20 de diciembre de 2014

Un cambio necesario y útil

Un cambio necesario y útil
ELIÉCER ÁVILA, La Habana | Diciembre 19, 2014

El cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba era necesario y útil
aunque no haya ocurrido con todas las garantías que muchos hubiéramos
querido. El gabinete de Obama no actuó a la ligera, sino que hizo un
riguroso análisis y llegó a las mismas conclusiones que hemos estado
planteando muchos de los actores de la sociedad civil en Cuba y el
pueblo en general, del que siempre formaremos parte.

La política de sanciones y aislamiento se convirtió en la divisa
fundamental del discurso político del Gobierno cubano. Con esa divisa
compró el apoyo del mundo y especialmente de una América Latina
lastimada por enfoques equivocados de la vieja política norteamericana,
como el propio Obama ha reconocido.

Estados Unidos ayudó a convertir a Cuba en un "ícono universal de lucha
y resistencia a favor de los intereses del Sur". La inteligencia cubana
aprovechó esta posición de manera magistral para centrar su política
exterior en un emporio internacional de propaganda cuya efectividad es
digna de estudiar por los expertos en la materia.

La Habana logró llevar los debates en todos los foros internacionales
hacia su propio enfoque de víctima inocente de los intereses hegemónicos
de la superpotencia vecina. "La pequeña isla que logra indicadores de
salud y educación asombrosos y que enarbola la bandera de la solidaridad
como principio" cautivó el corazón de millones de jóvenes y no tan
jóvenes en todo el planeta.

El Ejecutivo cubano nunca se vio forzado a hablar de lo que pasaba en
realidad dentro del país en cuestiones de derechos, participación y
democracia. El argumento del bloqueo también ha representado la columna
vertebral de la propaganda interna. Un pueblo sin cultura política ni
cívica, privado por tres generaciones del acceso a la información libre
y sumido en una profunda crisis económica y de valores es el ambiente
perfecto para la manipulación.

Algunos esgrimen el argumento de que este cambio traerá como resultado
un flujo de recursos para el Gobierno cubano. Yo creo que esos recursos
siempre llegaron de disímiles maneras, como son los casi 3.000 millones
en remesas cada año. Estos recursos convertidos en inversiones y
empresas hubieran tenido otro resultado.

No obstante, otras potencias emergentes y con valores muy distintos
estarán siempre dispuestas a suplir los medios y recursos que el
Gobierno cubano necesite para el control y la represión, ya que Cuba es
una carta indispensable para la expansión de estas economías e intereses
geopolíticos en el área.

No existe posición más cómoda para un régimen totalitario que el
aislamiento. ¿O alguien cree que Corea del Norte está a un paso de
lograr su libertad? La libertad no es el resultado de la decisión de un
Gobierno, ni de una negociación, ni de la firma de un tratado o ley. La
libertad es una condición mental, un estado de ánimo, una expectativa de
vida, una convicción natural, un principio y una práctica cotidiana. Sin
una transformación interna en el pensamiento, en la formación y en la
cultura del cubano, no será posible jamás ver realizado el ejercicio de
la libertad.

Con un pueblo dependiente, que subsiste gracias a lo que el régimen le
da o de lo que roba en su trabajo, no puede crecer ni desarrollarse el
sentimiento de independencia y de poder individual, premisa de toda
acción liberadora. Por eso es de vital importancia el apoyo decidido al
emprendimiento, a la creatividad y a la autogestión; el intercambio
entre productores, profesionales, docentes, artistas, amas de casa,
estudiantes, etcétera.

Una pequeña población no puede interactuar abiertamente con todo un
mundo distinto sin sufrir cambios. Eso es absurdo. Comparto la idea de
un nuevo enfoque que se centra en el pueblo y no en unos gobernantes que
a sus casi 90 años y forrados en plata nadie los va a hacer cambiar.

El papel que desempeñarán los activistas de la sociedad civil y la
oposición política en este nuevo escenario dependerá en gran medida de
su capacidad de adaptarse a un nuevo contexto y evolucionar, buscando
formas de autogestión y basando su supervivencia o éxito de los
proyectos en función del apoyo que se logre entre los ciudadanos, dentro
o fuera de Cuba.

Un juego político más abierto puede favorecer en gran medida a la
sociedad civil. Si no se pone a perder tiempo llorando por lo que ya es
una realidad y más bien "se pone las pilas" para insertarse y aprovechar
en lo posible las ventajas que para su normal desempeño pueden surgir de
estos nuevos aires de cambio.

Hoy tenemos el camino más despejado para centrarnos en los temas que nos
interesa promover y desarrollar. La política de EE UU nunca favoreció
moralmente a la sociedad civil ni a la oposición. El Gobierno logrará
salirse con la suya solo si logra ubicar a las fuerzas vivas de la
sociedad civil como empecinados obstaculizadores del progreso y el
bienestar. Aprovechando el limitado criterio que tiene la mayoría de los
cubanos sobre el significado de esas dos metas. Ese es un lujo que no le
podemos permitir.

Source: Un cambio necesario y útil -
http://www.14ymedio.com/opinion/cambio-necesario-util_0_1691230862.html

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