Tanques y convertibles viejos
RAÚL RIVERO
Madrid – Bueno, ya era hora, acaban de llegar oficialmente los
americanos a Cuba y es el momento de comenzar a construir otra vez el
socialismo. Se sabe que ese sistema, tal y como lo concibieron sus
fundadores, sólo sirve para dejar a los países secos y sin libertad. Es
el dinero del enemigo capitalista y algunos de sus mecanismos diabólicos
y mágicos lo que consigue alcanzar la eternidad de la dictadura y evitar
que se repita la historia de la Europa del Este.
Así es que ante esta nueva situación en las estructuras del poder se
trabaja a fondo para mantener firme y activa la represión en todo el
país y, en especial, en contra de los opositores pacíficos, el
periodismo independiente y los artistas rebeldes. Se retoca el discurso
oficial para que los nuevos amigos extranjeros tengan donde prender sus
tarjetas de demócratas y se negocian las fortunas particulares con los
despojos de la economía.
En otro plano, los cuadros del partido comunista, los de confianza, los
más fieles y la parentela en pleno, incluidas las amantes y las amigas
con derecho a roce, tienen por delante la dura tarea de aprender inglés
y la oportunidad de demostrar su vocación internacionalista mediante
viajes urgentes a recibir cursillos sobre la burocracia capitalista en
España, pagados por la Unión Europea.
A esta nueva etapa en la que se levantará el socialismo criollo, le
hacían falta los dólares, el turismo, las empresas, el comercio y la
bendición de Estados Unidos para que la isla entrara, con todas las de
la ley, en el equipo triunfal de China y Vietnam. Ya están en la misma
categoría de naciones asumidas por la comunidad internacional, a pesar
de que el planeta entero reconoce que son engendros políticos forzados
por los comunistas para seguir al mando.
El entusiasmo y la alegría de este trío en el fragor de los andariveles
de la moneda dura los ha hecho dejar en el olvido al único verdadero
país socialista, en el sentido ortodoxo de la palabra, que sobrevive en
el mundo: Corea del Norte.
Lo ignoran y lo desprecian como a un primo lejano, mediocre, anticuado
al tiempo que utilizan, para sostener sus gobiernos, la misma
parafernalia de violencia, cárceles, golpizas y destierros que su
camarada Kim Jong-un usa contra los 25 millones de norcoreanos.
Esa práctica brutal es lo más significativo que se conserva del
socialismo real en Cuba. Los jefes no se van a bajar de los tanques
porque es la garantía de su permanencia en palacio.
Allá, lo sabe y lo siente mejor que nadie, la oposición interna, las
Damas de Blanco los periodistas y los intelectuales libres que hoy
domingo volverán a las calles y recibirán insultos, palizas y
detenciones arbitrarias como evidencia de que, con la llegada de los
americanos, se ha comenzado a construir otra vez el socialismo.
Source: RAÚL RIVERO: Tanques y convertibles viejos | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article28624165.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario