25-11-2010.
Elías Amor Bravo
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Si ayer era Guevara el que atacaba a los
"burócratas", y aplaudía con fervor la "desestatización" de la economía
cubana, hoy toca el turno de los despropósitos económicos a Ricardo
Alarcón que, de viaje en China, ha dicho algo así como que "Cuba está
preparada para hacer cambios en su economía como China".
Ciertamente, desde que Raúl Castro publicó en Granma los "lineamientos",
toda esta gente que está acostumbrada a tocar los instrumentos al ritmo
que marca la agónica gerontocracia que dirige los destinos de Cuba, se
ha puesto a opinar sobre una ciencia de la que, como algún periodista en
Granma ha escrito recientemente, tienen pocos o muy escasos conocimientos.
Esa es la nefasta herencia del régimen castrista durante más de medio
siglo de propaganda, discurso ideológico y referencias fantasmales a
hipotéticos embargos o invasiones de un enemigo exterior cada vez más
condenado por las autoridades e idealizado por amplios sectores de la
sociedad. Saber muy poco o casi nada de economía, y pretender creer lo
contrario.
No me propongo en esta colaboración, sin embargo, desentrañar las claves
psicológicas de un régimen político que ha usurpado la naturaleza, la
creatividad y los valores fundamentales de la sociedad cubana, en
beneficio propio.
Mi objetivo es ir desmontando todos estos "análisis" y "valoraciones"
que, a destiempo, pero como si se tratase de un desfile más para agradar
al líder máximo, que no mínimo, toda esta corte de burócratas comunistas
se ha dado en lanzar en los últimos días. Análisis económicos que no
tienen, qué duda cabe, ni pies ni cabeza.
Por ejemplo, el último ha sido Alarcón, que debería saber que no es
posible comparar el "milagro" chino con nada igual. Ni Cuba está
preparada para ser China, ni los "lineamientos" van a producir esos
resultados. No hay una sola palabra en este documento que haga
referencia a las fuerzas que permitieron a China en menos de 30 años
dejar atrás el comunismo feudal y convertirse en una gran potencia
económica que planta cara a Estados Unidos.
Si Alarcón leyese nuestras colaboraciones se daría cuenta de que China
apostó, desde el primer momento, por la propiedad privada y el mercado,
dejando atrás la obsesión fantasmagórica de la planificación central de
los tiempos del viejo Mao. A través de un pacto de sangre, la guardia
comunista se mantuvo al frente de las instituciones de poder, pero dejó
espacio suficiente para el desarrollo de una base económica sólida y
desarrollada.
Por el contrario, en los "lineamientos" de Raúl Castro se sigue
defendiendo conceptos obsoletos en economía, como el socialismo y la
propiedad estatal y la planificación central en detrimento del mercado.
Ya me explicarán a donde quieren ir con las mismas recetas fracasadas de
los últimos 51 años.
Ni siquiera Cuba podrá alcanzar al inteligente Vietnam que, con recetas
similares a las chinas, se encuentra avanzando a tasas de crecimiento
muy elevadas, con el apoyo de la financiación internacional y de las
instituciones económicas principales.
Por supuesto que nadie está defendiendo las virtudes de un régimen
político, como el chino, que desprecia los derechos humanos, las
libertades democráticas y el pluralismo. Los chinos tienen un sistema
político comunista despreciable, que muestra su lado más oscuro al
mantener en prisión a destacados dirigentes sociales, a la vez que
prohíbe cualquier manifestación de libertad de expresión, incluso contra
internet.
Pero los datos económicos están ahí, y ojalá que los cubanos pudieran
disfrutar de un nivel de consumo equivalente a la décima parte de lo que
poseen actualmente los chinos. Las últimas noticias de la Isla informan
que se está retirando libretas de racionamiento a las familias con
residentes en el exterior y que reciben remesas para que solo puedan
realizar sus compras en los nuevos "mercados" (lo que obviamente está
controlado por el régimen) y que los precios de los alimentos básicos
han iniciado un aumento insostenible, que hace presagiar nuevas medidas
de represión contra los vendedores en los mercados libres, como ocurrió
en ocasiones anteriores.
Conviene señalar una vez más que si los precios de estos productos suben
en Cuba es porque no se han adoptado medidas adecuadas para flexibilizar
la producción y aumentar la oferta al mismo tiempo que se autoriza la
venta en mercados semi libres. La entrega de tierras sigue siendo un
fracaso en términos de eficiencia y productividad, y nada hace presagiar
que la situación mejore a corto y medio plazo, con los últimos datos de
la Oficina Nacional de Estadística.
Por lo tanto, Alarcón volverá a Cuba y posiblemente cuando se entreviste
con Raúl Castro, éste le reconvendrá por lo dicho en China, y nada más.
Ese es el escenario en el que nos estamos moviendo, poniendo en peligro,
si, en grave peligro, la vida de millones de cubanos que esperan, sin
respuesta, cambios en profundidad de un régimen enterrado en su propia
miseria.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30663
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