Carlos García-Pérez, un abogado cubanoamericano radicado en Puerto Rico
y miembro de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) ha sido
elegido para el puesto
Redacción CE, Madrid | 22/09/2010
El presidente Barack Obama ha propuesto a Carlos García-Pérez, un
abogado cubanoamericano radicado en Puerto Rico, para dirigir las
estaciones Radio/TV Martí que transmiten a Cuba, dijeron el martes
fuentes familiarizadas con el proceso de nombramiento.
García-Pérez es miembro de la Fundación Nacional Cubano Americana
(FNCA), organización que ha criticado duramente las emisoras del
Gobierno estadounidense y ha sido consultada informalmente sobre Cuba
por la actual Administración, informó El Nuevo Herald.
Ambas emisoras, cuyo objetivo es romper el monopolio informativo del
Gobierno cubano, transmiten noticias y entretenimiento a la Isla. La
Habana consigue bloquear la señal televisiva con mayor efectividad que
la radial.
Los críticos de las emisoras han asegurado por largo tiempo que cuentan
con una audiencia insignificante, son políticamente tendenciosas,
adolecen de amiguismo y han despilfarrado aproximadamente $500 millones
del Gobierno estadounidense durante todos estos años.
García-Pérez fue propuesto por Obama pero tiene que ser confirmado por
la Junta Administrativa de Radiodifusión (BBG), dijeron tres personas
que pidieron conservar el anonimato porque no están autorizadas a hablar
del tema.
La BBG, compuesta de nueve miembros, supervisa las emisoras de radio y
televisión del Gobierno estadounidense, entre ellas las de Radio y TV
Martí, la Voz de América, Radio Free Europe/Radio Liberty, Radio Free
Asia y las Redes de Transmisiones al Medio Oriente.
Un portavoz de BBG no quiso comentar sobre la nominación. La asistenta
de García-Pérez en Puerto Rico dijo a El Nuevo Herald que estaba ocupado
con un caso judicial.
García-Pérez reemplazaría a Pedro Roig, abogado de 69 años y republicano
registrado, quien renunció el 27 de agosto luego de siete años de gestión.
El presidente de la FNCA, Francisco "Pepe" Hernández, escribió en
febrero que "hoy en día Radio y TV Martí no están a la altura de su
misión original de difundir noticias e información objetivas al pueblo
cubano".
"El nepotismo y el amiguismo político han gobernado el proceso de toma
de decisiones", escribió Hernández en una columna publicada en El Nuevo
Herald, y agregó un llamado a una "reestructuración inmediata y
efectiva" de las emisoras.
Roig, en una columna publicada una semana después, negó las alegaciones
de FNCA y la criticó por no haber intercedido ante el Congreso para
evitar una rebaja de presupuesto que lo obligó a cesantear a 35
empleados, el 22% del personal.
García-Pérez es accionista en el Departamento de Litigación y Juicios de
Goldman Antonetti & Cordova, una de las mayores firmas legales de Puerto
Rico. Su práctica se centra en leyes comerciales, de acuerdo con la
página de Internet de la firma.
La página afirma, además, que representa a sus clientes en la
adquisición de franquicias en Estados Unidos y América Latina, así como
en negociaciones para acuerdos de distribución y franquicias en América
Latina.
García-Pérez se graduó en 1985 de la Universidad Duquesne en Pittsburgh,
con especialidades en Economía y Relaciones Internacionales, y de la
Escuela de Leyes de la Universidad Hofstra, en Hampstead, Nueva York, en
1988. Fue admitido al Colegio de abogados de Puerto Rico en 1990, y al
de la Florida en 1997.
El Senado confirmó la semana pasada a Dick Lobo, de 73 años, un
periodista de Tampa de origen cubano, como jefe de la Oficina
Internacional de Radiodifusión, la cual brinda servicios de programación
y transmisiones a las estaciones de BBG. Lobo estuvo al frente de Radio
y TV Martí durante la Administración del presidente Bill Clinton.
Radio Martí fue fundada en 1983 y transmite en frecuencias de onda corta
y AM. TV Martí, que le siguió en 1990, transmite desde los Cayos de la
Florida, así como a través de un satélite comercial.
Durante todos estos años, varios paneles de supervisión gubernamental
han informado que las estaciones no se atenían a los estándares
periodísticos requeridos y estaban demasiado politizadas.
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