23 de marzo de 2011

La verdad brilla

La verdad brilla
Wednesday, March 23, 2011 | Por Eugenio Leal

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -El lunes 21 de marzo, en el
Aula Magna, se efectuó la graduación de Doctores de la Universidad de La
Habana correspondiente al año 2010.

En el acto se graduaron 100 doctores en ciencias específicas. De ellos
82 son cubanos, 33 son investigadores y docentes de ese alto centro de
estudios, 49 pertenecen a otras instituciones cubanas y 18 son de otros
países: México 13, República Dominicana 3, Mozambique 1 y Palestina 1.

Esta actividad resultó muy significativa para la masonería cubana, por
eso estuvieron presente en la misma el Gran Maestro de La Gran Logia de
Cuba y el Gran Tesorero, así como otros hermanos de diferentes logias.
En la misma recibió el Diploma de Doctor Samuel Sánchez Gálvez
(Cienfuegos, 1962), licenciado en filosofía y maestro masón de la logia
Fernandina de Jagua, fundada el 16 de julio de 1878 en la ciudad de
Cienfuegos.

En enero del 2007 Sánchez Gálvez realizaba las investigaciones para su
tesis de Doctorado en Ciencias Históricas sobre el tema: Pensamiento
masónico cienfueguero 1878-1902. Se trataba del estudio específico de
las logias de una localidad significativa en la evolución de la nación
cubana. Entre los objetivos del trabajo tenía como interrogantes:
quiénes eran los masones, sus profesiones, sus tendencias políticas y su
posición social, entre otras.

Al revisar los antiguos legajos de su logia encontró el del maestro
masón Amelio de Luis Vela de los Reyes, oriundo de Aragón, en España,
que pidió filiación a la Logia Fernandina de Jagua el 12 de abril de
1880 y prestó juramento en sesión del 20 de mayo del mismo año. En ese
expediente encontró un diploma que ostentaba la firma de José Martí.
Esto demostraba su filiación masónica con el grado de maestro masón, una
vida activa en la logia y que ocupaba un cargo importante en la misma.

Recordemos que, en el acto por el centenario del levantamiento del 10 de
Octubre de 1868, Fidel Castro dijo que se había arribado a los 100 años
de lucha. Con eso inicio una campaña encaminada a demostrar que la gesta
insurreccional, del siglo XIX, se mantuvo en el siglo XX durante la
República y sólo alcanzó el triunfo en 1959.

En esta peculiar interpretación de la historia, se prohibió llamar a
Martí Apóstol de la Independencia y se le denominó con el aséptico
nombre de Héroe Nacional, lo que respondía al declarado ateísmo de la
ideología marxista leninista. En ese contexto también comenzó a negarse
su pertenencia a la masonería porque implicaba que creía en la
existencia de un ser supremo.

De ahí lo trascendental, para la historia de nacional y de la Masonería
cubana, el aporte de la tesis con la que obtuvo Sánchez Gálvez el grado
de Doctor en Ciencias Histórica.

http://www.cubanet.org/articulos/la-verdad-brilla/

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