Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Recostada lánguidamente en
la butaca de la vejez, la actriz Jane Fonda disfruta de las bondades de
la democracia que tanto combatió durante los años sesenta. En esa
década, la entonces joven actriz se convirtió en líder de opinión,
contra el esfuerzo norteamericano por democratizar Vietnam
La guerra de Vietnam no fue popular en los Estados Unidos. El mal manejo
de la situación y de la información ayudó a que en 1975 la dictadura
comunista se impusiera. Cientos de miles de presos políticos, millones
de desplazados, un partido único y los campos de concentración, fue el
saldo.
Quizás Jane, ignorante al fin, no comprendía lo que sucedería y sucedió
tras la retirada de las tropas norteamericanas del sureste asiático. La
masacre en Cambodia, los desplazados hacia Tailandia, las represiones
contra las minorías chinas y un largo etcétera.
Con el pelo hirsuto y sus Ray-Ban, Sean Penn, el actor y director de
cine norteamericano, se pasea nuevamente en estos días por las
empedradas calles de Isla de la Juventud. Le acompaña el pintor,
diputado y adorador del dictador, Alexis Leyva, además de una cohorte de
aduladores. Visitó el campamento Marta Machado, un esfuerzo por llevar
la risa a un lugar donde hace falta comida.
Con la mirada fija en el sitio al que le señalan, y pose que se suma a
Ernest Heminway, Robert Redford y Ernesto Guevara, uno escritor, el otro
actor y el ultimo guerrillero, Sean atiende concienzudamente a lo que le
dice Alexis y los comisarios de cultura en Isla de la Juventud.
No tenemos información acerca de si el actor norteamericano pregunta por
las condiciones de vida de la población; de cómo afecta a los vecinos el
impuesto del 20% que impone el gobierno cubano sobre cada dólar de
remesa que mandan sus familiares, por qué no se les permite a los
ciudadanos comprar o vender propiedades inmuebles o por qué circulan tan
pocos automóviles.
Las imágenes del noticiero de televisión tampoco aclaran si cuestionó a
las autoridades por la segregación del uso del Internet, o la
prohibición de circulación de otros diarios que no sean los oficiales, o
por qué en las elecciones al poder popular no se permiten candidatos
independientes al Partido Comunista de Cuba.
Si Sean Penn no pregunta por esas cosas que están a la vista, mucho
menos preguntará por el hacinamiento dentro de las cárceles pineras, los
presos políticos del presidio El Yayabo, o la represión a que se somete
a los periodistas independientes Lamasiel Gutiérrez y Serpa Maceira, y
el bibliotecario Lázaro Pérez.
Como Jane Fonda, Sean Penn disfruta de la democracia pero ama a las
dictaduras. Estrellas en los medios de comunicación, líderes de
opinión, ignorantes e irresponsables del uso que las tiranías dan a su
comportamiento mediático.
Cuba: De Jane Fonda a Sean Penn (29 October 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/octubre09/29_C_2.html
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