27 de diciembre de 2014

La cola de la supervivencia

La cola de la supervivencia
La gente se queja mucho, pero cuando el CDR (Comité de Defensa de la
Revolución) los convoca todos callan, acuden o peor aplauden. "¿Por qué
creen que la esclavitud duró tantos siglos?"
viernes, diciembre 26, 2014 | Ernesto Aquino

LA HABANA, Cuba – A pesar de los millones de dólares que llegan a las
familias cubanas cada año, por concepto de remesa familiar, la realidad
evidencia que una considerable parte de la población cubana depende de
los menguados recursos alimenticios que el Estado asigna mensualmente a
cada familia.

El pollo de población (una libra por persona), el pollo por pescado
(media libra), el picadillo de soja (media libra), la jamonada (otra
media libra) o el huevo normado (7 por consumidor) son los productos
habituales que cada mes espera el desesperado ciudadano, con la
incertidumbre de no saber si el envío llegará completo.

Nos acercamos a una de las Unidades de Venta, conocidas como
"carnicerías", ubicada en la barriada del municipio Cerro, en La Habana,
en momentos en que los ciudadanos esperaban para comprar el "pollo por
pescado", media libra de ración por persona que sustituye la cuota de
pescado que recibía años atrás.

Conversamos con algunos pobladores de la localidad, que se encontraban
esperando en la fila para comprar, y aunque la mayoría prefirió no
revelar su nombre, todos aceptaron ofrecer su opinión.

Elisa Díaz, una ama de casa de 68 años, recordó que "en las primeras
décadas de la revolución, se podía venir a la carnicería; es cierto que
los productos siempre estuvieron normados, pero había mucha variedad.
Cada consumidor recibía carne, pollo, variedad de embutidos de calidad y
otros productos cárnicos, y los envíos nunca fallaban".

Una joven que labora en un Círculo Infantil calificó de "muy triste" la
situación que enfrenta cada día el cubano respecto a la alimentación.

"Da pena que cada vez tengamos menos. ¿Tú sabes lo que es que en una
isla rodeada de mar, los cubanos no tengamos derecho a comer ni siquiera
un mísero pescado?; porque a menos que tengas asignada una dieta por
enfermedad, el pescado va a parar a la exportación o al consumo del
turismo. Luego el gobierno quiere que nos quedemos callados".

Por su parte, un excombatiente que peleó en las guerras de Angola y
Etiopía, en África, expresó que "yo creo que después de todo nosotros
tenemos mucha culpa por lo que nos sucede. Muchos de nosotros nos
sacrificamos por este país y por otros países del mundo. Creímos en el
sueño del internacionalismo y dimos nuestros mejores esfuerzos, y ¿para
qué? ¡Tanto sacrificio para que ahora nos pisoteen como ciudadanos de
tercera!

Sin embargo, para Delmira Parra, de 59 años, la culpa va más allá de los
errores de las primeras décadas.

"Mira mi'jo, la gente se queja mucho. Tú los oyes lamentarse por lo mal
que lo están pasando; la crisis económica y alimentaria, la mala calidad
y la ineficiencia en los servicios médicos y la educación; por todo la
gente se queja, pero cuando el CDR (Comité de Defensa de la Revolución)
los convoca a una reunión o a un trabajo voluntario, o a una marcha
política, todo el mundo se calla la boca y va sin protestar. ¿Por qué tú
crees que la esclavitud duró tantos siglos?

Y mientras unos liberaban tensiones expresando sus opiniones, otros
preferían callarse, para "evitar problemas", y terminar de comprar su
ración mensual; y de paso, ver si le pagaban la cuota del mes pasado,
que no habían recibido porque no la habían enviado completa.

Y así, nos alejamos del Punto de Venta, donde niños y jóvenes; adultos y
ancianos quedaban en espera para comprar el "pollo por pescado"; en una
isla donde sus barcos pesqueros son patrimonio del turismo.

Source: La cola de la supervivencia | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-cola-de-la-supervivencia/

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