Tuesday, July 26, 2011 | Por Gladys Linares
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Mientras esperábamos a que el
establecimiento abriera a las siete de la mañana, para comprar yogurt de
soya "por la libre", Gema comentó que estaba preocupada porque se le
rompió su lámpara recargable en plena temporada ciclónica, y sabe que
nada más sople un vientecito, se acabó el fluido eléctrico. Dice que
cuando llevó a arreglar su lámpara con un cuentapropista, este le dijo
que debía reponer la batería. Y ella salió a buscarla, pero no la
encontró en ninguna tienda.
Dice, además, que tiene un farolito chino de queroseno, pero que ya no
se encuentra el keroseno ni en los centros espirituales. Ahora anda
buscando velas, y comprobó que son caras y, además, están desaparecidas.
Pero no era Gema la única en la cola que tiene un equipo roto y sin
piezas de repuesto. Comentaba José, un anciano que también esperaba con
la esperanza de comprar yogurt de soya, que a él se le rompió su
televisor LG hace unos meses, lo llevó al taller de reparación de La
Víbora, y allí le dijeron que era el tubo de pantalla, pero que no lo
tenían ni sabían dónde encontrarlo. El mecánico le recomendó que lo
buscara en el mercado negro, que a lo mejor se ponía dichoso y lo
encontraba, y en eso lleva casi un año.
Rogelio, otro colero, comentó que él tenía dos batidoras que compró en
una tienda de divisas, con las cuchillas rotas. En la época de mangos,
para hacer jugo, se puso a inventar y pudo componer una cuchilla
empatándole las piezas de la otra, y hasta ahora va resolviendo.
Pero el problema más grave lo tiene Ignacio. Dice que cambió su
refrigerador ruso Minsk 16, por uno chino marca Haier. Antes de que se
venciera la garantía se le dañó el congelador, y no se cansa de llamar
al taller para saber si ya hay piezas para arreglarlo, pero no le dan
respuesta. "Que los equipos viejos no tengan piezas de repuesto, está
mal. Pero que ocurra lo mismo con las ollas, las hornillitas eléctricas
y los refrigeradores chinos, de los que tanto habló el Comandante, es
algo que no tiene justificación".
Mientras continuaban los lamentos sobre los equipos rotos, sin piezas de
repuesto, y sin forma de arreglarlos, Lilia, que también esperaba en la
cola, dijo algo que nos hizo reír a todos:
-Yo me compré en 2003 un exprimidor de naranjas marca Hamilton Beach, y
no se me ha roto, ni se me va a romper, porque no he encontrado naranjas
ni toronjas para exprimir.
http://www.cubanet.org/articulos/sin-respuestas-ni-repuestos/
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