19-08-2010.
Yosvani Anzardo Hernández
Periodista Independiente, Director del Periódico Digital Candonga
(www.miscelaneasdecuba.net).- Recientemente alguien me comentó. "Cuba es
un país geométrico: Con problemas angulares que son obviados en mesas
redondas por una serie de "cuadros" obtusos".
Me pareció dramático, porque en verdad en esos programas televisivos se
debaten, en ocasiones, problemas reales del mundo como si en Cuba no
existieran esos mismos problemas, y muchas veces más profundos aún. Y
pensé que tal vez esos "cuadros" están "más borrachos que una Cuba".
De cualquier forma creo que el programa funciona como un rombo, con
ángulos agudos y ángulos obtusos, y como es lógico ahí no caben los
necesarios ángulos rectos, por lo que esos "cuadros" nunca serán cuadrados.
Para ellos el mundo siempre se cae a pedazos, y es esa la voluntad hecha
política de quien tiene como símbolo de su poder, un rombo en sus
charreteras de máximo litigante, el cual, parafraseando a Les Lhutier,
"tiene reflexiones sinuosas y razona fuera del recipiente"
En Cuba, hasta hace muy poco, mucha gente esperaba que el señor que
siempre orientó hasta como se debe freír un huevo con agua, diera la
fórmula mágica que los sacaría del hambre y la penuria extrema, pero el
señor se niega a dirigir su mirada a los humildes y débiles "inocentes"
que estuvieron tantos años rezándole al "santo" equivocado. "San
ictícola de la mar" niega los peces y todo lo demás, pero además, solo
se dirige a ellos para intentar asustarlos, claro, como siempre.
Recientemente hubo quienes intentaron suicidarse para no sufrir la
próxima destrucción del mundo prevista para el 2012. Mucha gente se
consternó, y otros pocos, por el contrario entendieron la parte que dice
que en ese año se cumple el fin de un ciclo matemático, pero estos
fueron los menos.
En Estados Unidos, la transmisión radial de "La guerra de los mundos" en
1938, causó pánico colectivo, aunque hubo unos pocos que la disfrutaron.
"Las cuitas del joven werther" fue un libro que también provocó
suicidios, al tiempo que fue libro de cabecera para otros.
Esos son ejemplos de ocasiones en que sin intención, se asusta a
personas de psicología frágil.
Pero en Cuba "San ictícola de la mar" insiste en asustar, sin otras
intenciones, esta vez con guerras nucleares, a gente que lo que en
verdad les preocupa es como alimentar a sus hijos. Pero él en verdad
anhela una guerra donde muera mucha gente que nada tenga que ver con él.
Cada persona siempre cree haber sufrido suficiente, y hasta mucho más
que los demás, cada cual lleva su carga a su manera, y ciertamente el
sufrimiento no se mide por la cantidad y profundidad de las calamidades
que nos acontece, si no por nuestra sensibilidad y capacidad de
compasión, todos sufrimos con nuestras desgracias, pero hay quienes
sufren además con las desventuras de los otros, conocidos o no, incluso,
humanos o no. Yo, como la mayoría, creí muy honda mis angustias, pero en
verdad, no supe de dolores, hasta que me vi en sus ojos.
Angustias, así has de llamarte- le dije, a quien lejos de tristeza,
parecía reír a la vida, y es que antes habían sido exorcizados sus
demonios, esos que te hacen sentir rabia y odio al ver la maldad de los
que no tienen porque odiarte, pero se comportan como perros solo porque
se lo ordenan como condición indispensable para recibir limosnas
necesarias, que harán sonreír a los suyos.
"San ictícola" nos odia, por eso en su voz no hay palabras de aliento.
-Dime algo bueno aunque sea mentira- Dice Angustias.
¿Qué puedo decirte? Responde el de las "deposiciones" dispersas,
pensando que es con él.
Y yo que no pretendo de ella más que su libertad, le digo. De mí,
Angustias, di que muero por clamar tus dolores, pero por favor, no me
mates con tu silencio.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29458
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