01-05-2011.
Oswaldo José Payá Sardiñas
Movimiento Cristiano Liberación
(www.miscelaneasdecuba.net).- El Congreso del PCC fracasó antes de
comenzar porque ni siquiera los propios delegados tenían la libertad
para devolver al pueblo lo que es del pueblo: sus derechos y la
soberanía popular.
Afirmaron desde la preparación de ese congreso que sólo se hablaría de
cambios económicos, pero ni siquiera se abrieron cambios económicos en
términos de derechos, sino sólo de raquíticas medidas que no se pueden
llamar apertura. Se olvidan que hay una mayoría pobre, empobrecida
despiadadamente no sólo por la ineficacia del régimen, sino por la
política de restricciones y prohibiciones, por la explotación y abuso
contra los trabajadores y por los enormes gastos en sostener el control
de las personas, la represión, la propaganda y los privilegios para un
grupo dominante.
Esa es la pobreza despiadada; la que se impone para mantener la
dominación sobre los individuos y las familias y su dependencia del
gobierno. Impiden que las propias personas y las familias prosperen
porque el régimen se siente inseguro ante cualquier espacio de libertad
de los ciudadanos, inclusive la económica.
No queremos capitalismo salvaje, no estamos proponiendo capitalismo, ya
conocemos las diferencias del capitalismo dentro del totalitarismo
comunista o de partido único y capitalistas únicos. Tampoco el pueblo
quiere otro experimento comunista después de sufrir cincuenta años el
juego con las vidas de varias generaciones. ¿Van a probar ahora a hacer
el comunismo bueno con nuestros hijos, con la generación que nace ahora?
La solución no está en hacer el comunismo o el socialismo eficiente,
porque el problema en si es el totalitarismo que se proponen mantener,
llámese socialismo o comunismo o castrismo. No es el Estado el que
subsidia la comida del pueblo y sus servicios, decir eso es injusto. Es
el pueblo con la pobreza que le imponen, con sus angustias y carencias,
también con el miedo y con su trabajo desproporcionadamente mal pagado,
quien ha subsidiado involuntariamente al sistema de poder que ha tenido
como objetivo principal el propio poder de un hombre y un pequeño grupo.
Y ahora después de 52 años de dictadura el grupo de poder se recicla en
si mismo y anuncia medidas para hacer eficiente el
régimen de la ineficiencia y quiere obligar al pueblo a seguir
sosteniendo el orden sin derechos que debe ser superado. El comunismo ha
fracasado en Cuba porque ha fracasado en el corazón del pueblo que no
acepta vivir sin libertad.
Cuando la Asamblea Nacional del Poder Popular analizaba y aprobaba los
Lineamientos del Congreso del PCC confirmaba que su papel no es la de
ser representantes de sus electores, porque no fueron elegidos en
elecciones libres. Por eso en vez de buscar y trasmitir los anhelos de
cambios de los ciudadanos, incorporan los lineamientos del Partido
único, que tampoco es democrático. Muchos de esos diputados estaban
sentados en el teatro del Congreso del Partido y ahora volverán a
sentarse en la Asamblea Nacional del Poder Popular para seguir acatando
y aprobando por unanimidad. Si escandaloso es decir esto, más
escandalosa es la realidad que denunciamos. ¿Hasta cuándo esta
manipulación y negación de la soberanía popular?
¿Hasta cuándo seguirán escudándose en la defensa de la soberanía y la
autodeterminación como pretexto para mantener el poder en un pequeño
grupo de personas? Es ese poder precisamente el que usurpa la soberanía
popular e impide la autodeterminación libre de los cubanos al negarle
muchos de los derechos humanos, los derechos políticos y civiles, las
elecciones libres y sepultarlos en la pobreza y la mentira.
Ha terminado el Congreso pero ningún cubano sabe hacia dónde vamos. Lo
único que han afirmado es el poder de los que hasta ahora han gobernado.
Ese no es el poder popular porque no es del pueblo. No sigan enfrentando
más a Cuba contra Cuba, ni clasificando a los cubanos en revolucionarios
y contrarrevolucionarios o gusanos.
Basta ya de odio, de miedo, de arrogancia y de mentira. Quien abra los
ojos verá que ya los cubanos van cultivando entre ellos de humano a
humano, de cubano a cubano, la tolerancia, la reconciliación y el
reconocimiento del prójimo, a pesar del lenguaje de odio y exclusión
que mantienen los medios oficiales.
Especialmente los jóvenes, la nueva generación, van abriendo los
espacios de fraternidad más allá de ideologías o experiencias del
pasado. Es ese amor, esa transparencia, sus sonrisas espontáneas y ese
respeto por el otro que trae la nueva generación lo que abre la
esperanza de una sociedad reconciliada consigo misma, más justa, más
humana, pero también libre. Los jóvenes, los niños, merecen y deben ser
libres. Todos los cubanos somos seres humanos, hijos de Dios y por eso
merecemos la libertad y la paz.
NO MÁS SENTENCIA DE SOCIALISMO O MUERTE. DIGAMOS TODOS: LIBERTAD Y VIDA.
Hablemos en términos humanos y no ideológicos, sin odio contra nadie,
sin odio de clases y ni de ninguna clase, pero rompiendo la alambrada de
la mentira. Esa falta de imaginación, esa sentencia fatalista que
emplaza al pueblo entre socialismo y capitalismo, entre socialismo y la
muerte, tiene bases falsas.
Desconoce, esa sentencia, la voluntad y las capacidades de nuestro
pueblo. Los cubanos tenemos todas las capacidades, la buena voluntad, el
coraje y el amor en el corazón y la gracia de Dios, para construir una
sociedad democrática, más humana, justa y solidaria en nuestra isla
hermosa, como hombres y mujeres libres para vivir fraternalmente.
Por ahí hay que comenzar, por darles la voz a los cubanos de manera
permanente y con todos los derechos en la ley y en la práctica. Y Cuba
renacerá conservando y mejorando todo lo bueno que hemos construido los
cubanos y creando lo nuevo, todos los cubanos, los que viven en Cuba y
los que viven fuera de Cuba, como un solo pueblo que somos, para como
profetizó Martí: fundar un pueblo nuevo y de sincera democracia.
Impulsemos ahora más que nunca la alternativa TODOS CUBANOS LA HOJA DE
RUTA PARA EL CAMBIO (www.oswaldopaya.org) que comienza por donde tienen
que comenzar los cambios, que es dando a los ciudadanos los derechos a
la libre expresión y asociación y todos los espacios de participación.
Continúa esta Hoja de Ruta con un dialogo nacional y elecciones libres,
porque son las elecciones libres el verdadero congreso de todo el pueblo.
Es el turno del pueblo. Ahora le toca al pueblo. Ahora la libertad.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32116
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