras cosas, del whiskey 
escocés Chivas Regal, su bebida predilecta. Sánchez debió acompañar al 
tirano "cientos de veces" a ese "jardín del Edén". A Castro le gustaba 
la pesca submarina allí, lo que implicaba movilizar una embarcación 
acondicionada como policlínico, además de otras, aviones, servicios 
médicos y tropas para protección; a donde fuera, iban dos miembros de la 
escolta con el mismo grupo sanguíneo, por si necesitara una transfusión 
de urgencia. En tiempos de lluvia prefería cacerías de patos alrededor 
del palacete La Deseada, al sur de la provincia de Pinar del Río. Y hay 
muchas revelaciones más.
Aunque ignoro si este libro hablará de esto, también sabemos hace tiempo 
que hubo épocas en que a Castro le encantaban los camarones al pincho 
con ajo y mantequilla, como confesó al brasileño Fray Beto en una 
entrevista, o la leche de búfala, como él mismo reconoció. Nunca comió 
nada de lo que se distribuye para consumo de la población en Cuba o él 
recomendaba de alimento a los cubanos, como croquetas de torula, 
picadillo de soya, pescados como chicharro o claria, o moringa. No por 
respetar las reservas de alimentos del país, como dirán los demagogos, 
sino porque su ego y soberbia no le permitían "rebajarse" así, actitud 
que contradice aseveraciones de amanuenses como Ignacio Ramonet, Oliver 
Stone, Gianni Miná, Atilio Borón y otros miserables que hacen hincapié 
en la austeridad del dictador, aunque compartieron sus lujos y 
conocieron su flotilla de autos blindados de lujo o algunas de sus 
mansiones.
Ya en el 2006 la revista Forbes acusó a Castro de ser uno de los 
gobernantes más ricos del mundo, lo que lo enfureció, y lanzó una 
campaña para demostrar su "austeridad", proclamar que vivía de su sueldo 
de 800 pesos cubanos mensuales, y amenazando con demandar a la 
prestigiosa publicación, porque sabía que Forbes no podría demostrar su 
acusación. Las cosas no fueron a más por su repentina enfermedad y 
retiro de la vida pública.
Entonces yo fui uno de los pocos que aseguró en la prensa escrita y la 
televisión en español del sur de La Florida que no creía las denuncias 
de Forbes, no por integridad moral de Fidel Castro, que nunca tuvo, sino 
porque no podrían encontrarse propiedades a su nombre cuando fácilmente 
podrían estar a nombre de un testaferro, el Consejo de Estado, o 
cualquier institución pantalla. Cuba es una finca donde todo pertenece a 
Fidel Castro, aunque nunca aparezca algo a nombre suyo. Sabía que la 
contraofensiva de La Habana sería aplastante, pero la enfermedad del 
tirano salvó a Forbes y sus informantes de un ridículo colosal.
Sin embargo, en esta ocasión, desmentir las denuncias de La vie cachée… 
no será fácil para el régimen, porque no son cifras sacadas de debajo de 
la manga por Forbes, sino vivencias personales de quien estuvo 
literalmente junto a Castro diecisiete años. Los sicarios verbales del 
régimen, con su desfachatez y escaso coeficiente intelectual, 
pretenderán desacreditar a Sánchez con argumentos de character 
assassination, o queriendo desviar el debate a otros temas, como 
siempre. Pero el libro demuestra que Fidel Castro predicaba como la 
Madre Teresa mientras vivía como Vito Corleone.
He aquí una muestra de su hipócrita, demagógico y populista discurso: 
"…allá en EEUU, con la pompa y el oropel característico de los imperios 
decadentes, a despecho de los millones de desempleados y desamparados y 
de la incertidumbre en la que otros muchos millones de personas viven 
actualmente en ese país (…) aquí, con la modestia, la austeridad, la 
sencillez, el calor humano, el patriotismo y el espíritu solidario de 
los trabajadores, en un clima de esfuerzo, de trabajo, de creación, de 
lucha contra el atraso, contra el subdesarrollo, contra las secuelas de 
la opresión…".
Mayor cinismo, imposible.
Source: Predicar como Madre Teresa, vivir como Vito Corleone - Artículos 
- Cuba - Cuba Encuentro - 
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/predicar-como-madre-teresa-vivir-como-vito-corleone-318060
 
 
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