23 de marzo de 2011

Robos y aplausos

Robos y aplausos
Wednesday, March 23, 2011 | Por Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) – La verdadera
contrarrevolución tiene vía libre en Cuba. Salvo esporádicas reprimendas
en las asambleas de rendición de cuentas celebradas en cada cuadra,
referencias en los medios de prensa y en las reuniones convocadas por el
partido y el sindicato en los centros laborales, los problemas
discutidos continúan su curso ascendente.

Frente a estos tópicos, es preciso aclarar el uso del vocablo
"contrarrevolucionario", elegido para denostar a quienes no comulgan con
la ideología oficial, y obviarlo cuando se trata de varias generaciones
de burócratas, habituados a vivir del cuento, sin dejar de mencionar a
los cientos de miles de militantes del partido y la juventud comunista,
capaces de compaginar su fidelidad al dogma comunista con la
malversación y otras villanías.

Ese estado de cosas ha provocado la depauperación de los valores
morales, hasta el punto de hacer prever que en el futuro prevalecerían
actitudes que representan un obstáculo para mejorar los niveles de
organización social, así como los indicadores relacionados con la
disciplina laboral.

¿Quiénes son los principales protagonistas de la corrupción en Cuba?
¿Cuándo se publicarán las cifras perdidas cada año a causa de este
fenómeno y los nombres de los culpables? ¿Por qué no decrece el
enriquecimiento ilícito junto a otras acciones practicadas a la sombra
de un discurso "patriótico", o el llamamiento al próximo acto de
reafirmación revolucionaria?

Una rápida interpretación de la realidad, muestra que el sistema
propicia esos esquemas de comportamiento. Como es imposible eliminarlos,
existe un margen de tolerancia sin que sea posible conocer con exactitud
sus límites.

que el nivel de permisividad varía de acuerdo a una serie de factores,
como lo puramente circunstancial, el rango político de los encartados,
su nivel de influencia y sus habilidades operativas en el ejercicio de
las fechorías.

Casi siempre, el desenmascaramiento de personas implicadas en una acción
de estas características, culmina con sanciones menores o simples
traslados a otro centro laboral para cumplir funciones similares.

Al analizar el número de casos develados y las dimensiones que alcanza
el problema, se llega a la conclusión de que no hay soluciones ni en el
horizonte.

Los corruptos que amasan fortunas notables, no reparan en poses que
subrayen su apego al dogma oficial, lo mismo están dispuestos a vocear
improperios en un acto de repudio contra un disidente que a encabezar un
trabajo voluntario convocado por el Comité de Defensa de la Revolución
(C.D.R).

Cada aplauso, cada muestra de lealtad al régimen, la cobran a precio de
lujo. Ellos se han encargado de convertir en ripios al estrambótico
socialismo que todavía se exalta en las tribunas. Son los depredadores
por excelencia. El ejército real que sin armas ha logrado apuntarse una
victoria tras otra.

Queda claro cuál es la identidad y el hábitat de los auténticos
contrarrevolucionarios. La maquinaria propagandística del poder seguirá
endilgándoles el término a otros, mientras siguen perdiendo terreno
frente al enemigo que se reproduce en sus propias narices.

oliverajorge75@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/robos-y-aplausos/

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