22 de marzo de 2011

Deslindando fronteras

Deslindando fronteras
Tuesday, March 22, 2011 | Por Gustavo E. Pardo

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) – La sociedad civil se compone
de diversos elementos, entre ellos los partidos políticos y las ONGs;
cada cual con sus proyectos y acciones bien delimitados.

Los movimientos de carácter político agrupan a ciudadanos con la
pretensión de lograr determinados propósitos socio-políticos, cuya
implementación involucrará a todos los ciudadanos de un país. Siempre
tienen como objetivo su ascenso al poder.

A diferencia de los anteriores, las organizaciones no gubernamentales, y
otras asociaciones no lucrativas; agrupan a ciudadanos que, de forma
voluntaria, realizan ciertas funciones de interés comunitario, en
esferas no priorizadas por los gobiernos, y sin interés en lograr poder
político.

Desde que Fidel Castro llegó al poder, su objetivo ha sido absorber las
funciones inherentes a la sociedad civil; monopolizada por la trilogía:
Partido, Estado, Revolución. Las organizaciones educativas, culturales y
humanitarias independientes fueron abolidas. A partir de ahí se creó una
extraña amalgama, en la cual se mezclaba lo político con las otras
esferas de la vida social. Lo más significativo es que esto llegó a
convertirse en el patrón por el cual, nacionales y extranjeros valoraron
a la sociedad civil.

Cuando un grupo de ex militantes del Partido Comunista, al cual se
sumaron otras personas de izquierda; fundaron en 1976 el Comité Cubano
Pro derechos Humanos, el régimen castrista afirmó que eran "asalariados
del imperialismo". De esta forma, una organización cuyo objetivo era
defender los derechos de los ciudadanos, fue demonizada como un
"instrumento político de un gobierno extranjero".

A partir de entonces, comenzaron a surgir nuevas agrupaciones, la mayor
parte de ellas destinadas a promover el respeto a los derechos humanos.
No obstante, todas nacieron con el estigma de ser "disidentes". Pero, lo
más significativo es que esta denominación fue aceptada y adoptada por
los propios involucrados; las agencias de prensa extranjeras, y por
distintas ONGs que pretendían ayudar a la formación de una sociedad civil.

Por otra parte, los cubanos que se asociaban a ellas contribuían a
mantener latente esta confusión; los partidos políticos se involucraban
en asuntos concernientes al movimiento sindical y los derechos humanos;
en tanto, las organizaciones de derechos humanos se involucraban en
actos políticos; de forma tal, que no existía la forma de diferenciar a
los unos de los otros.

Esta situación ha sido aprovechada por el gobierno, divulgando
informaciones en las cuales periodistas, blogueros y bibliotecarios
independientes, son echados en el mismo saco que contiene a los
opositores, todos confluyendo en el edificio de la Oficina de Intereses
de Estados Unidos (SINA).

Para que las emergentes ONGs cubanas puedan contar con el crédito
necesario, tanto en el exterior como en el interior, se requiere de un
urgente deslinde de las actividades de cada cual.

http://www.cubanet.org/articulos/deslindando-fronteras/

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