27 de septiembre de 2013

La familia real cubana

La familia real cubana
JUEVES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2013 10:45
ESCRITO POR VÍCTOR MANUEL DOMÍNGUEZ

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) La nueva clase por
cuenta propia llena de glamour y encopetadas familias los antiguos
barrios marginales (hoy marginados) y los espacios públicos de la
nación. La proverbial elegancia de sus mujeres y lo atildado en el
vestir de sus hombres, se ha convertido en el espejo donde se mira la
sociedad actual. Su manera de combinar es un dechado de virtudes.

Para ver a estos árbitros del buen gusto (si no los Petronio de Roma, al
menos los Papagayos de La Rana, en Marianao), sólo hay que asistir a un
restaurant o a un cóctel donde coincidan tres o cuatro parejas de tan
culta manada (perdón: monada) nacional.

En un reciente bonche (fiesta sin límites en el caché ni en lo demás)
para presentar en sociedad a su niña por el arribo a los mini-quince, 7
años y medio de edad, la señora Yunaximandra D´Perrona, y su esposo
Alonso Hidalgo-Gato, ofrecieron una soirée en su casona de Alamar, a la
que asistieron las más conspicuas personalidades del jet-set en Boca
Ciega, Peñas Altas y El Lodazal, entre otras zonas residenciales de La
Habana.

Al convite, amenizado por el grupo de cuerdas (de tendedera) Los
desafinaos, y la actuación especial del payaso "El comunista", y del DJ
Alambrón, también fueron invitados, como gesto de buena voluntad hacia
la plebe y los pasmaos que forman la clase inferior, un neurocirujano,
una economista, un ingeniero, una historiadora y un ladrón.

Los anfitriones, como monarcas del cuentapropismo en La Habana del Este,
vistieron sus mejores galas esta vez, y se acabaron las palabras de
elogios en el diccionario para calificar la mesura y esplendor de sus
vestiduras, dignas de una pasarela en la New York Fashion Week, The
Brandery barcelonesa, la colombiana Cali Exposhow, o la Roparche habanera.

La D´Perrona, con un vestido de 22 colores, el pelo teñido con una gama
de seis, las uñas de las manos, cuatro, y las de los pies con tres que
promocionaban el estilo semáforo sobre unos zapatos ortopédicos
recomendados por sus juanetes y jornadas creativas (llena cajitas con
comida en una paladar y hace tamales en su casa), fue, sin dudas, la
gran sensación.

Hidalgo-Gato, por su parte, mostró su sobriedad y elegancia en el vestir
al combinar un pelado estilo tiburón y una barba de tres días con una
cadena King Kong de oro golfis, 15 pulseras de oro del que cagó el moro,
12 sortijas de platino, y un Rolex-Poljov, sobre camisa Manhattan de
ocho colores, un pantalón de dril cien y unas zapatillas Kevin Klein.

Pero no sólo los pudientes propietarios de la mansión (Hidalgo-Gato es
Inspector Popular que corre tras los bici taxistas y los vendedores
ambulantes de ajos, limones y aguacates), pudieron demostrar su clase y
humildad, pues el resto de los invitados, hasta los incultos, fracasados
e infelices profesionales que trabajan en el sector estatal, lucieron su
vestimenta sacada de los cajones más húmedos, oscuros y excelsos de la
trapishonería insular.

Sin embargo, como hablamos de la familia real y la nueva clase cubana,
volvamos a quienes invierten el éxito de sus estudios y labores en obras
de CARIDAD (Cuentos, Artimañas, Inventos, Dolo, Ambición y Dólares) que
benefician al prójimo cubano en su afán de sobrevivir y no volver a caer
en el "nada por aquí, nada por allá" o Período Especial.

Arracimado en el amplio balcón de dos metros por dos, sobresalía el
vestuario de la obesa y juncal figura de Carolina Trapero, la patrona
del café mezclado, envuelta en una especie de kimono de tafetán-chillón
teñido de amarillo, rojo y cardenal, sobre un pantalón pegado a la
canilla, de lamé plateado, ajustado sobre unas chancletas Varadero
azul-tóxico-chupameao.

También su esposo, Gumersindo Tirado, El rey del churro en Alamar,
mostró su gusto en el vestir al combinar una gorra de los Yanquis de
Nueva York azul turquí, sobre un pulóver amarillo de polyester desbembao
con una bate que rezaba Los bravos de Atlanta, encima de una pantaloneta
a media canilla con los nombres de todos los equipos de las Grandes
Ligas norteamericanas, y unos spikes de los Marlins de la Florida, lo
que demuestra su cubanidad.

Pero de acuerdo con estas valoraciones facilitadas in situ a este
redactor por el diseñador de Roparche-Habana, Bubú Rabo de Nube, le
impresionó además la excelencia en la decoración de la casona. Según su
respetable opinión, el cortinaje que separa los dos cuartos de la
mansión y a estos de la sala y el baño, se pueden considerar chic-chic-chic.

El tejido de cañas de bambú con pomos plástico de agua gaseada Ciego
Montero y portavasos de Habaguanex, entrelazados a los removedores de
Sol y Son y trozos de los manteles de nailon de La Carreta, junto a un
surtido de chupa-chupa envueltos con servilletas de La torre de Marfil y
pegatinas del Hostal Valencia, es de suma exquisitez.

Aunque para Bubú Rabo de Nube, la muestra máxima del buen gusto, el non
plus ultra de la decoración de la familia real cubana, son las figuras
de Porcelana de Carraguao (yeso pinareño), diseminadas por toda la
mansión, y donde no falta ninguna pareja de animal, como si el Arca de
Noé hubiera encallado en el balcón o la única ventana de la casa.

"Es impresionante", asegura Bubú, "que a la entrada del baño haya un
orangután, sobre la caja de agua un indio en gesto de alarido y con una
flecha en el arco, y desde el lavamanos te miren un sapo, una culebra,
un mandril y una pequeña manada de elefantes, que junto a una jirafa, un
nido de tomeguines y una serpiente pitón, te obligan a evacuar con rapidez".

"De la sala, ni hablar", añadió Bubú. "La manada de puercos sobre el
televisor, el burro colgado de la lámpara Artdecó-sjonar (dialecto
cuentapropí), y el Papá Noel que mira girar el ventilador rodeado de
gallinas, perros y gatos, complementados en la mesita ubicada frente al
sofá con un mini-zoológico universal, dan una aguda nota de buen gusto y
confort.

Sin dudas fue una soirée para respetar. Los rellenadores de fosforeras
de Campo Florido, las egregias comerciantes de pirulí en Bacuranao,
junto a los pizzeros de Taramar, las puti-floristas de las arenas de
Villa Trópico y los chapeadores de zanjas en La Veneciana, dieron un
rotundo mentís a quienes aseguran que en Cuba no hay clases, valores y
nivel cultural.

La nueva clase se puede ver en cualquier lugar del país. Una familia
real también. La D´Perrona e Hidalgo-Gato; La patrona del café mezclado
y El rey del churro, entre otras figuras del jet-set por cuenta propia
cubana, con sus birretes de yarey logrados tras aprobar un examen
acumulativo de suma y resta en divisas, son una realidad en el país.

Eso se los aseguro yo, Nefasto "El cronista social".

Para Cuba actualidad: vicmadominguez55@gmail.com

Source: "La familia real cubana | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/8695-la-familia-real-cubana.html

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