Cambio de cabezas
Pedro Corzo
Cualquier observador puede apreciar que Fidel Castro tiene la facilidad
de afectar en alguna medida a sus compañeros de faena, comentaba
recientemente el doctor Santiago Cárdenas, en relación a la enfermedad
que aqueja al gobernante venezolano Hugo Chávez.
Cierto, es fácil notar que muchos de los aliados de Fidel Castro
desaparecieron, a pesar de ser más jóvenes, en muchos casos por su
asociación con el castrismo o por problemas de salud.
Dos de los individuos más próximos a Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y
Ernesto Guevara, desaparecieron de manera violenta y sospechosa, en las
que no se descarta haya jugado un rol importante la voluntad de quien
los llevó a la fama.
Otros tres, entre muchas personalidades del régimen, cayeron por la
propia voluntad del eternodictador: los generales Arnaldo Ochoa,
fusilado; José Abrantes, una muerte oscura, y Antonio de la Guardia,
fusilado.
Cienfuegos se esfumó. Según la versión oficial el avión desapareció en
pleno vuelo. Otras versiones culpan a los hermanos Castro de su muerte.
Guevara cayó en Bolivia y para muchos analistas, su muerte fue la
consecuencia del abandono de su patrocinador.
El general Omar Torrijos, un firme aliado de Fidel Castro, siempre
defendió el proceso político de la isla en los foros internacionales.
Gobernó Panamá por 13 años con mano de hierro. La muerte le encontró en
un accidente aéreo que nunca ha sido esclarecido. Unos afirman que fue
un accidente y otros, un sabotaje al avión que lo transportaba.
Otro personaje próximo a Fidel Castro fue el general Manuel Antonio
Noriega, el dictador heredero de Torrijos. Durante los seis años que
gobernó Panamá, fue uno de los mayores colaboradores del totalitarismo
insular, creando condiciones para que el régimen de los Castro hiciera o
deshiciera a su conveniencia. Su cercanía al castrismo, entre otras
actividades ilícitas, le costó caro. Fue derrocado por una invasión de
Estados Unidos a pesar de su bravuconería, y guarda prisión desde 1989.
Otro general, el peruano Juan Velasco Alvarado, militar golpista de
claras tendencias populistas, estableció estrechas relaciones con Cuba y
la Unión Soviética, donde compró grandes cantidades de armas. Su gestión
gubernamental fue un fracaso, particularmente en el aspecto económico.
Su parecido con Hugo Chávez, incluidas las pretensiones de refundación
nacional, es evidente.
Velasco Alvarado, al igual que Chávez, se enfermó en el poder. Le
amputaron una pierna y fue derrocado dos años después por sus propios
compañeros de armas.
Salvador Allende, mandatario chileno muerto en el ejercicio de sus
funciones, fue uno de los primeros defensores del régimen castrista. Con
frecuencia viajaba a Cuba y durante su mandato contó con la estrecha
colaboración de la dictadura de La Habana. Castro visitó Chile durante
un mes. La presencia de la inteligencia, los asesores militares y de
gobierno y el cuerpo diplomático cubano, eran de proporciones
gigantescas. La intromisión cubana en los asuntos chilenos tiene mucha
similitud con la que tiene lugar en la Venezuela de Hugo Chávez.
Hasta África llega la mala sombra de Fidel Castro, como pudieran decir
los supersticiosos. Varios dirigentes de ese continente, próximos al
dictador cubano, fueron entrampados en su embrujo, por usar un término
que no es fácil razonar.
Antonio Agostinho Neto, primer presidente de Angola, enfermó de gravedad
y falleció en Moscú. Otro cliente de Castro en África, Mengistu Haile
Mariam, impuso un régimen tan cruel en Etiopía, que fue derrocado y
culpado de genocidio por un tribunal de su país.
El cambio de cabezas de Fidel Castro ha sido muy efectivo. La
antropóloga Mercedes Sandoval, basándose en información de la religión
yoruba, dice que hay individuos que le roban la energía a otras
personas, y que en virtud de esa habilidad, sobreviven cuando los otros
mueren o enferman.
En lenguaje popular, Fidel Castro tiene un mal de ojos que es
particularmente sensible con sus compañeros de ruta, lo que se confirma,
aun entre los más escépticos, con la enfermedad de Hugo Chávez.
El gobernante venezolano es el dirigente político extranjero más próximo
a Castro. Chávez informaba al mundo sobre la enfermedad de su mentor.
Viajaba a la isla con frecuencia, se entrevistaba con Castro cuando
otros mandatarios no contaban con el beneficio de compartir con El Brujo
que lo ha encantado.
Por esa proximidad podría cursar el maleficio, y si no que lo digan
desde lo desconocido los aliados que Fidel Castro ha despedido.
Periodista de Radio Martí.
http://www.elnuevoherald.com/2011/07/30/993353/pedro-corzo-cambio-de-cabezas.html
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