22 de septiembre de 2010

La Isla, el internado socialista cubano

La Isla, el internado socialista cubano
21-09-2010

Cuando uno (extranjero) decide vivir en Cuba al igual que un cubano,
debe asumir que "La Isla" es una isla en el amplio sentido de la palabra.

En Cuba se vive aislado física e informativamente del resto del planeta
y lo más asfixiante, todo, absolutamente todo lo que consumes: productos
cárnicos (nunca de res), pescado (rara vez paradójicamente en una isla),
fruta y verdura (si la suerte te acompaña) arroz y frijoles (todos los
días de tu vida), ropa y calzado (casi siempre uniformado), educación
escolar y cultura (si consideras el adoctrinamiento y la propaganda como
tal) prensa, televisión etc… será producido, importado, administrado,
distribuido, controlado, racionado, analizado y censurado por Papá
Estado y su Partido Comunista.

Desde el momento en que desayunas tu mini pan diario, al igual que todos
tus vecinos; comes tu arros con frijoles, al igual que todos tus
vecinos; lees alguno de los dos mini periódicos propagandísticos, al
igual que todos tus vecinos (en realidad solo los leen los comecandelas
(adoradores del régimen) y los gusanos (disidentes), el resto lo utiliza
para limpiarse el culo al no poder acceder al papel higiénico); te
compras el mismo libro publicado y autorizado ese mes, al igual que
todos tus vecinos; y decides ver el mismo y único noticiero emitido al
unísono en todos los canales del país, te entra un complejo de internado
encarcelado por comer todos lo mismo y de borrego adoctrinado por haber
leído y visto todos lo mismo.

Vivir en Cuba es vivir una infancia hostil sin el consuelo de llegar a
ser adulto. Es tener que pedir permiso para todo, con un "padre"
intransigente que no te deja salir a la calle (un cubano de provincia
necesita un tránsito -permiso- para ir a La Habana y una carta blanca
para viajar al extranjero). Es soñar con una bicicleta como todos los
niños y saber que nunca, nunca en tu vida podrás tenerla (la compra de
coches, motocicletas y tecnología extranjera etc… está prohibida y
únicamente los foráneos que colaboren económicamente con el gobierno
—técnicos extranjeros- pueden conseguir una licencia). Es querer
intimidad en tu habitación sin que tu padre te registre los bolsillos
(es habitual que tu correspondencia postal y electrónica sea revisada
gracias a la ayuda de DHL y Telefónica -empresa que instaló y facilitó
la red informática que permite controlar tu email y todas las paginas
por las que navegues- si tienes la enorme fortuna que tu puesto laboral
conlleva el poder acceder a Internet). Es saber que jamás saldrás de ese
colegio horrible para estudiar lo que quieras (censura, control
informativo, control editorial y casi nula existencia de libros o música
extranjera). Es querer vivir tus propias experiencias sin que tu padre
prohíba todo lo que considera peligroso, (en Cuba todo está prohibido
hasta que se demuestre lo contrario)

Y encima de eso, eres constantemente hostigado y reprochado por la
inmensa fortuna de vivir en el único país realmente socialista del
mundo, convenciéndote de que le debes todo a Fidel y tienes que serle
fiel hasta la muerte. Un padre que tras 50 años perdidos de Revolución,
te tiene encarcelado y echándote en cara las 5 de libras de arroz
mensuales y unos hospitales cochambrosos que nadie limpia (¿será culpa
también de los yankis?) y del que uno no logra entender como es posible
que sigan en pie.

Desde muy temprana edad (preescolar) el cubano es adoctrinado con
consignas políticas y educado en el odio al español y sobre todo al
norteamericano. Solo hay que ver programas infantiles de televisión como
"Para saber mañana" (escrito y supervisado por el Partido Comunista)
donde dos presentadores de siete añitos y mellados repiten frases
propagandísticas comunistas, de odio al norteamericano e infinitas
menciones a la muerte, el Ché y Fidel.

Donde en cualquier país un niño dibuja un árbol, en Cuba colorea el
rostro del Ché. Donde en cualquier país un niño canta sobre la
naturaleza y los caramelos en Cuba repiten "no temáis una muerte
gloriosa que morir por la patria es vivir".

Los ciudadanos de raza negra son principalmente los más hostigados,
cuando se les recuerda constantemente que un día fueron esclavos, porque
en Cuba los derechos no son inherentes al hombre sino una suerte o
gracia del Dios Fidel y tienen un alto precio, tu libertad.

El internado de película de terror que es Cuba, muchas veces engaña los
ojos del extranjero (habitualmente afiliado al Partido Comunista de su
pueblo), que se maravilla del control y cuidado absoluto que el Estado
tiene sobre sus ciudadanos, y la brevedad de su estancia no le permite
experimentar la ansiedad y paranoia que produce vivir en esa sociedad
tan "perfecta" y militarizada.

A todos los que todavía siguen defendiendo este parque temático del
comunismo, les digo que la Cuba de hoy es como una hamburguesa del
McDonald´s, solo se ve bonita en la foto y no cuando uno se la tiene que
comer todos los días.

http://www.elimparcial.es/america/la-isla-el-internado-socialista-cubano-71067.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario