27 de septiembre de 2014

La Piratería rampante en la isla aflora en la televisión estatal y los cines cubanos

La Piratería rampante en la isla aflora en la televisión estatal y los
cines cubanos
"Los canales digitales, que no tienen dramatizados y producciones
nacionales, acuden desde hace años a programas de cadenas
norteamericanas sin pagar licencias"
Martinoticias.com
septiembre 26, 2014

Transmisiones televisivas extranjeras, soportes digitales con música,
seriales, películas y programas infantiles, frascos de perfumes,
botellas de ron y paquetes de café falsificados, la piratería comercial
es cotidiana en Cuba, a veces reprimida, a veces tolerada, según el
caso, señala la agencia AFP.

"Aquí todo cuesta un cuc" (peso convertible igual a un dólar) dice
Jorge, 28 años, escoltado por tres estantes llenos de discos donde
priman películas y series infantiles extranjeras y música latina.

Jorge paga 60 pesos cubanos (2,50 dólares) el mes por una licencia de
vendedor-comprador de discos.

"Yo pago mi licencia en tiempo y nadie interfiere mi trabajo", subraya
Jorge sentado ante una computadora, donde también oferta "el paquete",
compendio semanal de capítulos de novelas y seriales, programas
deportivos, películas, actualización del antivirus, y "revolico" y
"porlalivre", los dos mercados libres digitales, donde los cubanos
compran y venden una amplia gama de productos y servicios.

Aunque sin acceso a esos dos mercados desde el internet local, los
internautas cubanos se las arreglan para evadir la censura oficial y
anunciar sus productos, que se comprarán luego en un encuentro personal.

"Se compran pomos de perfume de marca vacíos", van pregonando hombres
por los barrios residenciales de La Habana, ante la mirada indiferente
de la policía.

Como la mayoría de los ciudadanos, los agentes saben que los frascos
viajarán a una fábrica clandestina, y la falsificación será vendida en
el mercado informal o en tiendas estatales, con la colaboración de algún
empleado corrupto, indica AFP.

A veces se publican casos de detenciones y confiscación de fábricas
clandestinas de perfumes y artículos de aseo, ron, cerveza, café y otros
artículos, montadas por pequeñas pero intrincadas redes de fabricación y
distribución, donde la absoluta discreción recuerda pactos mafiosos
sicilianos.

Las falsificaciones, adulteraciones, piratería comercial, no son nuevas
en Cuba, pero se vieron multiplicadas tras la fuerte crisis económica
que comenzó en 1990 con la desaparición soviética.

"La nueva situación de los '90 fue tan brusca, tan violenta, tan
inesperada, generó un escenario de incertidumbre tan grande, que las
personas empezaron entonces, con sus propios recursos, a encontrar
maneras de satisfacer sus necesidades", dijo la socióloga Mayra Espina
en una reciente entrevista.

"Se empezaron a legitimar conductas que antes hubieran sido
inaceptables, socialmente negativas", añadió.

La piratería alcanza a la televisión y las salas de cine, ambas estatales.

"Los canales digitales, que no tienen dramatizados y producciones
nacionales, acuden desde hace años a programas de cadenas
norteamericanas sin pagar licencias", explicó Juan Pin Vilar, director
de programas de la TV.

La aplicación del embargo estadounidense desde 1962, castiga a la vez a
compañías de ese país, que carecen de derecho a hacer cualquier
reclamación a la isla. Lo mismo ocurre con los programas cibernéticos,
indica AFP.

"Pero eso tiene contraparte, hay cadenas en Miami que utilizan
materiales de la televisión cubana y tampoco pagan derechos", señala Pin
Vilar.

"Hay como una especie de voluntad tácita (en Estados Unidos) de no
proceder judicialmente contra Cuba porque la cultura, y sobre todo la
cultura popular o de masas, es un vehículo de trasmisión ideológica muy
eficaz (...cuya consecuencia) es una asunción de los códigos de
conducta, el vestuario, los hábitos sociales y los modelos de
comportamiento grupal que provienen de esa cultura", dijo a la AFP el
analista Jorge de Armas, de Cuban Americans for Engagement (CAFE), de Miami.

"Sin embargo, en Miami, el fenómeno no tiene un cariz ideológico, es
simplemente una forma más de la industria de la nostalgia", añadió.

Relató que "como competencia tienen una empresa operadora de televisión
por satélite que oferta Cubavisión", la cadena internacional cubana.

Una funcionaria de esa cadena confirmó a la AFP que sus servicios se
ampliaron a casi todo el mundo de forma libre, "para llevar nuestra
propia imagen al mundo".

Algunos afirman con humor que si el pirata francés Jacques de Sores,
quien asoló La Habana en 1555, regresara, le venderían habanos con todas
las "habilitaciones" (sellos, anillas) oficiales, pero torcido
(manufacturado) en cualquier cuartucho de La Habana, con hojas de dudosa
calidad.

Source: La Piratería rampante en la isla aflora en la televisión estatal
y los cines cubanos -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-pirateria-comercial-deporte-cotidiano-/75861.html

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