Tuesday, August 30, 2011 | Por Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El abuso de poder brota como
la mala hierba en el país. Cualquier mequetrefe con autoridad para
desarrollar una función, la cumple más allá de lo establecido. No
importa si es sólo custodio de una vaquería en Mayarí, portero de un
hotel en Bolondrón, o auxiliar de limpieza en una funeraria de la
capital. Hace sentir su poder.
Y no por el buen trato, la eficiencia en resolver, o la premura para dar
una orientación al solicitante o al afectado, sino por la soberbia con
que alardean para demostrar que "aquí el que manda soy yo".
Nereyda Estévez fue víctima de una injusticia laboral. O mejor dicho, de
la prepotencia del director de un combinado cárnico en Camagüey. Con 54
años, y 33 como auxiliar B, limpiadora de tripas en esa unidad, quedó
separada de su trabajo.
Cuando reclamó al organismo de justicia laboral, este falló a su favor.
Pero como el director mantuvo la decisión de mantenerla fuera de su
empleo, Nereyda apeló al Tribunal Provincial, el cual también le dio la
razón.
Sin embargo, el director del combinado no acata las resoluciones de
instancias de nivel superior. Quien determina es él, y decidió que
Nereyda jamás lavará una tripa en Camagüey.
Similar suerte con el autoritarismo ramplón, corren el licenciado Jorge
Luis Calas y un grupo de profesores en la Ciudad Escolar Camilo
Cienfuegos, en el municipio Bartolomé Masó, provincia Granma.
Reclamantes de un plus de 60 pesos sobre su salario, estipulado para
quienes realicen la guardia educativa en centros internos del país,
ellos sólo reciben 20 por decisión de la directora del plantel. Los
otros 40 nadie sabe adónde van a parar. De nada sirvió el argumento de
que por esta arbitraria medida hayan dejado de percibir 630 pesos en el
curso escolar que finalizó. Tampoco que dirigieran su queja a la
dirección municipal de educación.
La directora les dio como única respuesta que si no estaban de acuerdo
con su decisión podían solicitar la baja del centro. Algo así como:
"tengo un cultivo de profesores en el huerto escolar, y si ustedes no
quieren seguir, busco más. Sus derechos me los paso por el moño, y en la
tierra paz, y en la escuela yo".
Bajo esos métodos autoritarios, que violan los derechos de los
ciudadanos, lo mismo es despedido un trabajador de comunales en
Guáimaro, un estudiante universitario en Santiago de Cuba, que un
deportista de alto rendimiento de un equipo nacional. El hecho es que
quienes se desempeñan como sepultureros, cuidadores de baños, médicos
en un hospital, pilotos de un avión, o en cualquier otro sector estatal,
están a expensan del abuso de poder.
La imposición a contrapelo de la ley es una epidemia nacional. Al
parecer, para imitar a quienes desde las más altas instancias del país
quitan y ponen a sus subalternos, haya o no razón, sin preocuparse por
dar explicaciones.
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