El otro diferendo
Las sentencias de los tribunales cubanos están en pie de igualdad con
las reclamaciones certificadas de FCSC y los fallos de tribunales
estadounidenses contra el gobierno de Cuba
Arnaldo M. Fernández, Broward | 22/12/2014 12:40 pm
Nada más que se resolvió el problema menos agudo del diferendo Cuba-USA:
el restablecimiento de relaciones diplomáticas, salió al ruedo el
problema sustantivo de las reclamaciones de ciudadanos y empresas
estadounidenses contra el gobierno de Cuba por haber sido expropiados.
La Comisión de EEUU para la Solución de Reclamaciones al Extranjero
(FCSC, por sus siglas en inglés) tiene una larga lista de reclamaciones
certificadas que sumarían más de $20 mil millones por aplicación del
interés compuesto durante más de medio siglo. Fuera del juego quedan los
exiliados que, siendo ciudadanos cubanos, fueron expropiados por el
gobierno castrista, pero la judicatura de EEUU ha convalidado demandas
civiles como la adjudicación de $2.8 mil millones, por la jueza Beatriz
Butchkoa, a los hermanos Gustavo y Alfredo Villoldo, en virtud de daños
humanos y materiales causados a su familia por el Gobierno
Revolucionario en 1959.
Hasta la USAID ha metido las narices en cómo resolver el problema y la
solución propuesta es una suerte de arancel o recargo a las
exportaciones de Cuba a EEUU y viceversa, pero la base prosigue siendo
el levantamiento del embargo conforme a los términos de la Ley
Helms-Burton (1996). Así tendríamos no solo que la élite gobernante
actual entregue el poder, sino también que la presunta democracia
sucesora tendría que arrear con la carga de pagar las reclamaciones de EEUU.
Fuego cruzado
Desde la reunión secreta en Atlanta, el 8 de agosto de 1978, entre
funcionarios de la administración Carter (liderados por David Newson y
David Aaron) y el enviado de Castro, José Luis Padrón, la pretensión de
que las empresas y ciudadanos de EEUU fueran compensados se topó con que
Cuba pasaría factura por los daños del bloqueo/embargo y otras agresiones.
Tras adjudicar el juez James Lawrence King casi $188 millones a los
familiares de los tres ciudadanos americanos víctimas del derribo de dos
avionetas de Hermanos al Rescate, Castro y su intelectualidad jurídica
tuvieron la ocurrencia de que el pueblo de Cuba fuera juez y parte. Ante
sus propios tribunales, que imparten justicia en nombre del pueblo de
Cuba, el pueblo de Cuba demandó al gobierno de EEUU por daños humanos
—3.478 muertos y 2.099 incapacitados— y exigió $181,1 mil millones, con
la nota de que "si hubiésemos establecido la misma base de cálculo del
juez King, nuestra reclamación ascendería a $217.5 mil millones".
El 2 de noviembre de 1999 se declaró con lugar la demanda y como el
gobierno de EEUU. se abstuvo de apelar, la sentencia se hizo firme, esto
es: se puede ejecutar contra los activos del gobierno de EEUU. Igual
ocurre con otro fallo judicial, de 5 de mayo de 2000, que condenó al
gobierno de EEUU a pagar $121 mil millones por los daños y perjuicios
económicos del bloqueo/embargo y las acciones encubiertas.
Así, la factura anunciada por Padrón en 1978 asciende por lo menos a
$302,1 mil millones judicialmente convalidados, sin contar con que la
actualización periódica de los daños económicos atribuidos al
bloqueo/embargo, llevada por el gobierno de Cuba con rigor contable
inédito en las empresas socialistas, sumaba en marzo de 2014 más de un
billón (en buen romance: un millón de millones) de dólares.
Noción de soberanía
Todos los estudiosos de cómo se pagaran las reclamaciones certificadas
por la FCSC y los papeleos arremolinados en torno al asunto tienen que
empezar por que el castrismo tardío no se vendrá abajo por efecto de la
Ley Helms-Burton y seguirá plantado el "diálogo respetuoso, basado en la
igualdad soberana", que Raúl Castro sentó en su alocución del Día de San
Lázaro.
Así, las sentencias de los tribunales cubanos están en pie de igualdad
con las reclamaciones certificadas de FCSC y los fallos de tribunales
estadounidenses contra el gobierno de Cuba. El saldo es tan favorable a
Cuba que la solución más probable sería borrón y cuenta nueva.
Source: El otro diferendo - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-otro-diferendo-321301
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