Negocios permitidos y "no tan legales" que aún perviven en Cuba
mayo 29, 2014
En Cuba sigue habiendo ocupaciones que no se dan en otros lugares del 
mundo. Unas veces por la necesidad de sobrevivir, otras por la escasez o 
imposibilidad de encontrar un recurso por otras vías, se pueden 
encontrar en las calles de algunas ciudades negocios legales o 
escondidos muy singulares.
En vídeos como éste, publicado en la web de Cubanos por el mundo, se 
puede contemplar cómo aún perviven maquinarias rudimentarias que sirven 
para que muchos cubanos ganen unos pesos como un trapiche para hacer 
guarapo.
Otro elemento habitual en las calles son las máquinas de helados 
caseros, que por un peso ofrecen crema de nata recién hecha que sacan de 
un cubo, cuyos ingredientes son un misterio, y sirven luego en un barquillo.
Los alimentos son además fuente de las ocupaciones más variopintas y de 
todo tipo de sustentos básicos. Sigue existiendo, por ejemplo, el 
vendedor ambulante de pan, quien anda en bicicleta con grandes cajas 
detrás y que despierta a las comunidades con sus pregones mañaneros.
Tampoco falta en el paisaje habanero o de otras ciudades el vendedor de 
maní tostado en cucuruchos o los que proporcionan café en terminales. Lo 
hacen ellos mismos y se lo venden a los transeúntes. Se pasean por las 
calles con sus termos y a veces hasta cafeteras calientes en busca de 
gente ansiosa por un sorbo de cafeína. Un pequeño calentador ubicado en 
cualquier rincón es suficiente para que cada cierto tiempo hagan la 
bebida y se la sirvan a sus clientes.
Los que venden frutas y hortalizas, que también transitan en bicicleta, 
y arrastran una carretilla y traen sus productos de huertos propios, o 
los que reparten pan con minuta -bocadillos de pescado rebozado- también 
se pueden ver fácilmente por la calle. Hay quien compra de todo en 
puestos callejeros, o quien lo vocea para que el que tenga lo que 
necesite se gane unos pesos con él.
Entre éstos se encuentran los que realizan la compraventa de frascos, 
que utilizan para rellenarlos y vender ilegalmente todo tipo de 
productos que van desde las bebidas alcohólicas hasta champús, 
acondicionadores para el pelo o conservas. Los recursos son tan 
limitados que hasta puedes encontrar carteles anunciando en una esquina 
que se compran cajas de relojes vacíos o pomos para reutilizarlos en los 
frascos de perfumes que elaboran.
Además del clásico amolador de tijeras, que pervive en otros lugares del 
mundo, es posible toparse también con reparadores callejeros de 
colchones o compradores de planchas viejas –rusas, concretamente-, que 
se anuncian por las calles y que ofrecen algo de dinero con tal de 
extraer los materiales que llevan dentro para revenderlos después.
¿Necesitas a alguien que se encargue de recoger los mandados del mes? 
Tampoco es problema. Muchos cubanos se ocupan de hacer de mensajeros 
para su clientela y así acumular un salario que les permita vivir. 
Otros, algo más arriesgados, son los que se conocen como listeros, y que 
gestionan las apuestas de la "lotería de la bolita". Por radio, 
escuchando los números premiados desde otro países, tramitan las jugadas 
y le dan a conocer a sus parroquianos los resultados.
Source: Negocios permitidos y "no tan legales" que aún perviven en Cuba 
- 
http://www.martinoticias.com/content/negocios-permitidos-y-no-tan-legales-que-a%c3%ban-perviven-en-cuba/35548.html
 
 
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