Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Las reuniones de los 
sectores sociales del país para definir cómo debe ser el modelo 
económico del futuro, son calificadas por el periódico Granma como un 
hecho sin precedente e improbable en el mundo contemporáneo.
El diario se dedica a hacernos sentir que vivimos en otro planeta. A 
veces cuesta trabajo entender la forma de expresión de los socialistas 
cubanos. ¿Es ironía o simple burla? No puedo llamarla ingenuidad.
¿A quién se le ocurre mencionar la palabra "definir" para caracterizar 
el supuesto debate de los lineamientos económicos del socialismo para 
los próximos cinco años?  Hay que ser muy demagogo para afirmar que se 
analizan las políticas propuestas por los dirigentes políticos.
Sería iluso y exagerado afirmar que el 15 % de los lineamientos serán 
redefinidos tras los debates con la población, en un sistema donde prima 
la planificación y control estatal, y el único actor económico 
favorecido es el Estado.
Asumamos los lineamientos en su formulación actual con vocación 
autentica y radicalmente revolucionaria, como aconseja Granma en sus 
trabajos propagandísticos del VI congreso del PCC. Tomemos dos puntos de 
los lineamientos: No se permitirá la concentración de propiedades en 
personas naturales y jurídicas del sector no estatal, y se aplicarán 
mayores gravámenes a los ingresos más altos.
Pensemos en el problema: la isla necesita la recuperación económica y 
los cubanos quieren cambios, por ejemplo, libre empresa y supresión de 
la doble moneda. La lógica dice que si en el sector estatal sobran más 
de un millón de trabajadores que ya están siendo despedidos y que, en 
las nuevas circunstancias, deberán ganar su sustento de algún modo; el 
Estado debería dar ventajas y facilidades a los nuevos actores capaces 
de generar empleos de los que dependerán numerosas familias.
Los lineamientos desconocen esos aspectos. Al contrario, contienen 
trabas que impiden el desarrollo económico y el progreso social de los 
cubanos. Si me preguntan por los resultados que se obtendrá, de cara al 
debate público, vaticino infinidad de procesos judiciales por evasión 
fiscal, la corrupción engordando y un diluvio de confiscaciones por 
enriquecimiento ilícito.
Ninguno de estos temas estará en la agenda de los dirigentes comunistas 
el próximo abril, fecha en que planean celebrar el VI congreso de su 
partido. Las nuevas políticas están definidas según los intereses de los 
que hoy dirigen y controlan el país.
La sociedad cubana parece un vulgar sainete teatral, del cual la mayoría 
del pueblo es simple espectadora; es improbable que en otra parte del 
mundo el destino de más de once millones de personas dependa 
exclusivamente de la voluntad de unos pocos. Sin dudas, tampoco esta vez 
habrá polémica ni verdadera discusión, solo demagogia.  Ya todo está 
decidido.
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