6 de septiembre de 2012

La familia Castro, primer escollo para una Cuba libre

La familia Castro, primer escollo para una Cuba libre

Es indiscutible es que Cuba necesita unas elecciones, y que todos los
esfuerzos deberían ir dirigidos a un profundo borrón y cuenta nueva
Joan Antoni Guerrero Vall
septiembre 06, 2012

La hija de Oswaldo Payá, Rosa María Payá, lo ha dicho claramente en
una entrevista con la escritora Zoé Valdés. No hace falta ahora un
líder único a los cubanos, lo que hace falta es la recuperación de
unos derechos básicos, los mismos que deben permitir articular un
proceso democrático, a partir del cual los ciudadanos cubanos se
puedan organizar para votar a unos partidos políticos que deberán
representar los intereses de la ciudadanía a partir de la distinta
sensibilidad que en el conjunto de ese país, como en todos, existe.
Así de simple.

No es necesario buscar más subterfugios, no es preciso entrar en otros
debates, que no son más puramente un entretenimiento para las masas,
que si izquierdas, que si derechas. Charla apasionante, sin duda
alguna. ¿Pero toca esto ahora? Esa, en todo caso, parece una discusión
posterior a la consecución de una democracia. Se puede discutir de
ello, como de todo, por supuesto, pero concentrar las energías en un
método de cambio, parece más interesante. Y sobre todo efectivo.
Porque lo estimulante es encontrar fecha y hora para ello.

Lo que es indiscutible es que Cuba necesita unas elecciones, y que
todos los esfuerzos deberían ir dirigidos a un profundo borrón y
cuenta nueva, a partir del cual sean procesados los criminales y se
invite a participar en la construcción de algo nuevo a aquellos que
han participado en lo previo, pero cuyas manos no estén manchadas de
sangre, ni hayan servido para ejercer la represión o la asfixia al
pueblo cubano. De todas formas, no sería la primera vez que los
represores de un régimen logran reciclarse para subirse al carro de la
democracia. En España tenemos varios ejemplos de ello.

Como también ha dicho Rosa María Payá, en referencia al corresponsal
de la BBC en Cuba Fernadno Ravsberg, algunos incautos tienden a
adoptar una actitud racista para con los cubanos cuando menosprecian
las demandas de respeto a los derechos humanos por parte de la
oposición cubana, señalando que la mayoría de la población ni tan
siquiera los conoce ni tampoco los apoya. Es casi obvio que, por
sentido común, la mayoría de la población en Cuba, ante la tesitura de
decidir en referéndum un cambio de sistema político, del partido único
a un sistema de partidos articulados sobre la base de una democracia
homologada a nivel internacional, votaría con los ojos cerrados por el
cambio.

No resulta creíble pensar que nadie en su sano juicio y teniendo la
libertad de votar por una alternativa de gobierno en la Isla decidiera
dar su apoyo a los mismos gobernantes que lo único que han hecho es
prometer la conversión de Cuba en Utopía desde 1959 a cambio de que
los cubanos entregaran a la fuerza todos sus derechos y dignidad.
Recuperar, como reclama ahora la hija de Oswaldo Payá, todos los
derechos de los cubanos para poder escoger un gobierno e incluso
cambiarlo si llega a corromperse, es la tarea fundamental y el primer
requisito para avanzar hacia el futuro. La comunidad internacional
debe contribuir a que Cuba dé estos pasos, para lo cual es también
necesario que se encuentre la manera de obligar a la familia Castro a
que abandone el poder y lo deje en manos de aquellos a quien pertenece
legítimamente, el pueblo cubano. Este, de momento, es el principal
escollo.

http://www.martinoticias.com/content/article/14394.html

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