CRONICA DE DOMINGO
Los números y las rejas
Raúl Rivero
Madrid – He leído por ahí, en un libro de memorias de un hombre viejo y
libre que ahora vive retirado en una casa de la campiña francesa, que el
debate sobre los prisioneros bajo las dictaduras totalitarias no puede
quedarse en las cifras de los ciudadanos que entran o salen de la cárcel
porque la libertad no es un adorno ni un capricho. Vivir en libertad,
dice, es una necesidad que está en la esencia del ser humano. Y es el
disfrute de ese derecho el que marca la cercanía con la probable
felicidad de la persona.
Es una reflexión hecha en la distancia, con un anecdotario amargo,
extraordinario, intenso y revelador que relata episodios de otras
geografías y otros tiempos. Contiene mucha sustancia de experiencia
privada y está escrita en la dimensión misteriosa de la poesía, pero la
enseñanza que esparce (desde luego, sin ninguna torva intención
pedagógica) no se puede dejar a un lado del camino a la hora en punto de
examinar lo que ha pasado en los últimos días en la isla de Cuba.
Se anunció oficialmente a ritmo de tambor que se daría un indulto a 3
mil presos (cerca de una decena acusados de delitos políticos) y,
enseguida, en algunos medios extranjeros la noticia intervino de arriba
abajo los pocos espacios que se dedican al tema cubano.
Aparecieron los comentarios y las asociaciones, los estudios de
cubanólogos y expertos en el socialismo del siglo XXI que vieron en la
medida gubernamental un gesto significativo en lo que se ha dado en
llamar el proceso de cambios y actualización de la sociedad cubana.
Tanta tinta apenas dejó ver que casi al mismo tiempo se enviaban a
prisiones de alta seguridad a tres activistas políticos: Ivonne Malleza,
Isabel Álvarez e Ignacio Martínez. Ellos habían protagonizado una
protesta cívica el pasado 30 de noviembre en un céntrico parque de La
Habana. En estos momentos, acusadas de escándalo público, las dos
mujeres corren el riesgo de ser condenados a una pena de hasta cinco
años de cárcel.
No hubo ni siquiera una línea en esos textos suscritos con alborozo que
dejara constancia de que se mantienen inalterables y enteras las leyes
arbitrarias, redactadas por un primo lejano del surrealista André
Bretón, y los decretos hechos a punta de lápiz que rellenan y desbordan
con una eficacia implacable los centros penitenciarios del país.
Dentro y fuera de Cuba se compartió la alegría natural de los que
salieron de los calabozos y sus familiares.
Como el cerco de leyes espurias está en el mismo sitio es también
natural que se comparta el temor por las Damas de Blanco, la disidencia,
la oposición pacífica y por los periodistas independientes que salen a
trabajar todos los días por el sueño del poeta retirado en un campo de
Francia. Esa ilusión de que la libertad sea un don como el aire y el
agua. Nunca un número de nombres en una lista negra. Ni un una lista
blanca.
http://www.elnuevoherald.com/2012/01/08/1097863/raul-rivero-los-numeros-y-las.html
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