18 de marzo de 2011

Árboles caídos?

¿Árboles caídos?
Friday, March 18, 2011 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) – Como la clásica bola de
nieve, parece agrandar sus proporciones, según rueda, el efecto ninguneo
que hoy pone en solfa a los más antiguos opositores políticos cubanos de
filiación pacífica.

Es otra zancadilla que nos auto-infligimos, con el aplauso del régimen,
presionados tal vez por la impaciencia. Y por si fuera poco, estimulados
por ciertas revelaciones de WikiLeaks, según las cuales en los Estados
Unidos se ha modificado el enfoque, digamos, oficial sobre la
importancia de estos disidentes.

Dicen que dice Wikileaks, que la Sección de Intereses de Estados Unidos
en La Habana ha descartado que nuestros viejos opositores pacíficos
puedan llegar al poder en Cuba, así que ahora apuesta por la rebeldía de
los más jóvenes.

Además de muy dañino, sería torpe que nos dejáramos influir por
criterios como de esta índole que, en principio, se basan en un error de
enfoque, sea quien fuera el que lo hizo.

Porque esencialmente el objetivo de nuestros viejos opositores (y en
ello coinciden cien por ciento con las nuevas hornadas de la disidencia)
no es, no ha sido nunca conquistar el poder, sino demostrar que es
posible y necesario enfrentar a la tiranía, y que es viable, además de
racional y justa, la aspiración de echar por tierra lo que los caciques
consideran la irreversibilidad de su sistema totalitario.

De cualquier modo, antes de perder la brújula estableciendo distinciones
de superficial apariencia, y lo que es todavía peor, sacándonos de la
manga posibles rivalidades entre las antiguas y las jóvenes generaciones
de nuestra oposición pacífica, nos convendría observar la actitud
respetuosa y solidaria que los segundos manifiestan siempre ante los
primeros, públicamente, sin ambages.

La razón es simple. Su experiencia, en el breve tiempo que han vivido
como disidentes, permite a los jóvenes comprender el enorme sacrificio
que le ha costado a los viejos el ejercicio de la oposición política
durante largos años y en medio de las circunstancias más adversas:
aislamiento a nivel nacional e internacional, difamación sistemática,
cárcel, violencia institucionalizada, miedo de la población, asedio,
descrédito, marginación social y represiones de todo tipo.

Hay algo que no se tiene suficientemente en cuenta a la hora de
calificar a nuestra oposición política como apocada o pusilánime, y es
que en el plano personal cada uno de sus miembros es un corajudo neto, y
que todos en conjunto extienden una lección de valentía humana y
política como se han visto pocas en la historia de Cuba. Pues al tiempo
que defienden consecuentemente la no violencia como alternativa de
lucha, ellos viven expuestos, junto a toda su familia, a las más sucias
formas de violencia real y psicológica con que el régimen trata de
aniquilarlos.

Quizá, a fin de cuenta, esta nueva ola descalificatoria no responda sino
a otra de las tácticas diseñadas por los caciques contra nuestra vieja
disidencia. Y si no lo es, no hay nada que se le parezca tanto.
Observemos que ni siquiera se trata del socorrido vicio de hacer leña
con el árbol caído. Es más bien una clara intención de derribar al árbol
con el premeditado propósito de convertirlo en leña.

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http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfarboles-caidos/

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