18 de diciembre de 2010 • 12:50
PETER ORSI
En Cuba, el trineo de Papá Noel es un Boeing 737. Y no viene del Polo 
Norte sino de Miami.
Se espera que para fin de año lleguen miles de cubanos exiliados en los 
Estados Unidos, trayendo de todo, desde electrodomésticos hasta 
medicinas y ropa, para ayudar a sus familiares de la isla, que ganan un 
sueldo promedio de 20 dólares al mes.
La cantidad de exiliados cubanos residentes en Estados Unidos que 
visitan la isla aumentó significativamente desde que el presidente 
Barack Obama levantó las restricciones a sus viajes. Y traen muchas más 
cosas que antes. Una aerolínea dice que el peso promedio del equipaje 
subió un 55% en los últimos tiempos y con frecuencia un avión de carga 
acompaña al vuelo con los pasajeros.
"Traen cosas a la familia", declaró Paulo Román García, un habanero de 
45 años que gana el equivalente a 9,50 dólares por mes vendiendo frutas 
en un mercado del centro de la capital.
Román dijo que espera ansioso la llegada de su hermano mayor, quien vive 
en Nueva Jersey y promete traer muchos regalos, incluido un estéreo. Los 
hermanos no se ven desde hace 30 años.
"Mi hijo es asmático y trae aparatos para su asma", expresó. "Eso es muy 
importante, las medicinas. Algunas no las hay aquí, o es difícil 
conseguirlas".
Durante el gobierno de George W. Bush hijo, los cubanos de Estados 
Unidos podían viajar a su país una vez cada tres años y no podían enviar 
más de 100 dólares por mes a la isla. Esas restricciones se acabaron en 
abril del 2009.
Los no cubanos, no obstante, siguen teniendo limitaciones para viajar a 
Cuba desde Estados Unidos.
Los operadores de vuelos charter dicen que la demanda de pasajes trepó 
por las nubes desde que Obama eliminó las restricciones y sigue subiendo.
"Llegan unas 1.000 personas por día desde Estados Unidos y esperan que 
para fin de año haya unos 400.000 visitantes", expresó Kirby Jones, 
presidente de Alamar Associates of Bethesda, Maryland, firma consultora 
de Estados Unidos que asesora a empresas que quieren hacer negocios con 
Cuba.
"Estados Unidos es el país de donde viene más gente, después de Canadá", 
comentó Jones.
La gran mayoría son cubanos o hijos de cubanos.
El tráfico aumenta durante las fiestas de fin de año, en que hay más 
vuelos que de costumbre, los cuales también se llenan. Funcionarios del 
aeropuerto de Miami dijeron que en el fin de semana previo a la Navidad 
había 55 vuelos desde Miami programados a cuatro ciudades cubanas.
En el aeropuerto internacional José Martí de La Habana la gente se 
amontona junto a un cerco de metal para ver la llegada de sus seres 
queridos, empujando carritos con maletas, cacerolas, televisores y demás 
artículos.
Arturo de Córdoba viajó desde Miami con cinco maletas repletas de 
galletitas, golosinas, arroz y otros productos para su hijo y su hija, 
quienes lo recogieron en el aeropuerto.
"Vengo para compartir con mis hijos", manifestó de Córdoba, un joyero 
que vive en Estados Unidos desde hace 30 años.
Tom Cooper, presidente y propietario de la empresa de Miami Gulfstream 
Air Charter, que hace vuelos diarios con un aparato 737 de 146 asientos, 
dijo que en el último año casi se duplicó la cantidad de gente que 
transporta, de los 23.000 pasajeros del 2009 a casi 50.000 este año. 
También aumentó la cantidad de equipaje de los pasajeros.
"El peso promedio subió de 85 libras (38,5 kilos) a 132 (60) por 
persona", declaró Cooper. "Las primeras 44 libras son gratis. De ahí en 
más, hay que pagar un dólar por cada libra, la norma en la industria".
Los cubanos llevan tanto equipaje que en la mitad de sus vuelos 
Gulfstream fleta un bimotor de carga que sale media hora antes y llega 
casi al mismo tiempo que el avión con los pasajeros, señaló Cooper.
El dinero y las mercancías que traen los visitantes son vitales para 
Cuba, donde luego de cinco décadas de revolución, escasean muchos 
productos que en Estados Unidos abundan.
El gobierno cubano lo atribuye al embargo impuesto por Washington hace 
48 años, que prohibe a los estadounidenses comerciar con la isla, con 
excepción de dos rubros, alimentos y medicinas. El hecho de que Cuba 
tenga históricamente una economía muy débil no ayuda.
Los exiliados tienen muchas más facilidades para adquirir bienes en 
Estados Unidos y traen televisores de pantalla plana y otras mercancías 
a pesar de los impuestos que se cobran a los electrodomésticos.
Daniela Lezcano, una niña de diez años de West Palm Beach, Florida, 
viajó sola por tres semanas a Pinar del Río y trajo ropa, alimentos, 
medicinas y juguetes, incluido una réplica de un Corvette rojo de 1960. 
Su familia planeaba festejar la Navidad con puerco asado, yuca y congri, 
un plato típico de arroz y habichuelas.
"Estamos muy, muy contentos de poder ver a la familia más seguido", 
comentó el tío de la niña Juan Miguel Guerra.
Mucha gente dice que los encuentros familiares tras décadas de tensiones 
por la Guerra Fría son más importantes que las mercancías que traen los 
exiliados.
Román dijo que irá al aeropuerto con diez familiares para ver a su 
hermano por primera vez desde que se fue de Cuba en 1980.
"Tenemos que llorar mucho. Es un momento muy lindo, pero muy triste", 
expresó. "Vamos a la casa juntos, donde vivía antes. El va a estar muy 
contento porque es la casa donde nació".
Agregó que tanto los cubanos de la isla como los exiliados han sufrido 
mucho por las tensiones entre Washington y La Habana.
"Me gustaría que Cuba y los Estados Unidos se llevaran bien, porque hay 
muchos cubanos que están allá. Que hubiera paz", señaló
 
 
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