08-07-2010.
Joel Lázaro Carbonell Guilar
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).-Juan Gómez Batista, residente de calle 203
No 19113, Finca "El Caimito", El chico, Boyeros, se dirigió ha este
defensor de los Derechos Humanos, con el ánimo de denunciar las
injusticias cometidas por las autoridades y el miedo que presenta,
además de expresar que no quiere que los hechos queden impune.
Juan se encontraba en la E.M.C.I., Labiofan; funcionando como custodio
en un campamento ubicado en Santiago de las Vegas.
El pasado año 2009, ocurre un hecho delictivo en su centro de trabajo,
en la cual es trasladado hacia la unidad policial de Altahabana. Después
de permanecer arbitrariamente detenido por cinco días, se esclarecen los
hechos.
El día 8 de Marzo, el Capitán Andrés le pide que lo ayude. La ayuda
consistía en que marcara a un individuo, de haber robado en el Reparto
Miraflores; o sea, que mintiera y fingiera ser un falso testigo de un
hecho. Juan se niega a esto, y el oficial le expresa- ¡allá tu!, y lo
lleva para los calabozos. Al caer la noche,(deduciéndolo por el horario
de la comida) este Capitán llega a los calabozos donde se encuentra
Juan, con fuerte olor a aliento etílico y con tono de burla le dice que
le tenia una "bomba de reloj", y una sorpresita. Raúl solicita ver a un
superior, en la cual al día siguiente se aparece el político de la
unidad, donde le cuenta lo sucedido y el político le asegura que este
oficial no lo molestara más, y lo liberan.
Al mes de estos sucesos, Juan se encontraba en su centro de trabajo
donde se aparece un oficial en una moto marca Zuzuki, que le pide que lo
acompañe hacia la unidad. Estando en la unidad el oficial le comunica
que se encontraba detenido por un supuesto robo, donde habían hallado
una huella de olor. Al recordarse Raúl de las amenazas formuladas por el
Capitán Andrés tiempo atrás, solicitó ver un oficial de control interno,
donde le dice este que él no iba a ir preso.
Al día siguiente, traen toda su ropa, en la cual el instructor se queda
con dos pulóver (uno azul marca "Adidas" y otro rojo) y lo trasladan
hacia la unidad de Santiago de las Vegas. Estando en dicha unidad, lo
atiende el Capitán Biñong del D.T.I., en la cual le toma las generales y
sus huellas dactilares. Después de terminar, el oficial le plantea, que
sabe, que Juan está incorporado a la sociedad, pero que estaba enredado,
y que para desenredarse tenía que trabajar para él, o sea, como soplón.
Juan le expone, que si él ve que se está cometiendo un delito, y hechos
que perjudican a cualquier persona, él estaba en la obligación de
denunciarlo, pero no como le pidió el oficial, ya que ellos cobraban un
salario por eso (o sea, la policía). Después de terminada esta
conversación, lo llevan nuevamente para los calabozos y más tarde lo
liberan.
Pasado un tiempo, Juan encontrándose en su puesto de trabajo, llega un
compañero en estado de embriagues y este, comienza a ofender y a
manifestarse groseramente con la pantrista. Juan interviene en esta
problemática, en la cual se hubo intercambios de golpes, donde este
individuo realiza una acusación.
Pasado alrededor de dos meses, un oficial del D.T.I., se presenta en su
vivienda y lo traslada hacia la unidad de Santiago de las Vegas por el
motivo de los robos antes mencionado. En el proceso, aparece la denuncia
de lesiones, donde buscan al presunto perjudicado y esclarece los
hechos, reconociendo el error de su denuncia. Le dan la libertad por
esta denuncia, pero lo trasladan hacia la 5ta unidad por el delito de
robo con fuerza. Juan no esta de acuerdo con esto y solicita ver un
oficial de control interno, para plantearle hasta donde a llegado la
macabelica maniobra del Capitán Andrés. Se presenta un oficial, que sin
identificarse dice atender asuntos internos, en la cual Juan le exige
que se identifique, pero fue en vano.
Después de recurrir a varios métodos incluida la huelga de hambre, para
ver a dicho oficial y que no continuaran cometiendo injusticia con él, A
Juan lo presentaron a juicio, por el delito de lesiones, delito que se
había esclarecido y había firmado un documento que lo exoneraba de esta
causa.
Estando en el tribunal, le celebran el juicio sin el perjudicado, y sin
ningún tipo de respeto a las normas procesales y lo sancionan a seis
meses de privación de libertad injustamente.
Juan a enviado escritos a las instituciones, sin recibir respuesta
alguna con relación a estas injusticias cometidas por partes de las
autoridades cubanas.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=28753
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